El director de la revista “Análisis” escribe un texto sobre “la crisis institucional” que atraviesa la provincia de Entre Ríos, a raíz del juicio político al vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Carlos Chiara Díaz y el trámite iniciado para enjuiciar, también, a la presidente del STJ, Claudia Mizawak. En esta nota, Enz señala los motivos reales que tiene el poder político para correr a Chiara Díaz y anticipa por qué no va a suceder lo mismo con Mizawak. Todas las respuestas se condensan en un apellido: Urribarri. La visión de Enz no deja sombras, se ve todo muy claro. Se ve nítido el poder que aún tiene el exgobernador, por más casos de corrupción que lleve encima y se ve la sumisión de legisladores sin ninguna reacción política vinculada a valores un poco más altos que la rosca y el interés corto y mezquino. Urribarri sigue ahí y muestra su poder de daño.
Pero mejor lo dice Enz aquí.
El mensaje del poder
Por Daniel Enz (*)
Nadie puede dudar, a esta altura de los acontecimientos, que el ex gobernador Sergio Urribarri se paró en medio del cuadrilátero y está manejando a gusto y placer los entretelones del juicio político a Carlos Chiara Díaz. El mismo ex mandatario, que solamente aparece por Paraná el día de las sesiones y después nadie más lo ve, es el que ordena cada uno de los movimientos de los diputados oficialistas -varios de ellos con causas judiciales abiertas- para que juzguen al vocal penalista y, a la vez, hablen de transparencia pública, ética y contracción al trabajo.
Por Daniel Enz
(de ANALISIS DIGITAL)
Es verdad que Chiara Díaz cometió serias omisiones con respecto a sus ausencias y el manejo de viáticos o pasajes. Y es interesante que en esta provincia atravesada por la corrupción y la hipocresía, alguna vez se empiece a hablar de transparencia. El tema es quiénes son los que aparecen como protagonistas de esta historia y cuál es el trasfondo de todo esto.
Está claro que se le apuntó a la cabeza de Chiara Díaz por la posición que ha tenido respecto de algunos temas vinculados al urribarrismo. Uno de ellos fue el del caso de Guillermo Smaldone, ex presidente ilegal del Tribunal de Cuentas y amigo personal de Mauro Urribarri y Juan Pablo Aguilera. O sea, dos dirigentes jóvenes del urribarrismo, denunciados por corruptos, vinculaciones con narcos o mafiosos y nuevos millonarios de esta última década. Y esa Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia es la clave en la historia que viene de los Urribarri. Con Claudia Mizawak como aliada incondicional -tal como lo ha demostrado desde que fue abogada de Jorge Busti primero y defensora de Sergio Urribarri luego, antes de ser funcionaria pública y luego magistrada- y el descabezamiento de Chiara Díaz, la mayoría es clave. De ahí a que también se le exija la pronta jubilación a Daniel Carubia, habrá un paso.
Lo que pasó hasta aquí con Chiara Díaz es una demostración de poder. “Si se meten con nosotros, no nos quedaremos de brazos cruzados y avanzaremos. Ojo por ojo, diente por diente”, pareciera ser la premisa. Es un claro mensaje hacia adentro del Poder Judicial, para que haya plena subordinación al oficialismo y nadie saque los pies del plato en tiempos de definiciones. Acá hubo fiscales que trabajaron a destajo para avanzar en las causas de corrupción que vinculan al clan Urribarri y al propio ex gobernador desaparecido, pero las decisiones se toman más arriba. Hubo imputaciones concretas de personajes de la política que nunca tuvieron instancias similares, pero las indagatorias, los pedidos de desafuero, las citaciones a esposas e hijos, los juicios abreviados u orales pasaron para marzo del año que viene. Es decir, para ese año electoral que se viene, donde el Frente para la victoria buscará reposicionarse en el territorio entrerriano y no dejará margen alguno para que desde la justicia se le complique la vida.
La pregunta que viene ahora es qué actitud tendrán esos mismos diputados juzgadores con la actual presidenta del STJ, Claudia Mizawak. ¿Alguien cree que los legisladores oficialistas se meterán con la ex abogada de Urribarri y esposa de un secretario de Estado que permaneció como tal en la última gestión de Busti, las dos de Urribarri y ahora fue confirmado con Gustavo Bordet? Nosotros estamos casi convencidos que no se adoptará el mismo criterio que con Chiara Díaz, pese a que la denuncia de los abogados entrerrianos -liderados por Rubén Pagliotto y Guillermo Mulet- es más contundente que la que hiciera el letrado amigo de Domingo Daniel Rossi -otro emblema de la corrupción en esta provincia- contra el vocal penalista enjuiciado.
Es grave lo que está pasando y lo que puede suceder. Pero, como siempre pasa, hay una sociedad adormecida, que se conforma con cobrar su sueldo en tiempo y forma, endeudarse para cumplir con los regalos navideños y dejar que políticos y magistrados sigan con su circo. Una oposición desorientada y cercada, con temores absurdos y lejos de tomar el toro por las astas, para torcer decisiones en pos de una mejor democracia. Y un periodismo también cómplice y descomprometido -salvo honrosas excepciones-, que ya hace números para ver cuánto puede facturar con los urribarristas que vienen, si zafan de la justicia, y hasta estarían dispuestos a poner al aire, cuantas veces sea necesario, el tema Puerto Montt cantado por el ex mandatario, como señal de amor y paz.
Que siga la fiesta y la hipocresía. Y feliz Navidad.
(*) Director de la revista “Análisis”. Publicado en Análisis Digital.