Este miércoles, a las 8,30, se desarrollará una audiencia en Tribunales para definir si el secretario privado del arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, va a juicio acusado del delito de falso testimonio. El cura Mario Javier Gervasoni, de él se trata, quedó en medio de una situación enojosa tras su paso por la Justicia para declarar como testigo en la etapa de instrucción de la investigación penal que terminó con la condena a 25 años de cárcel por abuso y corrupción de menores del sacerdote Justo José Ilarraz.
La audiencia de este miércoles será presidida por la jueza de Garantías Marina Electra Barbagelata, y tomarán parte, por la parte acusadora, el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrul, en tanto que la defensa de Gervasoni estará a cargo de los abogados Miguel Ángel Cullen y Guillermo Vartorelli. El trámite debió cumplirse el pasado 6 de septiembre, pero la audiencia fue aplazada y se desarrollará finalmente este miércoles 26.
La defensa de Gervasoni ha planteado por escrito un pedido de nulidad de las actuaciones, y por tanto la imposibilidad de disponer la remisión de la causa a juicio oral. El argumento que utilizan es que el cura no contó todo lo que sabía por una cuestión de «secreto» propio de la Iglesia y de obediencia a sus superiores. «Planteamos la nulidad de la remisión porque cuando se lo citó a declarar como testigo (en la causa Ilarraz) no se lo relevó del secreto, porque tenía la obligación de guardar secreto. Lo tendría que haber relevado el juez o las personas que le confiaron el secreto. Esa es la nulidad que planteamos», indicó el abogado Miguel Cullen.
La investigación en torno a Gervasoni ocurrió luego de que se presentara como testigo a brindar su testimonio en el marco de la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, el 8 de abril de 2015.
El cura acudió a Tribunales para aportar su testimonio, pero la evaluación del Ministerio Público Fiscal de esa declaración fue que hubo más silencios que palabras. Y que no contó todo lo que sabía, y por eso se impulsó la investigación por falso testimonio.
En realidad, el secretario privado del arzobispo de Paraná ya había tenido un primer contacto con la causa Ilarraz en 1995, cuando el entonces arzobispo Estanislao Esteban Karlic ordenó una investigación diocesana, al tomar nota de las primeras acusaciones por los abusos.
Gervasoni formó parte de los sacerdotes y seminaristas que debieron declarar ante el instructor de justicia de la curia, el sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, en 1995.
Gervasoni dijo que jamás conoció a las víctimas, que nunca ningún sacerdote le comentó nada de Ilarraz, y lo recordó como a un cura que acompañaba a los seminaristas en el estudio y en el deporte.
En Tribunales, en 2015, Gervasoni dijo: que supo que se hicieron actuaciones diocesanas. “Si mal no recuerdo las fechas, se comenzaron en el año 1995, creo. Es lo que sé. Lo sé porque en el año 1995 se me pide a mí un testimonio de si había visto alguna conducta inusual o algo raro que haya visto en ese tiempo, a lo cual yo respondo que no, que no percibí nada inusual o fuera de lo común.Me pidió que declarara en esa época el padre Puiggari y la declaración la hice en el Seminario, porque yo en esa época todavía estaba allí”.
“La declaración la hice por escrito y se lo di al padre Puiggari. Se nos nos pidió que seamos reservados. Por mi manera de ser, nunca lo comenté porque no me parecía que correspondiera comentarlo”, contó.
En la etapa del juicio oral a Ilarraz, Gervasoni estuvo en la lista de testigos, pero luego fue desechado su testimonio en función de la causa por falso testimonio que ahora se encamina hacia el juicio oral.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.