Néstor José Pucheta nació el 25 de marzo de 1969 en Córdoba capital, y se ordenó sacerdote el 13 de diciembre de 1998 después de haber estudiado en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, de Paraná. Pertenece actualmente a la diócesis de Villa María, y su destino es la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de Monte Buey.

Cuando estudió en el Seminario, tuvo como compañero a otro cordobés, también de la diócesis de Villa María: Ariel Gustavo Mantelli, oriundo de Bell Ville, ordenado en 2000, ahora destinado a la parroquia Natividad de María Santísima, de Justiniano Posse. Pucheta y Mantelli compartieron tiempos en el Seminario con Fabián Schunk, que luego se hizo sacerdote, y en 2005 abandonó, y se convirtió, más tarde, en uno de los pilares de la acusación por los abusos en el Seminario que se achacan al cura Justo José Ilarraz.

Pucheta declara este miércoles como testigo en el juicio que se sustancia a Ilarraz por siete denuncias por abusos y corrupción de menores. ¿Por qué declara?

Hay por lo menos tres testimonios que lo mencionan a Pucheta en una situación enojosa con las autoridades del Seminario de Paraná: distintos informes elevados a su diócesis, de Villa María, eran desfavorables y le impedían ordenarse. Fue entonces que pidió una reunión con los superiores del Seminario y los conminó a que dieran luz verde a su ordenación. Caso contrario, hablaría con los medios y contaría de los abusos del cura Ilarraz, según testifican Schunk, y de lo que serían testigos Mantelli y la lavandera que se desempeñaba en el Seminario.

En el expediente Ilarraz está la declaración de Schunk sobre el episodio Pucheta. Una siesta de un martes de 1998, y mientras Schunk estaba estudiando con Mantelli, “ingresa el seminarista Néstor Pucheta -oriundo de la misma diócesis- y les dice ´recen por mí que voy a la reunión de superiores del seminario´. Inmediatamente (Schunk) le pregunta a Mantelli por qué Pucheta había dicho eso y él le responde ´vamos a esperarlo que salga de la reunión así nos cuenta´; al finalizar la tarde, vuelve Pucheta a la habitación de Mantelli, ya que ellos seguían estudiando, y les dice que los superiores del seminario le habían prohibido juntarse con seminaristas menores y le comunicaron que sus informes –que luego se remitirían a la diócesis de Villa María para que él fuera ordenado- no eran positivos, a lo cual él les respondió ´modifiquen esos informes porque si no al otro día van a tener las cámaras de televisión en la puerta del Seminario porque voy a contar lo que El Gallego (Ilarraz) les hizo a los chicos´. Posteriormente, Pucheta fue ordenado sacerdote en su diócesis”.

Pucheta conocía de los abusos porque en 1995 la víctima DC, según testimonio en la causa judicial, le contó lo que había ocurrido en el Seminario. Los dos, además, fueron citados a declarar en la investigación diocesana que ordenó el entonces arzobispo Estanislao Karlic para investigar los abusos de Ilarraz.

Pero Pucheta negó en la instrucción de la causa Ilarraz haber extorsionado a los superiores del Seminario –incluido su rector, el ahora arzobispo Juan Alberto Puiggari-, aunque sí reconoció que hubo “una prohibición de las amistades particulares entre los seminaristas mayores y menores. Especialmente se lo dijeron a él por su amistad con DC a quien contenía cuando se desbordaba. Sólo Puiggari sabía por qué estaba cerca, los otros no. Relata  la rutina del Seminario, limpieza de habitación de los sacerdotes.”

En su declaración indagatoria, Ilarraz calificó como “mentira” lo relatado por Schunk. En realidad, Ilarraz desacredita todas las acusaciones en su contra con el mismo calificativo: mentirosos.

El exsacerdote José Carlos Wendler contó que, efectivamente, Pucheta conocía de los abusos en 1995, de boca de DC, una víctima de Ilarraz. Y que Pucheta lo puso al corriente a Puiggari, entonces rector del Seminario.

Este miércoles, Pucheta estará frente al tribunal que juzga a Ilarraz, y que  conforman los jueces Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel, y responderá preguntas de los fiscales Álvaro Piérola y Juan Francisco Ramírez Montrull; de los querellantes Marcos Rodríguez Allende, Walter Rolandelli, Victoria y Santiago Halle, Lisandro Amavet, Milton Urrutia y María Alejandra Pérez,y del defensor Jorge Muñoz.

También estarán frente al tribunal, Sebastián María Fontana, Patricia Delia Beatriz Díaz, Norma Ángela Volpe, María Julia Ferrando, Walter Ricardo Wendler y Gabriel Guillermo Faure.

 

 

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.