«El incendio de las islas del Paraná para favorecer el agronegocio. Que el gobierno de la provincia de Entre Ríos detenga ya este ecocidio!», escribió en su muro de Facebook la escritora entrerriana Selva Almada.

El fuego en las islas del Delta no es un tema nuevo.
El Delta del Paraná ocupa cerca de 17.500 kilómetros cuadrados de los cuales el 80% corresponde a Entre Ríos, en tanto que Buenos Aires tiene un 15% y Santa Fe, apenas un 5%. Y es considerado “un extenso mosaico de humedales donde pueden diferenciarse ambientes con paisajes y regímenes hidrológicos característicos.
Entre Ríos tiene 14.693 kilómetros cuadrados del Delta.
“Es un sistema complejo y muy heterogéneo, con una gran diversidad de ambientes. Su régimen hidrológico está afectado por inundaciones periódicas de los ríos Paraná y Uruguay”, dice un informe oficial colgado en la página de Internet del Gobierno de Entre Ríos.
Pero hay amenazas.
El Delta Medio y el Delta Superior se encuentran “bajo una fuerte presión tanto ganadera como agrícola y en menor medida inmobiliaria. La ganadería se asocia con la quema de pastizales (incendios) y la remoción de tierra para la construcción de terraplenes”, agrega ese informe del Gobierno.
En el Delta Inferior “las mayores presiones están dadas por la actividad forestal, la ganadera y la inmobiliaria. Todas implican la construcción de terraplenes, diques y/o la alteración de cursos de agua”.
En 2008 incendios de gran magnitud afectaron al delta y su área de influencia, causando importantes impactos sobre los ecosistemas. Ese desastre ambiental marcó el inicio del Plan Integral Estratégico para la conservación y Aprovechamiento Sostenido en el Delta del Paraná; Piecas DP) que rubricaron los gobiernos de Entre Ríos y Santa Fe.

“La situación que estamos viviendo, viendo y sufriendo con la quema en los humedades sin dudas es producto de la liberación de la zona en favor del agronegocio extractivo o para la ganadería industrial o por la agroindustria de transgénicos”, dice el médico Damián Verzeñassi, paranaense afincado en Rosario. Es director de la Carrera de Medicina en la Universidad Nacional del Chaco Austral. En la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario es director del Instituto de Salud Socio Ambiental y responsable académico del Ciclo Práctica Final. Además es miembro fundador de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza (UCCSNAL).
Y agrega: “En ese contexto, lo que no podemos dejar de comprender y reconocer es que si desde principios de año hasta hoy se han provocado más de 7 mil focos de incendios en el territorio del humedal, que es un sistema vivo, es porque ha habido connivencia de los gobiernos provinciales tanto de Entre Ríos como de Santa Fe. De eso no hay dudas”.

En medio de ese desastre ecológico, Verzeñassi reprocha lo que ha propuesto el Gobierno de Entre Ríos: envió a la Legislatura un proyecto de ley para regular la actividad productiva en el Delta. “Los incendios son intencionales y no son producto de cazadores furtivos, sino el resultado de la liberación de la zona para el extractivismo agroindustrial. Entonces, en vez de mandar ese proyecto de ley para liberar debería plantear la prohibición absoluta de actividades productivas en territorio que es un humedal y debería ser garantizado, recuperado y cuidado”, señala.
“Estamos ante un ecocidio, una destrucción sistemática de la biodiversidad, de la diversidad cultural. Acá no solamente están en juegos los paisajes y la flora y la fauna. Desde ya que eso es gravísimo. Pero también hay actividades productos que no impactan negativamente en el ecosistema isleño, como la producción de miel, que ha quedado destruida a partir de este avance del fuego de manos de los mismos que después se dicen empáticos y cuidadores de las buenas costumbres, como son los ganaderos y los sojeros”, subraya.
“Una vez más – señala Verzeñassi- el Gobierno de Entre Ríos es cómplice de ese proceso ecocida y les facilita los mecanismos de destrucción los autores materiales de los incendios. No hay otra explicación para que justo el día después de que las autoridades firmen un convenio para frenar los fuegos en las islas empieza una escalada ininterrumpida de avance del fuego en el humedal. Lo que acá está en juego no es el ecosistema isleño como cuestión romántica, sino un sistema vivo fundamental para la regulación de los ciclos y la subsistencia de quienes hemos desarrollado nuestras culturas a la vera del río Paraná. Esto es claramente un atentado contra la diversidad, contra la integridad de la trama de la vida, y pone en necesidad de ser asumido como un problema de salud pública”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora