El cura Ricardo Alberto López se despidió de la comunidad de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en barrio La Floresta, y de toda su feligresía, en esa amplia geografía de los barrios que están adentro y en los alrededores del Volcadero de Paraná. Fue el sábado, con una misa. Había llegado en 2015 y a finales de 2021 se supo de su traslado. Se convirtió en el cura de los pobres. Llegó para reemplazar a otro sacerdote carismático, Gustavo Mendoza que renunció en plena misa y anunció que se iba para casarse. A López lo envían como residente a la parroquia Santa Ana, de Viale. En su despedida escribió el texto qu sigue:
«Pido que hoy me ayuden a pedir perdón, por las tantas infidelidades y descuidos en la vida pastoral.
Juntos en el Altar, daremos Gracias al Señor por habernos elegido a ser sus Discípulos.
Quiero agradecer a la comunidad el aguante, paciencia, apoyo y todo lo que enseñó.
Que Dios, haga fecundo la entrega y generosidad de todos los que compartieron la Misión de hacer Presente la misericordia del Señor.
En el seminario ´me enseñaron las obras de Misericordia pero en la parroquia aprendí hacerlas y vivirla con hermanos´ siempre de la mano de la fe.
Me voy convencido que si hubiera más fe, no existiría ningún pobre»
De la Redacción de Entre Ríos Ahora