«Diga sí a la vida, diga no al aborto, y a los legisladores, les decimos bien fuerte, los derechos humanos empiezan en el vientre».
Un estribillo con música pegadiza, cantado por un par de muchachos que se turnaban al micrófono, intentaba vanamente ponerle ritmo y color a una tarde domingo fría, nublada y ausente.
En las redes sociales, la convocatoria se viralizó con la etiqueta #RuidazoParaElRechazo, en clara referencia al rechazo de la legalización del aborto.
A pesar de los bocinazos y las arengas apagadas, la caravana «pro vida» que fue convocada a las 16 de este domingo en la Plaza Mujeres Entrerrianas, pero que tuvo su punto de partido sobre el bulevard Maciá, y que desde allí partió a Casa de Gobierno no pudo reunir a demasiado público: fue discretísima.
Lejos, claro, de la última marcha antiaborto, el domingo 10 de junio, en la Costanera, que consiguió el favor de la Iglesia y llegó a contar, entre sus asistentes, al cardenal Estanislao Esteban Karlic. Además, el diputado Esteban Vitor (Cambiemos) y la vicepresidenta del Concejo Deliberante de Paraná, Josefina Etienot, férrea militante antiaborto.
Este domingo 24, en cambio, la convocatoria partió de la Red de Familias Entrerrianas, pero logró enfervorizar a muchos, y menos consiguió que la Iglesia a través de su estructura vertical también convocase. El resultado fue previsible: poquísima gente.
«Vamos a dejarle un mensajito a nuestros senadores: vamos a decirles que las familias entrerrianas le decimos sí a las dos vidas», lanzaron desde un altavoz, y trascartón empezó el cantito: «Senadores, senadores, no se los decimos más: Argentina es pro vida, pro vida siempre será».
Los cánticos dirigidos a los senadores tiene su razón de ser: el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo (IVA), que consiguió una ajustada pero histórica votación a favor en Diputados, está ahora para tratamiento en el Senado, donde la presidenta del cuerpo, Gabriela Michetti, es una declarada antiabortista.
Así , a diferencia de lo que ocurrió en Diputados, donde la temperatura del debate fue subiendo de manera paulatina hasta llegar a la electrizante votación en el recinto, la discusión de la legalización del aborto tensó las relaciones incluso desde antes que el proyecto ingresara al Senado.
Cuando la iniciativa aprobada en la Cámara baja todavía no empezó a tratarse en comisiones, el aborto ya divide posiciones de manera transversal al interior de todos los bloques, con cruces verbales públicos y reuniones privadas de grupos pro y antiaborto para planificar estrategias en pos de alcanzar sus respectivos objetivos.
Es en el oficialismo donde la grieta parece más visible, en particular por la oposición militante a la legalización del aborto protagonizada por reconocidos referentes de Cambiemos, como la vicepresidenta Gabriela Michetti.
Con voto solo en caso de empate, porque no es senadora, Michetti realizó su aporte a la causa de los que defienden «las dos vidas» al girar el proyecto a cuatro comisiones (Salud, Justicia y Asuntos Penales, Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda), contrariando el deseo de los grupos pro aborto, que pretenden aprovechar el envión de la histórica votación de Diputados y apurar su tratamiento en la Cámara alta, según publica este domingo La Nación.
«Este giro obedece a una posición personal de la vicepresidenta con la finalidad de prolongar el debate indefinidamente», denunció el jefe del Bloque Justicialista, Miguel Pichetto (Río Negro), que se convirtió en uno de los principales impulsores del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo y que le había pedido a Michetti que la discusión se redujera a solo dos comisiones (Justicia y Asuntos Penales y Salud).
Desde la otra vereda le salieron al cruce al senador peronista. «Pichetto debe entender que no es el dueño del Senado», replicó la radical Silvia Elías de Pérez (Tucumán) que, junto a Michetti y la fueguina Miriam Boyadjian (Cambiemos-Mopof), integra el grupo antiabortista más activo. «La presidenta del Senado ha tomado una decisión razonable ante un tema de tamaña envergadura, no es posible pretender tratar la legalización del aborto de manera exprés», agregó la tucumana.
Las quejas al apuro de Pichetto y a los sectores a favor de la legalización no llegaron solo desde Cambiemos. El vicepresidente de la principal bancada peronista del Senado, José Mayans (Formosa), hizo pública su disidencia con el rionegrino. «Por más que haya 70 votos a favor es un tema muy profundo y hay que dar una discusión profunda», sentenció. «Hay que preservar la vida del niño por nacer», agregó el formoseño, ferviente practicante católico.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.