Por Grupo de Análisis Gremial (*)

 

Cuando a inicios del año 2018, desde el Grupo de Análisis Gremial, hablábamos que de convalidarse las proyecciones (y techo) a la discusión salarial que se intentaban instalar, e incluso aceptar pasivamente desde nuestra organización sindical, estaríamos frente a la posibilidad de tener una fuerte pérdida salarial, no se tuvo una percepción errada.

Incluso, afrontamos la paradojal posibilidad de realizar aportes analizando y evaluando las condiciones y datos presentes en la realidad cotidiana, confrontados por posicionamientos políticos gremiales divergentes en el mismo escenario.

El cierre corporativo sobre posiciones endebles en la demanda, obtuvo como resultado una fuerte degradación del salario de los trabajadores. En instancias que exigían por su seriedad, poner en práctica una de las máximas virtudes de nuestra construcción y práctica sindical, que es la participación y el debate abierto y activo; atravesamos el conflicto con un escaso funcionamiento de los cuerpos orgánicos y de los espacios de asesoramiento gremial.

Por ello es que el encontrarnos en el umbral de un nuevo año laboral, nos compromete a reclamar que los posicionamientos gremiales encuentren su ubicuidad en la realidad del compañero trabajador; aquella de la que hoy es su vivencia y de esa realidad que a futuro puede generar el accionar de nuestra organización. Por ello es que demandamos la construcción de un horizonte de lucha basado en el debate y conocimiento, para no caer en la funcionalidad de la circunstancia, tal cual parece expresarse al inicio del presente texto.

Sobre el reciente documento de este equipo de trabajo con aportes de compañeros de distintos lugares de la Provincia y variada pertenencia político agrupacional, que marcara claramente la degradación salarial docente 2018 en relación a la inflación (15/16 %); y de la CBT (Canasta Básica Total) en un 20%, hemos determinado lo deficitario del balance en cuanto a la demanda salarial. También sobre el análisis de recursos anuales proyectados y recaudados por el gobierno provincial, podemos expresar que los reales perdedores de la ecuación económica estatal fueron los trabajadores, de tal manera, que ha permitido al oficialismo provincial anunciar su superávit presupuestario.

Creemos que esta situación demanda a la organización, la decisión política de hacer confluir la demanda con la realidad, superando la lógica de “… perder lo menos posible…”. Es fundamental profundizar los análisis de la situación Salarial (hilando más fino si se quiere), y, paralelamente, desarticular una de las grandes falacias que esgrime el Gobierno Provincial,como la del “superávit presupuestario”, sostenida en el empobrecimiento de los salarios de los trabajadores.

Recordemos algunos de los datos que demuestran la pérdida salarial; 48% inflación anual, el 53% de aumento en la CBT, 64% anual de incremento en el rubro alimentos uno de los componentes esenciales de la CBT. En cuanto a tarifas, de acuerdo estudio realizado por la Universidad de Avellaneda en el mes de abril, se dice que los servicios en 2018 tienen una incidencia del 21 % sobre el salario mínimo vital, en 2015 la misma era de sólo un 6 %,impactando profundamente esto también en el sueldo docente. Estos índices de aumentos desmesurados, nos permiten dimensionar la pérdida de poder adquisitivo en el salario docente (y de todo trabajador entrerriano) quienes sólo recibieron en 2018 un 33% de recomposición salarial. La diferencia en alimentos es ilustrativa, un 31% menos respecto de principios de ese año, efecto que sufre toda la familia del trabajador docente.

Dicho de otra manera, los trabajadores debemos hablar de un déficit de la “negociación salarial”, refiriéndonos a que no se han garantizado temas mínimos en el sustento de la familia del trabajador. La síntesis de lo ocurrido se puede encontrar en los dichos del Gobierno Nacional, cuando refiere que las provincias que se alinearon con sus políticas alcanzaron “superavit”. Nada más cierto lo de alinearse, nada más cierto que toda condescendencia con los alineamientos no es otra cosa que funcionalidad, nada más cierto que los grandes éxitos del fiscalismo feroz se sostienen sobre la espalda de los trabajadores…

Esta realidad no la puede desconocer la organización en 2019. Es por eso que bregamos y demandamos la rápida convocatoria de instancias orgánicas y asesoras del sindicato, para que de manera plural, sin exclusiones, se inicie un concienzudo análisis de la situación laboral y salarial. De tal manera que las futuras instancias de negociación con la patronal, nos encuentren con un conocimiento concreto del escenario de negociación, con el manejo de las diferentes variables que inciden en la misma, con la información más precisa y completa para el debate asambleario, elementos que permitan a quienes son las bases orgánicas del sindicato y afectados por el proceso de devaluación salarial, encontrar en la decisión conjunta y mayoritaria los mejores caminos para restituir la dignidad del trabajador docente, trascendiendo las posturas agrupacionales.

 

 

 

 

(*) El Grupo de Análisis Gremial (GAG) de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) lo conforman los dirigentes Lusi Fernández (Uruguay), Francisco Nessman (Federal) y Pedro Gutiérrez (Victoria).