Dos monjas de la congregación Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas, que dirigen el Colegio Castro Barros, de Lucas González, denunciaron en la Justicia al cura sanador Juan Diego Escobar Gaviria por abuso de un menor.
El viernes las religiosas efectuaron una exposición ante el defensor oficial de la Justicia de Nogoyá, Oscar Eduardo Rossi y en próximos días se denunciaría otro caso. Son dos menores de 11 y 12 años, que eran encerrados por el cura para cometer sus abusos, según publica el sitio Análisis Digital.
A partir de esa denuncia, la Justicia dispuso urgentes medidas para avanzar en la investigación. Al parecer, el párroco sanador Escobar Gaviria se habría retirado de Nogoyá en la madrugada del sábado, por orden específica del arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, quien, además, habría iniciado una investigación diocesana de los hechos.
Escobar Gaviria fue el único miembro del clero que salió a defender públicamente a Marcelino Moya, otro sacerdote con una causa judicial por abusos en Villaguay.
Las monjas de Lucas González son quienes dieron acogimiento a la carmelita Luisa Toledo, priora del convento de Nogoyá, sobre quien la Justicia abrió una invetigación por el delito de privación de la libertad en perjuicio de religiosas que habían intentado retirarse de la congregación, y se lo impidieron.
Los dos pequeños víctimas de los abusos denunciados por las monjas ofician de monaguillos en la parroquia de Lucas González. La particularidad, en esta situación, es que los hechos estaban bajo conocimiento del arzobispo de Paraná, quien avaló la presentación ante la Justicia y, a la vez, dispuso una investigación diocesana interna. Además, separó del lugar al cura Escobar Gaviria, quien habría sido enviado a un lugar no determinado de Paraná.
El defensor oficial de Nogoyá, Oscar Eduardo Rossi, acudió de inmediato al fiscal auxiliar Rodrigo Molina (ya que Federico Uriburu se encontraba de licencia) y éste dispuso algunas medidas urgentes. Por lo pronto, para esta semana están citados los padres del menor y también habrá una cámara Gesell a uno de los niños, a fin de avanzar en la investigación que involucra al cura.
Juan Diego Escobar Gaviria es el más conocido cura sanador de Entre Ríos, y pertenee a la congregación Cruzada del Espíritu Santo, que dirige Ignacio Peries, que enabeza la Parroquia Natividad del Señor, en Rosario.
En 2006, el arzobispo Mario Maulión dispuso la incardinación –en lenguaje eclesiástico, la decisión de vincular de manera permanente a un sacerdote en una diócesis determinada— de todos los integrantes de la Asociación Clerical Cruzada del Espíritu Santo. Desde entonces, Maulión comenzó a ejercer la función de “obispo benévolo” o “patrocinante” de ese movimiento religioso que todavía no consigue el permiso del Vaticano para desenvolverse como congregación, función que ahora tiene su sucesor, Juan Alberto Puiggari.
El padre Juan Diego, como todos lo conocen, está desde ese año como párroco de la Parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González.
Es colombiano, y su primer destino en Argentina fue un pueblecito que se llama Timbúes, cerca de San Lorenzo, en Santa Fe. Después, llegó a Paraná, y fue destinado a la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, y en febrero de 2005, pasó a Lucas González.
Escobar Gaviria se convierte así en el tercer sacerdote con una denuncia judicial por abusos. El primero fue Justo José Ilarraz, a punto de ir a juicio oral. Le siguió Marcelino Moya, con una causa por abuso en los tribunales de Villaguay. Y a ellos, se sumó el escándalo de las monjas carmelitas de Nogoyá, donde se denunció privación de la libertad y aplicación de tormento a dos religiosas que fueron a la Justicia de Nogoyá.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.