«Hoy tengo un poco más de alivio».

Belén Sánchez dice que siente un poco más de alivio. Ese alivio se lo trajo la noticia de que Pedro Matías Vargas, uno de los dos Testigos de Jehová de Santa Elena que denunció por abusos en 2017 mediante un duro posteo en Facebook -le valió que ambos le iniciaran una querella por injurias-, que luego fueron juzgados y condenados por la Justicia, esté finalmente camino a la cárcel. Vito Panza, el otro condenado, tendrá que aguardar los laxos tiempos de la Justicia: era menor de edad cuando ocurrieron los hechos y por eso su caso deberá ser tratado por un Juzgado de Familia y Penal de Niños y Adolescentes. Vargas, en cambio, tiene que cumplir condena a 12 años de cárcel por abuso sexual gravemente ultrajante.

En el caso de Vargas la sentencia quedó firme y por eso la Justicia ordenó su detención y traslado a la Unidad Penal N° 1. Hace un mes, el 13 de septiembre, se ordenó su detención, pero extrañamente esa petición corrió la suerte de los trámites que la burocracia fagocita en un agujero negro insondable. Gerardo Schumacher, subjefe de Policía de la Departamental La Paz, dijo que se enteró el viernes 13 de octubre, un mes después, leyendo un medio digital que había una orden de detención. Entonces hizo lo que tenía a mano: tomó el teléfono y se comunicó con la Policía de Villa Mercedes, San Luis -donde ahora reside Vargas- y pidió su detención. Lo detuvieron y quedó alojado en una dependencia policial. Así será hasta que la Justicia de San Luis y la de Entre Róis definan los trazos finos del traslado.

 

Pasaron seis años del posteo de Belén Sánchez en Facebook. Entonces tenía 21 años y la necesidad de qué modo había sido violentada su integridad sexual cuando era una niña y acudía con su familia a los oficios religiosos en el templo de los Testigos de Jehová en Santa Elena. Entonces, 2017, contó esto: “Sentía que todo lo que intentaba hacer me iba mal en la vida, me eché mucho la culpa de no ser capaz de salir y ahora me siento capaz de no callar y de sanar. Y liberarme de todo lo malo. No le deseo el mal a nadie. Tengo un poco de rencor hacía esas personas pero ahora ya no lo siento, me voy liberando, ahora la gente me ha apoyado”.

—Belén, ¿podés contar cómo empezó todo?

—A estas personas las conocí y tuve trato con ellos entre los ocho a once años. Eran amigos de mi familia y por lo tanto siempre iban a mi casa en forma de confianza, hasta que después tomaron tanta confianza que comenzaron a abusar de mí.

—¿Son dos los que abusaban?

—Eran dos. No lo hacían juntos. Pero lo hacían en diferentes momentos. Cuando quedaba sola en casa. En cualquier momento que ellos quedaban conmigo, aprovechaban para manosearme  o psicopatearme en la cabeza. Tenía entre ocho a once años. Es lo que más me acuerdo. Lo más chica que fui me acuerdo que eran ocho años y después continuaban manoseándome hasta que llegué a tener once años y después no me dejé más tocar por ellos, después de los once años. No sabía lo que me hacían porque era completamente una niña inocente, criada en un ambiente muy sano que no creía que llegaran estas personas a hacerme daño. Yo también confiaba en ellos.

—¿Por qué confiabas en ellos?

—Porque eran personas de la religión con las que yo me crié

Ahora Belén Sánchez tiene la voz más entera y la confianza restaurada. «No fue algo fácil de transitar todo el tiempo que me llevó esto y, como siempre comento, lo expuesta que quedas como víctima. Es un proceso en el que hay que luchar mucho, y lleva a un desgaste emocional, psicológico. No fue fácil para mí, pero nunca dejé de luchar», dice ahora, y dice que está empoderada.

Pero enseguida recuerda el desdén de quienes debían protegerla y acompañarla. «En el momento en el que decidí hablar, la única forma de hacerlo era exponerme, contar mi historia. No es tan fácil como parece. Tenes muchas miradas, mucha gente que pregunta, mucha gente que se corre a un lado, porque so la problemática que inventó esto. Es tu lucha, y sabes que estás luchando por algo en lo que querés que se haga justicia. Ahora, es una etapa en la que te sentis empoderada, pero hubo otras en las que te sentis expuesta y vulnerable. No fue fácil», cuenta durante una charla con el programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7.

Siempre contó con el apoyo de la familia. Su mamá sigue asistiendo a los oficios religiosos de los Testigos de Jehová. Belén Sánchez, no. Nunca más pisó una iglesia.»Mi mamá sigue siendo parte de la iglesia -recuerda-. Ellos siempre me creyeron, me acompañaron. Todo lo que yo pasé, mis estados de ánimo, que eran un subibaja; ellos también sufrieron conmigo este proceso y se angustiaron por mí. Es algo que afectó a toda la familia».

De los Testigos de Jehová, en cambio, no  tiene un buen recuerdo. «Ellos se manejaron, al menos conmigo, con un total encubrimiento. Esto no quiere decir que todos los Testigos sean encubridores. Como organización, es bastante encubridora. Yo lo viví en carne propia, así que nadie me puede decir lo contrario. Las pruebas que tuvieron para beneficiarme en el juicio, las taparon. Decían que no podían dar datos personales. Esa parte fue la que más me dolió. Estaban encubriendo a mis abusadores. Ahí te das cuenta que como organización les importa más ellos que la víctima. Aún así ellos sin dar las pruebas, fui con la verdad y gané», cuenta.

La mano de Dios: capturaron al Testigo de Jehová condenado por abusos

 

La pesquisa

Luego de un operativo de búsqueda y captura, la Policía detuvo este viernes a Pedro Matías Vargas, el miembro de los Testigos de Jehová de Santa Elena, condenado a 12 años de cárcel por abuso sexual que se mantenía prófugo luego de que hace un mes atrás la Justicia ordenara su detención y alojamiento en la Unidad Penal N° 1 de Paraná.

De acuerdo a lo que indicó la Policía, agentes de la Jefatura de Policía Departamental La Paz, a cargo del subjefe departamental Gerardo Schumacher, y en conjunto con efectivos de la División Investigaciones del Departamento Villa Mercedes de la Policía de la Provincia de San Luis, luego de distintas averiguaciones y cruces de informaciones permanentes, procedieron, en la fecha, a la detención de Vargas, el cual será trasladado hacia esta Provincia para cumplir la pena de 12 años de prisión efectiva dispuestos por la Justicia.

En septiembre último, la Justicia había ordenado la «inmediata detención» de Pedro Matías Vargas, el Testigo de Jehová de Santa Elena condenado en 2021 a 12 años de cárcel por abuso y corrupción de menores. En el juicio, que se desarrolló en los Tribunales de La Paz, también fue encontrado responsable de ese delito Vito Panza, pero en su caso se envió el legajo a la Justicia de Menores por cuanto al momento de que ocurrieron los hechos no había alcanzado la mayoría de edad.

Gerardo Schumacher, subjefe de Policía de La Paz, dice que Pedro Matías Vargas estaba «prófugo» pero que se enteró del pedido de captura un mes después de que fuera librado. Y que lo leyó en un medio digital el viernes 13 de octubre.

-¿Cuando se enteró del pedido de detención de Vargas?

-Yo me enteró hoy (por el viernes) leyendo la prensa. Hago mi averiguación. Llamo a Paraná y ya estaba cargado en el sistema. No es que salió un oficio. Se pone en conocimiento a las departamentales. Se carga. A veces pasa que entran un montón de papeles. A veces es mucho papeles para tramitar. Nosotros no teníamos cargado en la División Antecedentes Personales de La Paz este pedido, por eso yo me entero cuando leo la prensa, corroboro la información y empezamos la investigación. A veces es más ágil.

-¿Pero Vargas estaba prófugo o no había sido notificado?

-Estaba prófugo. Al tener una condena firme y no ponerse a disposición de la Justicia indica que está prófugo. No sé si el defensor le comunicó esta situación.

De igual modo, el traslado de Vargas desde San Luis a Entre Ríos no será inmediato. «Ahora -explicó Schumacher- la Justicia de San Luis tiene que comunicarse con la Justicia de Entre Ríos y acordar cómo será el traslado. Hay que viajar para San Luis y hacer el traslado de Vargas hasta Paraná. Va a ser notificado acá que quedó firme la condena. y se va a definir el lugar donde quedará alojado».

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora