La administración del intendente Adán Bahl decidió clausurar el portón corredizo ubicado al final de calle Augusto Nux, y que les otorgaba paso exclusivo a los vecinos del barrio privado Puerto Barrancas, una urbanización que balconea al río y que de ese modo se evitaba transitar la polvorienta Gobernador López Jordán para acceder al centro de la ciudad. En vez de eso, «cortaban camino», atravesaban el camping Toma Vieja, y así salían por la pavimentada Avenida Blas Parera.
Eso ya no es así. El portón corredizo que accionaban con un sistema que tenían a mano sólo los vecinos del exclusivo barrio ya no corre: las autoridades municipales lo clausuraron, colocaron un candado y en carpeta está encarar la obra de cerramiento definitivo, para eliminar ese paso que los habitantes de Puerto Barranca habían convertido en frontera propia.
La decisión generó malestar entre los vecinos del exclusivo barrio que mantenían un pase exclusivo para atravesar el camping Toma Vieja: se había construido un portón corredizo sobre una calle pública, y la llave para abrir y cerrar escapaba al control de las autoridades municipales. Además, habían ocupado una columna de alumbrado del parque público para instalar una cámara de seguridad para controlar quién ingresaba o quién salía por esa puerta trasera de la Toma Vieja.

La columna de luz tenía una cámara de seguridad de los vecinos del barrio privado: el Municipio la desactivó.
Lucas Feltes, subsecretario de Servicios Públicos de la Municipalidad de Paraná, dijo que la primera medida fue cortarles el suministro eléctrico del Estado que alimentaba ese sistema de vigilancia. La segunda medida fue clausurar el portón corredizo con un candado. Lo próximo será retirar todo ese andamiaje que primero fue una tranquera de madera y después un portón de chapa, y construir un cerramiento que impida el acceso por esa zona. Se trata de una medida que se enmarca en el proyecto más amplio de recuperación de toda la zona del camping Toma Vieja, anunció.
Durante la administración del exintendente Sergio Varisco se había abierto el paso, pero la decisión derivó en robos frecuentes en el camping. Entonces, se puso una tranquera; pero los intrusos se las ingeniaban para sortear ese obstáculo y cruzar por la parte trasera del lugar. Después, se colocaron malamente unas estructuras inmensas de chapas. Pero más tarde hubo un acuerdo con los vecinos del barrio privado Puerto Barrancas, y les dejaron ese paso como uso exclusivo: entonces, apareció el sistema mecanizado para ingresar por ese paso fronterizo. Además, se controlo el acceso y la salida con una cámara de seguridad.
Ahora, nada de eso existe. «Desde el punto de vista de la gestión, era una locura eso que existía. Lo primero que hicimos fue cerrar ese paso con un candado, y de ese modo, el control remoto que tenían para abrir el portón ya no lo pudieron usar más. La Municipalidad debía poner un empleado para abrirles el portón de acceso para que pasen esos vecinos. Cerramos ese portón, y estamos trabajando en la modificación de todo el complejo turístico de la Toma, preparándonos para la temporada de verano: sistema de luminarias LED, agregamos mobiliario y reparando todo. La idea es utilizar uno de los piletones viejos para construir una cancha de futsal», cuenta el subsecretario de Servicios Públicos.
Respecto del polémico portón corredizo, Feltes dice que, antes de tomar la decisión de clausurarlo, se actuó del modo como aconsejaron las áreas legales del Municipio, y se armó un expediente, que derivó, al final, en el cerramiento de ese paso y la notificación a los vecinos del barrio privado Puerto Barrancas de que no pueden pasar más por esa zona. «Habían puesto hasta una cámara, que después la retiraron cuando nosotros le cortamos la luz. Pero además, nos dejaban la basura en cualquier lado cuando pasaban. Todos los residuos lo dejaban en la Toma. Para nosotros era un tema inseguro que siguiera eso así», señaló.
Como había contado Entre Ríos Ahora, la apertura de esa aduana seca ocurrió en 2017. Primero hubo una tranquera de madera, como las de campo.
Después, en 2017, ya se instaló el portón corredizo, y se impidió el paso a todos. Sólo los habitantes del barrio Puerto Barrancas tienen permitido el paso por allí.
Del otro lado de la frontera seca, está la calle Pintor Augusto Nux. Pero esa calle está privatizada: es la calle de un barrio, no de la ciudad.

Así está la tranqurera ahora: desactivada, con montículos de tierra, ya sin tránsito habilitado.
La última gestión municipal había instalado luminarias impecables en todo el tramo de calle Nux que muere frente a la tranquera ahora desactivada. Según dijo el subsecretario de Servicios Públicos, serán retiradas y colocadas en el tramo de calle López Jordán que ahora deberán utilizar los habitantes de Puerto Barrancas.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.