El Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf) acordó derivar a una comunidad terapéutica de Buenos Aires a un menor de Feliciano, que fue víctima en un procedimiento policial ordenado por la Justicia para su detención, en el que un miembro de la fuerza efectuó un disparo disuasivo con balas de goma que le ocasionó la pérdida de la visión en un ojo.

El chico, con serios problemas de adicción, había sido tratado primero en el Hospital Francisco Ramírez, de Feliciano, luego derivado al Hospital Felipe Heras, aunque en el medio también había tomado intervención la residencia socioeducativa Evita. Lo insólito del caso es que ningún servicio sanitario había aconsejado su internación en una comunidad terapéutica, de modo de evitar los hechos que se sucedieron que derivaron en la detención policial violenta.  Sólo cuando tomó parte la Justicia, y ordenó la búsqueda del chico, I E, de 16 años, y su captura por parte de un equipo de fuerzas especiales de la Policía, se dispuso elaborar un informe recomendando su internación.

Claro que la intervención policial en la captura del menor sucedió en medio de una situación reprochable: un efectivo policial efectuó disparos al aire, con balas de goma, cuando el chico reaccionó en forma violenta al momento de ser aprehendido. Una de las balas impactó en la cara y le produjo la pérdida de la visión.

El hecho ocurrió el martes 11 de julio, en el barrio Estación de Feliciano. Allí, un adolescente de 16 años resultó gravemente herido en un ojo durante un procedimiento policial.

Hasta allí, llegó la fuerza policial por orden de la Justicia.

El chico, según publica el sitio Realidad Regional,  se habría ausentado de la residencia del Copnaf, donde se encontraba alojado, para ir a la casa de su abuela. La policía acudió en la vivienda para llevar al joven de nuevo al hogar Evita.  Pero el joven amenazó con un cuchillo tipo Tramontina a los funcionarios, quienes se retiraron del lugar.

Tras un poco más de 20 minutos, los uniformados regresaron, pero esta vez, acompañados por el cuerpo de la Guardia Especial Feliciano. Allí, en un confuso episodio, que la familia de la víctima describe como violento, el menor resultó gravemente herido en un  ojo.

Según la versión policial, el joven habría tomado de rehén a su propia abuela y cuando la policía concurrió al lugar para retirarlo, fueron agredidos con un cuchillo Tramontina, lo que habría ocasionado el corte en el chaleco de un funcionario. De acuerdo a esta versión, uno de los uniformados efectuó dos disparos preventivos al aire y uno de ellos habría rebotado en una puerta e impactado en el ojo de la víctima.

Desde el Copnaf, indicaron que el menor ingresó al hogar Evita, de Feliciano, el 4 de julio por un conflicto con su madre y con la pareja de ésta, situación que requirió la intervención de personal policial. Así, desde el Copnaf Feliciano se solicitó la adopción de «una medida de protección excepcional» ante la negativa que algún familiar directo de asumir la responsabilidad de su cuidado, quien debía, además, someterse a un tratamiento por su adicción a las drogas.

Para abordar clínicamente esa adición,  miércoles 5 ingresó por Guardia al Hospital Francisco Ramírez, y luego fue derivado al Hospital Felipe Heras, de Concordia, para su atención en el Servicio de Salud Mental. Allí permaneció un día y luego volvió al hogar Evita, «donde nuevamente sufre una crisis que motiva su reingreso en dos oportunidades» al Hospital Francisco Ramírez.

De acuerdo a lo que indicó el Copnaf, en la madrugada del lunes 10 de julio debió ser nuevamente hospitalizado, y «se lo intentó contener, pero finalmente logra evadir a los profesionales encargados de su cuidado, escapándose por la ventana de la habitación. Inmediatamente la coordinadora del Copnaf, Edith Piriz, realiza el correspondiente pedido de localización, recibiendo la comunicación por parte de la madre de que el adolescente se había hecho presente en el domicilio de la abuela».

Entonces, el caso se judicializa. Desde la coordinación Copnaf se dio intervención a la Policía, y posteriormente a la fiscal María Beatriz Garrahan, y también a la defensora  Cecilia Miguel de Alberguetti.

Lo que siguió fue el procedimiento policial en casa de la abuela del menor. Así lo describe el informe oficial del Copnaf: «A raíz de lo ocurrido, inmediatamente se realiza un operativo policial donde el joven es retirado del domicilio de su abuela, episodio donde resulta lesionado en el ojo izquierdo y es inmediatamente trasladado por la misma policía al Hospital local, donde tras ser atendido, se dispuso el trasladado al Hospital Felipe Heras de la ciudad de Concordia. Oportunidad en la que es acompañado por su madre en articulación con un promotor de derechos del Copnaf. Atendiendo a la complejidad del cuadro clínico se dispone finalmente su trasladado para cirugía al centro de alta complejidad Instituto Oftalmológico Pedro Lagleyze, en la Ciudad de Buenos Aires.”

La historia concluyó así: el chico perdió la visión de un ojo, y después de ese complicado procedimiento policial, será ahora derivado a una comunidad terapéutica de Buenos Aires. Nadie se explica ahora por qué ningún organismo dispuso antes esa derivación y se esperó a que ocurriera un desenlace en la que un chico de 16 años perdió la visión de un ojo por un disparo de un policía, en un operativo que de momento no está del todo claro.

 

Con información publicada en Realidad Regional

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.