La crisis y la existencia de cada vez más personas en situación de calle en Paraná llevó a un aumento en el número de comensales que cada mediodía van por una ración de comida al comedor María Reina, que funciona en la parroquia San Miguel.
Los comensales llegan, puntuales, pasadas las 12, e ingresan por el portón construido para acceder a la Capilla Norte, ese monumento histórico que balconea a calle Buenos Aires, y que fue restaurado con fondos de la Provincia.
La otra realidad que se advierte es que, frente a la demanda, el comedor, que abría solo tres días a la semana, ahora lo hace de lunes a viernes. El párroco de San Miguel, Gustavo Horisberger, asevera que son entre 70 a 80 personas las que almuerzan a diario. «Quizás un poquito más, por las viandas, si queda -dice, y respeto de cómo hacen para sostener el comedor, responde, tajante:- No hay secreto en cómo se mantiene: a pulmón».
El censo de población y vivienda 2022 que desarrolló el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) relevó el año último tan solo 139 personas en situación de calle en todo Entre Ríos. En Paraná contabilizó apenas 51. Ninguna en Concordia. Ninguna en Gualeguaychú. Aunque a diario, al comedor de San Miguel van entre 70 y 80 personas en situación de calle.
El comedor de San Miguel tiene casi medio siglo de vida. Surgió por impulso del sacerdote Alejandro Patterson, oriundo e Johannesburgo, Sudáfrica, donde nació en 1936. Se ordenó sacerdote en 1971 en Dublín, Irlanda. Formó parte de aquel contingente de curas extranjeros que a principios de la década de 1970 se asentó en Paraná, traídos por el arzobispo de entonces, Adolfo Servando Tortolo.
Aquí, Patterson llegó junto a John O’Malley, el padre Juan, fallecido en 2010, Peter O’Connor y Michael Hubbart. Los cuatro habían conseguido en 1966 salir de la congregación de los Hermanos Cristianos, a la que se habían incorporado como educadores. Exclaustrados de esa orden, se incorporaron a los dominicos, y se formaron en sus seminarios. Llegaron a la Argentina en julio de 1972, y al año siguiente se hicieron cargo de la Parroquia San Miguel, en Paraná.
Arrancó el comedor de San Miguel, con menos comensales de los que esperaban
La pandemia de coronavirus había obligado a pausar la actividad: casi todas las voluntarias y voluntarios que preparan las viandas son personas mayores. El 16 de marzo de 2020 fue el último día que sirvieron comida. Entonces se dispuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) por la pandemia de coronavirus, y la actividad se clausuró, hasta abril de 2022, cuando volvió a atender a sus tradicionales comensales.
La vuelta fue modesta. El comedor de la parroquia San Miguel, que atiende a personas en situación de calle, retomó su actividad martes y viernes después de haber permanecido cerrado durante dos años a raíz de la pandemia de coronavirus. Pero en el arranque hubo menos comensales de lo que esperaban. De hecho, fueron 20 personas y las voluntarias y voluntarios del Comedor María Reina, tal el nombre que tiene, habían preparado comida para 50.
«No sabemos cuántas personas vendrán. Antes de la pandemia, eran unos 80. La verdad que no estimamos la cantidad para este primer día. Poco a poco se irán enterando», dice Gustavo Horisberger, párroco de San Miguel Arcángel, el emplo que se levanta en Buenos Aires y Carlos Gardel, frente a Plaza Alvear.
«Iremos retomando la apertura total de a poco, a medida que pasen los días. Además, la situación económica del país también afecta a este tipo de actividades ya que el recurso es la solidaridad de las personas que nos ayudan, siempre han sido generosas y la providencia nunca nos dejó faltar un plato de comida. Pero imaginate: un paquete de fideos de 500 gramos en 2019 costaba $40; hoy cuesta entre $75 y $80. El arroz, el kilo en el mismo año $40, hoy cuesta $86. Y en general las personas que nos ayudan son jubilados, que paradójico ¿no?», había dicho Horsberger en aquella vuelta.
En el verano, el comedor volvió otra vez a pausar su actividad. Retomaron el lunes 6 de marzo de 2023. Esta vez, en cambio, la demanda creció de manera importante.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora