No son buenos estos días para Juan Diego Escobar Gaviria, el cura investigado por tres casos de abuso a menores ocurridos en Lucas González.
En los últimos días, estuvo a punto de quedar detenido en la comisaría 5ª, de Paraná, adonde fue a notificar su paradero.
Escobar Gaviria está bajo seguimiento judicial y debe notificar de sus movimientos y paradero. Primero, estuvo en Oro Verde, donde fue repudiado por los religiosos de la Casa Padre Lamy, adonde quiso encontrar cabida; después, se afincó en un departamento particular que, más tarde se supo, tenía ocupantes.
Fue entonces cuando los fiscales que lo investigan, Federico Uriburu y Rodrigo Molina, le pidieron que se mudara.
Se corrió a Paraná.
Y dio como domicilio la sede de la Asociación Clerical Cruzada del Espíritu Santo, la orden religiosa a la que pertenece Escobar Gaviria, en calle Comandante Espora. Pero ese no parece ser su lugar de residencia permanente.
Un trotamundos, a Escobar Gaviria parece no sentarle cómodo fijar domicilio en un solo lugar, y ahora se mudó al otro extremo de la ciudad, en la zona sureste: en Ameghino y Clark, en cercanías de La Floresta.
La consecuencia directa fue que debió dar un parte a la comisaría más cercana de su nuevo domicilio. Fue a la comisaría 5ª. Cuando los policías de turno cayeron en la cuenta de quién era el que iba a notificar su paradero, quisieron dejarlo detenido.
Pensaron, con buen tino, que debía estar en otro lugar, y no ahí.
Una fiscal de Paraná se comunicó enseguida con los Tribunales de Nogoyá para resolver qué hacer: detenerlo o dejarlo ir. Lo dejaron ir.
De momento, Escobar Gaviria no tiene orden de detención, aunque su situación procesal se agrava cada día.
El 27 de octubre último, el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, lo suspendió en el ejercicio del sacerdocio y le prohibió oficiar misas en público. Fue después de que las monjas del Colegio Castro Barros San José, de Lucas González, se presentaran ante el defensor oficial de los Tribunales de Nogoyá, Oscar Rossi, y denunciaran el caso de un nene de 11 años que relató haber sido abusado por el cura.
“Apenas se conocieron dichas versiones, el pasado 27 de octubre, el arzobispo dio indicaciones para que den inicio las investigaciones preliminares, según lo expresa el Código de Derecho Canónico en el canon Nº 1.717, reguladas por las normas de Gravioribus Delictis (delitos muy graves”, anunció la curia.
Fue el principio del fin de la grande fama de cura sanador que tenía tras de sí Escobar Gaviria: Puiggari le ordenó abandonar Lucas González –un pueblo de poco más de 4.000 habitantes, ubicado a 133 kilómetros de Paraná, adonde había llegado en 2005—y le pidió que consiguiera una casa de retiros adonde alojarse.
Escobar Gaviria tiene tres denuncias en su contra por abuso de menores. La Unidad Fiscal de Nogoyá tiene tres legajos con el nombre Escobar Gaviria. El primero, caratulado “Señor Defensor Oficial s/Presentación”, que tiene que ver con la primera víctima, un nene de 11 años; a ese se agregaron otros dos: “Juan Diego Escobar Gaviria s/Abuso Sexual” y “Juan Diego Escobar Gaviria s/Promoción a la corrupción agravada de menores”.
Escobar Gaviria fue párroco de Lucas González –un pueblo de poco más de 4.000 habitantes, a 133 kilómetros de Paraná– desde 2005 hasta el 27 de octubre pasado, cuando fue apartado por orden de la curia.
Desde entonces, el sacerdote no puede oficiar misas en público, y esa situación se mantendrá hasta que se cierre la causa en la Justicia.
A la primera denuncia hecha por las monjas que dirigen el Colegio Castro Barros San José por el abuso de un nene de 11 años, se sumaron dos presentaciones: dos jóvenes, mayores de edad, que contaron de qué modo el cura abusó de ellos cuando eran niños.
El lunes 31 de octubre, la curia dio a conocer un comunicado en el que anunció que Escobar Gaviria tiene prohibido ejercer el sacerdocio, y en privado, Puiggari le pidió que buscara alojamiento en una casa religiosa. El domingo Escobar Gaviria ingresó a la Casa Padre Lamy, de la congregación Servidores de Jesús y de María, en Oro Verde. Pero no dijo nada. Recién el lunes les informó a los religiosos que estaba allí porque había una denuncia por abuso en su contra.
El lunes 31 de octubre y ante la falta de información sobre el paradero del cura, los fiscales Rodrigo Molina y Federico Uriburu cursaron un oficio a la curia preguntando por el paradero de Escobar Gaviria. No les respondieron sino hasta el martes 1º de noviembre, a la tarde. Por eso, a la mañana del martes, el juez de Garantías Gustavo Acosta libró una orden de captura contra el cura.
No llegó a cumplirse esa orden de captura. El mismo martes, por la noche, Escobar Gaviria se presentó en la Jefatura de Policía de Nogoyá.
Dos días después, le dictaron la prisión preventiva por 20 días.
El cura estuvo en la cárcel de Victoria desde el jueves 3 hasta el jueves 10 de noviembre, cuando fue puesto en libertad luego de una apelación de sus defensores.
Después, se alojó en un departamento de calle Los Cardenales, de Oro Verde, al aguardo del avance de la causa en los Tribunales de Nogoyá.
Sus defensores informaron dos domicilios, sobre la calle Los Cardenales. Aunque luego se descubrió que uno era el domicilio del hijo de la pareja del exjuez Penal de Menores Mario Gómez del Río, y el segundo, el comedor de la Parroquia de Oro Verde.
Y más grave: comenzaron a circular versiones de que el cura había salido de Oro Verde, violando una orden judicial, y había atendido fieles, en abierto desafío a la imposición de Puiggari.
En medio, un grupo de vecinos se presentó ante la Municipalidad de Oro Verde y pidió que Escobar Gaviria fuera declarada persona no grata.
Ahora está afincado en Paraná. Sin domicilio fijo. Y bajo investigación judicial por abuso de menores.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.