El médico Guillermo Gabriel Riolo, cesanteado de su cargo de jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital San Martín luego de un sumario que se inició en diciembre de 2023 después de acumular 42 inasistencias sin justificar -sólo con 10 es causal de desvinculación en el Estado provincial- y con su matrícula suspendida por el Ministerio de Salud, carga con una denuncia por mala praxis que tramita con los tiempos a ajenos a los tiempos de los mortales el fiscal Facundo Barbosa, de la Unidad Fiscal de La Paz.
La denuncia fue hecha por Luis Barrios y Marina Aristimuño, los papás de Facundo, el nene de 3 años que Riolo operó de amígdalas el 19 de septiembre en la Clínica del Sol, de Bovril, en el departamento La Paz. Luis y Marina le achacan impericia, de haber tratado de manera salvaje a su hijo mientras lo tuvo en el quirófano, al final, lo hacen responsable de la muerte de Facundo. El nene murió desangrado en la Unidad de Terapia Intensiva del Sanatorio del Niño, luego al que fue traído aquel mismo 19 de septiembre y donde falleció el 25 de septiembre.
-¿Lo querés preso a Riolo?
La pregunta sorprende a Luis Barrios. Piensa la respuesta: el dolor lo atraviesa. Dice:
-Quiero que se haga justicia. Si tiene que ir preso, que vaya preso. Lo que él hizo fue arrebatarle el futuro a una criatura que tenía toda una vida por delante. Alto tan sencillo, la operación de amígdalas, si hubiese estado con todos sus sentido trabajando en ese quirófano, hubiese hecho un buen trabajo. Se ve que los años, o las mañas lo han llevado a tomar ciertas cosas que hicieron ineficiente su trabajo. No solo fue Facundo. Fueron otros nenes.
-Facundo era el único hijo. ¿Cómo siguen los días para ustedes?
-Sí. Facu es nuestro único nene, de 3 años. Nuestra vida es muy dura ahora. Es un vacío total lo que sentimos nosotros. El hecho de llegar a la casa y no tenerlo, o ver sus cosas, nos quiebra. Estamos sentados en el comedor sin dirigirnos palabra y pensamos en él. Todo giraba alrededor de él. Pero tenemos que seguir adelante, juntar fuerzas. Nos cuesta mucho hablar de él porque nos quiera. Revivir todo es muy doloroso. Pero estamos tomando fuerza porque tenemos que avanzar. Esto no puede quedar olvidado.
Ahora Luis y Marina aguardan una charla con el fiscal Barbosa para saber cómo avanza la investigación. Se han dado pasos, pero todavía resta. Mientras, aquel momento es un reel que miran una y otra vez: repasan cada detalle, soportan el vacío, se envuelven en la oscuridad y vuelven en llanto.
Por qué Fiscalía de Estado recomendó suspender la matrícula a Riolo
-Ese día en la clínica nos dimos cuenta que algo andaba mal cuando se empezó a demorar en salir del quirófano. Preguntábamos pero no nos decían nada. Riolo salía del quirófano, volvía. Nos preguntábamos qué pasaba. Primero, nos dijo: `Mamá papá, ya está, ya hicimos lo que teníamos que hacer. Tuvimos un problemita. Encontramos un vaso que sangró pero ya hicimos los puntos, así que está todo bien`. Después, dijo algo que nos impactó: `Tu hijo es un guacho cómo grita. Grita y se le abren los puntos y sale sangre`. Esas palabras nos llegaron mucho. La criatura no tiene la culpa. Despertó en ese lugar, estaba ahí, solo y empezó a llorar, sin entender nada. Riolo se quejaba porque Facundo lloraba. En teoría la culpa de que sangrara tanto era de mi hijo porque lloraba.
El relato de Luis sigue:
-Después, salió del quirófano. Dijo: `Ya está, ya te lo traemos`. Pero a Facu no lo trajeron. Riolo salió a la calle. Iba y venía. Entraba con una gaseosa, después con papas fritas, fumaba. Y nos preguntaba: `¿Todavía no se lo entregaron?`. Nosotros lo escuchábamos a Facu llorar. Mi señora le pedía entrar al quirófano para verlo porque lloraba mucho. Pero no la dejaron. Veíamos que todos corrían. Cuando las enfermeras nos piden los datos de la obra social entramos en pánico. Después, salió a decirnos: `Quédense tranquilos. Llamamos una ambulancia. Perdió un poquito de sangre. No es nada. Vamos a ir a Paraná a recuperar ese poquito de sangre que perdió`. Lo dijo como minimizando todo. Nosotros no entendíamos qué había pasado: algo tan sencillo que se complique de esa manera. Mientras, él hablando por teléfono, vestido como si estuviera en el quirófano. No sé que hacía mientras mi nene se desangraba en el quirófano. Así empezó todo este dolor.
-¿Qué explicación les dio Riolo?
-Nos dijo que sangraba mucho por un problema genético. Nosotros le dijimos que se habían hecho todos los estudios prequirúrgicos. El nene estaba en perfectas condiciones para ser operado. Nos habló del Factor 7, que es un problema de coagulación de la sangre, que por eso sangraba. Pero eso lo tendría que haber sabido antes de iniciar la cirugía. Trataba de calmarnos, pero a través de un vidrio veíamos que todos corrían adentro del quirófano, que buscaban algodones. Y nosotros desesperados, sin saber qué pasaba. Mi hijo se quedó sin sangre y llegó al Sanatorio del Niño en un estado irreversible.
-¿Qué esperás de la Justicia?
-De la Justicia lo único que esperamos es que esto se resuelva y se resuelva para bien. esto está más claro que el agua, acá hubo mala praxis. Nos llevó engañados a Bovril. Si hubiese elegido operar en Paraná y hubiese tenido esta complicación, se hubiese solucionado todo más rápido y la historia sería otra. En la hora que tardó la ambulancia en llegar mi hijo se desangró. Queremos que la Justicia nos apoye: esto fue una mala praxis.
Marina Aristimuño, la mamá de Facundo, no quiere que el caso de su hijo quede impune. «Que paguen los que tengan que pagar. Esto es una larga lucha y recién empezamos el recorrido», avisa.
-¿Qué pensas que podría ocurrir si te lo encontrás en la calle a Riolo?
-No sé qué haría si lo tuviera enfrente. No logro imaginarlo. No espero nada. Todo el tiempo se lavó las manos. Si alguna vez pide disculpas, no se las acepto. ya es demasiado tarde.
Ricardo Leguizamón
De la Redacción de Entre Ríos Ahora