La carta está fechada el 19 de noviembre, en Roma, y la firma el cardenal Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el Clero, y está dirigida a José Francisco Dumoulin: le comunica que se le otorga «la dispensa del celibato y de todas las obligaciones inherentes a las sagradas órdenes”.
Dumoulin se alejó del sacerdocio distanciado de la jerarquía eclesiástica de Paraná por el modo mañoso cómo manejó el asunto de los curas involucrados en causas penales por abusos a menores. Así se lo dijo al arzobispo Juan Alberto Puiggari en una carta que hizo pública el 10 de diciembre de 2015, cuando decidió alejarse de su última función de párroco en Santa Rosa de Lima, de Villaguay.
«El motivo de mi renuncia a esta misión pastoral, que me fuera encomendada –le decía en aquella carta–, es debido a los inconvenientes que hemos venido acarreando en estos últimos meses, y que en muchas oportunidades te he manifestado mi total desacuerdo en el modo y actitudes que has tomado con respecto a los casos que son de público conocimiento, y en otros, en los que no has actuado, a mi modo de entender, cómo se debería y no quiero ser yo quien ocasione división en la comunidad parroquial. Por esto prefiero dar un paso al costado para no interferir en la espiritualidad y la pastoral de la Parroquia».
Ya entonces le dijo, y se lo reiteró a finales de 2016, que hay asuntos sin esclarecer en la vida del clero de Paraná que podrían constituir delitos. Así, pidió Dumoulin a Puiggari «aclarar muchas situaciones que siguen siendo turbias, con respecto a comportamientos totalmente inapropiados de muchos sacerdotes con doble vida, que tienen, mujer, hijos, el problema de la homosexualidad y pedofilia, el uso del poder y del dinero, como así también el problema referente al tema vinculado al fundamentalismo católico, que sigue estando presente con su modo particular, reductivo y hasta belicoso de entender el seguimiento de Jesús, del cual has sido parte y es una herida no cerrada en nuestra diócesis».
Ahora, ya con la dispensa del Vaticano, insiste en que se fue de la Iglesia «decepcionado» de la jerarquía, «en disidencia por el modo de obrar frente al tema de los abusos. Para mí, no obraron de acuerdo a la justicia ni a la normativa eclesial vigente». Les reprocha el haber «ocultado» los casos de abusos cometidos por sacerdotes, «la forma de encarar, de no querer blanquear, de no querer asumir responsabilidades sabiendo que hay casos graves, tanto los que son conocidos porque han sido denunciados, y otros que están ahí, latentes, y que no se procede de acuerdo al sentido común, no se llega a la Justicia».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.