El Frigorífico Equino de Entre Ríos SA, de Gualeguay, está en ascuas.
A decir verdad, la zozobra la padecen sus 130 trabajadores, que cobran salteado, trabajan casi nada y no saben a ciencia cierta qué día llegarán a cumplir horario y se encontrarán con un candado en la puerta.
La debacle comenzó hace un año y no por caprichos del mercado, cierre de operaciones o desfalco de sus dueños. Un proceso de divorcio puso a Javier Veronesi, administrador y factótum del Frigorífico hasta abril de 2016, afuera del negocio que había compartido hasta entonces con sus otros dos hermanos, Martín y José.
A decir verdad, aunque la planta frigorífica pertenece a los tres hermanos, en los hechos sólo Javier y Martín administraban la empresa; José, malquistado con sus hermanos, se había retirado de la sociedad.
Y en los hechos, las riendas del negocio estaban en manos de Javier Veronesi.
Aunque las dificultades se agudizaron hace un año, el divorcio, raíz del desbarajuste, empezó en 2011.
El proceso judicial de divorcio llevó años y se complicó al punto que el juez de Familia Nº 2 de Gualeguaychú, Héctor Domingo Vasallo, decidió quitarle las acciones que Javier Veronesi tenía en el Frigorífico, y de ese modo quedó apartado del manejo de la planta.
Hecho a un lado Javier Veronesi ingresó su hermano José como responsable de la planta.
Entonces, las cosas empezaron a andar de mal en peor: de faenar 3.500 caballos por mes, ahora faena apenas 200, y la situación se pone peor día a día.
Eso es lo que dice Aldo Díaz, secretario general del Sindicato de la Carne de Gualeguay. “Se va Javier Veronesi, que estuvo 16 años en el manejo de la planta, y entra su hermano José, que nunca había estado y no conoce el negocio. Lo único que había hecho en estos últimos años fue cobrar su parte de las ganancias. Nada más. A partir de que se hace cargo del Frigorífico, en abril de 2016, empezaron los inconvenientes. Se faena poco y los sueldos se pagan con atraso. El aguinaldo de diciembre lo pagaron en marzo”, relató.
“Lo que más nos preocupa –dice el dirigente sindical—es que se perdieron mercados, y que cada vez se faena menos. En marzo, no faenaron ningún animal; hace dos semanas, faenaron 210 caballos y la próxima semana, van a faenar 53 caballos. A este ritmo, tememos el cierre de la fuente laboral. Ya se lo hemos planteado al intendente (Federico Bogdan, Cambiemos) y con el gobernador (Gustavo Bordet). En el medio de todo esto, está la Justicia y un juez que no decide bien”.
En febrero último, el Sindicato de la Carne hizo una presentación ante el Juzgado de Familia de Gualeguaychú, a donde se tramita el divorcio vincular de uno de los Veronesi, con esta carátula: “Rivas Corina c/Veronesi Javier Domingo – Ordinario. Divorcio Vincular s/Medica Cautelar”.
Entonces, le recordaron al juez que un año antes ya le habían hecho otra presentación. “En aquel momento se hizo saber que habíamos tomado conocimiento que la persona que estuviera a cargo de los destinos de la firma y con quien las autoridades de este Sindicato tuvieran de manera asidua como interlocutor, el Sr Javier Veronesi, habría sido removido de la administración de sus acciones, generando tal extremo, preocupación sobre los destinos de la firma”, decía aquella nota elevada al juez.
“Esta preocupación tenía sustento en que la actividad que se desarrolla en dicha empresa, tiene aristas especiales y se necesita de una conducción idónea y con conocimiento acabado del mercado exportador y de los proveedores de materia prima –yegüeros-, y que cualquier modificación en la misma, podía traer consecuencias indeseadas en cuanto al normal desenvolvimiento de la actividad del frigorífico, sobre todo en no dejar de tener una faena sostenida, que permita rentabilidad y sostenimiento de las condiciones laborales de los trabajadores, sin merma de las mismas y sin el potencial riesgo de perder dicha fuente laboral”, agregaba la presentación.
Y si bien resaltaron que no tenían la pretensión de inmiscuirse “en asuntos que no nos competen, y mucho menos cercenar derecho alguno, que tiene preferente tutela y debe ser amparado por la jurisdicción”, señalaron que la medida adoptada en aquel divorcio, como fue la quita de las acciones de Javier Veronesi, derivó en una debacle en la actividad del frigorífico.
El juez, claro, no respondió a una ni a otra carta, y la situación en el frigorífico equino de Gualeguay se agrava día a día, y el mayor temor para los trabajadores es perder su fuente laboral.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.