El Hospital San Martín atravesó en un mismo día por tres hechos de inseguridad que motivaron que las autoridades resolvieran aplicar una medida de seguridad que se había pensado gradual, a partir de diciembre próximo, pero que rige desde ayer: entre las 20 y las 6, el ingreso principal por calle Presidente Perón permanecerá cerrado, y con un control policial.
El incidente más grave ocurrió con un hombre de la calle, que como otros más de 30, pernocta en los pasillos del mayor centro asistencial de la provincia. Se trata de un hombre de 69 años, detenido y puesto a disposición de la Justicia luego de haber sido denunciado por los padres de una menor de 8 años por intento de abuso sexual. La nena estaba con sus padres, pero en un momento de descuido, fue llevada por el hombre hacia el sector de baños.
No fue el único hecho de inseguridad que vivió ayer el Hospital San Martín: un médico del Servicio de Gastroenterología atendía a un paciente cuando, en un momento de descuido, alguien ingresó a un consultorio, y arrebató el celular del profesional. Y en la puerta de ingreso, sobre calle Perón, una mujer que había llegado desde el interior para hacerse atender soportó el arrebato de la cartera.
Fernando Fabián Giménez, director normalizador del Hospital San Martín, le envió una nota al jefe de la comisaría 2ª, César Sánchez, poniéndolo al corriente de los últimos hechos de inseguridad, y le solicitó “apoyo con un móvil policial” entre las 20 y las 6, y por el plazo de una semana.
“Motiva este pedido la implementación del cierre del ingreso de la puerta principal sobre calle Presidente Perón 450, debido a la imperiosa necesidad de contar con un control estricto de ingreso únicamente de personal de la institución o de pacientes para guardia de emergencia”, dice el texto de la presentación.
Giménez explicó que los controles se iban a aplicar de modo progresivo, y hacia final de año. “Pero los últimos hechos que ocurrieron agotaron la paciente. El cambio iba a ser más lento. Pero tuvimos que empezar hoy nomás. La idea es no reprimir, ni tomar medidas extremas. Pero sí salvaguardar la integridad de toda la gente que está en el hospital, el personal, los pacientes, y los familiares. Pero no queremos que se sucedan más hechos de violencia”, dijo.
Entre las 20 y las 6 hay un control estricto: un celador acompañado por un policía se ponen en la puerta, y hacen un filtro para determinar quién va al servicio de Guardia, y quién sólo busca un lugar adonde dormir.
El cambio en el ingreso al hospital en horario nocturno determinará la imposibilidad de que la gente de la calle, los sin techo, que habitualmente duermen en los pasillos, puedan hacerlo. ¿Cuántos son? El director Giménez sostiene que han llegado a contar 36, pero que ayer, al ingreso, se contaron 16 personas que deambulaban.
El titular de la Defensoría del Pueblo de Paraná, Luis Garay, se mostró sorprendido por la decisión del Hospital San Martín de no permitir el ingreso de personas en situación de calle para que pernocten en el lugar.
“Me acabo de enterar”, fue la primera respuesta ante la consulta de EL DIARIO. Y recordó que la Defensoría ha venido interviniendo en la suerte de los sin techo, particularmente en gestionar un sitio adonde alojarse.
Gary dijo que Paraná tiene un déficit en materia de dispositivos de alojamiento para las personas en situación de calle, que suelen utilizar el Hospital San Martín como lugar para dormir.
Dijo que la ciudad tiene dos lugares de alojamiento para los sin techo, el Hogar Teresa de Calcuta, ubicado en Don Bosco y Blas Parera, y el Centro de Integración Comunitaria (CIC), ubicado al costado del hispermercado Changmás.
Pero esos dos sitios, señaló Garay, están al límite.
“Se necesitan lugares para alojar. Hay pocos lugares, y encima se trata de espacios que están alejados del centro, adonde la gente tiene que caminar, y a veces es gente mayor que no puede hacerlo. Por eso, hemos pedido que se abran espacios más en el centro, como supo haber. Todavía no lo hemos conseguido”, aseveró.
Otra recomendación que suele hacer la Defensoría a los sin techo es que se comuniquen con el 147, y personal de la Municipalidad los recoge en un vehículo en la calle y los acercan hasta los hogares de tránsito.
En ese marco, resaltó el trabajo de Casa Solidaria, una ONG que no sólo da techo y comida, sino contención y capacitación laboral. “Hemos pedido que el Estado también trabaje así, con un abordaje más integral, y con más presupuesto. Casa Solidaria sólo recibe apoyo de Sidecreer para el pago del alquiler del local. Pero la gente trabaja ahí ad honorem”, apuntó el defensor.
“Muchas de las personas que van y duermen en el hospital tienen hogar. Pero lo que pasa es que se han roto los lazos afectivos dentro de su grupo familiar, y no vuelven a su casa. Entonces, hay que trabajar individualmente con estas personas, para darles una solución integral. No se trata de darles nada más un espacio para dormir, que además, los que hay no alcanzan a responder a la demanda. Necesitamos que el Estado cuente con un dispositivo como es Casa Solidaria”, señaló Garay.

Fuente: El Diario.