Roberto, Mario y Eduardo Kennedy se levantaron en armas en La Paz (Entre Ríos) en enero de 1932 contra el gobierno provisional del general José Félix Uriburu.
Los tres hermanos eran hijos de Carlos Duval Kennedy y de Rufina Cárdenas, emparentados por vía materna con el coronel Berón de Astrada. Los tres habían nacido en la estancia familiar Los Algarrobos, ubicada en el distrito Estacas, del departamento de La Paz.
El 4 de enero de 1932, el diario La Nación informaba en primera plana: «Una tentativa sediciosa que estalló en La Paz (E. Ríos) fue sofocada en pocas horas».
El diario relataba en su edición del día cómo un grupo de civiles había ocupado las reparticiones oficiales de la ciudad entrerriana, tras un intenso tiroteo en el que habían muerto cuatro personas. A las 17.40, los rebeldes habían huido de la ciudad o se habían entregado. En Concordia, un intento similar había sido abortado antes de estallar.
¿Cómo había comenzado todo? A las 3,50 de la madrugada del 3, los hermanos Kennedy (a los que se les atribuía filiación radical personalista) se habían apoderado de la jefatura policial, ocupando la oficina del telégrafo nacional, cuyas líneas cortaron de inmediato .
El gobernador entrerriano, Luis Etchevehere, que envió tropas policiales a reprimir el intento desde Paraná, mantuvo un diálogo telegráfico con Mario Kennedy, al que intimó a la rendición, asegurándole que el resto del país estaba tranquilo y que la revolución había fracasado en todos los puntos excepto en La Paz.
Esto era realmente así, y tras las primeras olas de rumores y versiones encontradas, ya era claro que la gran conspiración personalista sólo había triunfado en la bella ciudad entrerriana (por entonces, importante centro portuario) gracias a la enorme inconsciencia o al igualmente enorme coraje de los hermanos Kennedy.
El presidente Uriburu, pasado el susto inicial (en las primeras horas no se supo hasta dónde llegaban las ramificaciones del movimiento), y ya completamente tranquilo, había señalado a La Nación: «Ya nadie, se inquieta por estas chirinadas».
En otro siglo, este miércoles 15 de julio de 2020, un descendiente de aquellos Kennedy, Thomas Kennedy, activista por los derechos de los inmigrantes, se enfrentó a un gobernador de Estados Unidos y le reprochó su pésimo manejo de la pandemia de coronavirus.
El video en el que le gritó en plena conferencia de prensa al gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, «¡usted es una vergüenza!» por el manejo de la crisis del coronavirus se difundió tanto que lo llamaron los principales medios del país.
Kennedy, de 29 años, habla en perfecto español, con un dejo de acento argentino. Tenía nueve años cuando llegó con visa de turista a Estados Unidos con su familia, expulsado por la crisis de 2001. Su historia de vida y la llegada del presidente Donald Trump al poder hicieron que se convirtiera en activista. Hoy trabaja como coordinador de Florida en United We Dream , la mayor organización de Estados Unidos por los derechos de los inmigrantes con sede en Miami.
«Protesto porque la Florida es un desastre. Somos el epicentro de la crisis del coronavirus porque los políticos hicieron las cosas mal. Estuve indocumentado por muchos años y gente como Ron DeSantis no ha tenido los intereses de mi comunidad en mente. Es un trumpista, un extremista. Ahora las decisiones políticas tienen otra magnitud en medio de una crisis de salud que estamos viviendo», dijo Kennedy, que estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Internacional de Florida.
Kennedy contó que se había enterado de la conferencia de prensa de DeSantis una hora antes de que empezara porque una activista de otra ONG le mandó un mensaje de WhatsApp.
«Tengo que hacer algo, pensé. En la entrada dije que era escritor y me dieron la credencial de prensa. Luego de protestar, me sacaron a los empujones, me dijeron que me iban a arrestar y yo les dije que por la primera enmienda tenía derecho a expresarme y me fui porque no quería que el conflicto escalara», dijo.
Mauro Kennedy y María Bilbao nacieron en La Paz, una ciudad de 24.000 habitantes en Entre Ríos, pero se conocieron en 1986 cuando ambos vivían en Buenos Aires. Decidieron dejar el país en la crisis del 2001 luego de que Mauro perdió el trabajo que tenía en el sector público. María era recepcionista y no les alcanzaba la plata para vivir.
«Somos de clase trabajadora. Mi padre tenía dos hermanos en Estados Unidos y vinimos con visa de turista. Primero fuimos a Nueva Jersey y luego a Florida. La visa de turista se venció y nos quedamos», contó.
El joven estuvo indocumentado hasta 2012, cuando se casó. Ahí hizo el trámite para sus padres que se convirtieron en ciudadanos. Lo logró en 2017. Kennedy contó que se separó y que está cursando una maestría en la Universidad de Miami en Comunidades y Cambio Social.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora