Hay más gente tomando fotos en la calle, especialmente en acontecimientos sociales, más allá de la práctica abusiva con el celular. Fotoreporteros aficionados que van a las manifestaciones, que prueban con un partido, que insisten en el paisaje. Las redes sociales multiplican esos ensayos: fotos del mismo hecho, experiencias diversas, algunas muy buenas, otras no tanto. La búsqueda se extiende y provoca algún tipo de fascinación. El observador quiere dar su punto de vista acerca de eso que ve. No alcanza con mirar y tampoco con el registro del celular.
Mauricio Garín es fotógrafo profesional, jefe de su área en el diario «El Litoral», de Santa Fe, y desde hace seis años responsable del seminario “Cómo lograr una buena foto”. Él opina que “la cámara digital revolucionó” el ejercicio y de modo muy concreto en relación a “la cantidad de imágenes que se pueden generar”. Una cámara semiprofesional puede disparar entre 25 y 30 fotos en cinco segundos.
Garín considera elemental la razón económica: “Hoy muchos pueden aprender fotografía, cosa que 20 años atrás no se podía hacer porque era caro tener una cámara fotográfica, rollos y plata para imprimir fotos”.
En Paraná, la Asociación de Fotógrafos de Entre Ríos ofrece realizar una carrera de dos años, con un abono mensual que en la actualidad alcanza los 650 pesos, para obtener el título oficial de fotógrafo profesional. Es la institución de carácter más formal en ese sentido. Funciona desde 1973 y dicta sus cursos desde 1997. Nunca antes la asociación tuvo una demanda tan fuerte respecto a su oferta de estudio.
El creciente interés por aprender fotografía y, en el mejor de los casos, encontrar en ese ámbito una potencial herramienta de trabajo, se traslada en números bien concretos. Gustavo Fabro, integrante de la asociación, precisó –consultado por Entre Ríos Ahora- que la matricula anual de los cursos trepó en más de un 30%.
“Es una tendencia que se ve desde hace dos y hasta tres años, creo que se da porque los equipos están más accesibles y también la facilidad del celular empuja a la gente a interiorizarse en el tema”, analizó. En la actualidad, la asociación cuenta con más de 110 alumnos cursando para recibirse de fotógrafos profesionales.
“No más del 20% lo hace con fines laborales, el resto quiere aprender a sacar fotos o entender más la cámara”, explicó.
CÓMO LOGRAR.
El principio del éxito para Garín fue justamente el título de su propuesta “Como lograr una buena foto”. Más claro, imposible: cámara, ahora, tiene todo el mundo, pero el curso te enseña a usarla. Así de fácil. A partir de esa consigna, sumada a la experiencia y la claridad de concepto que maneja el fotógrafo, el camino se hizo llano.
En 2010 el seminario de Garín, que funciona en el Centro Cultura La Hendija, arrancó con cinco alumnos. Hoy enseña en Paraná y Sana Fe y el curso tiene dos niveles: el inicial que lleva el nombre originario, Cómo lograr una buena foto, y el nivel II, Dibujar con la Luz. Con los alumnos avanzados se edita un libro de fotografías que registra imágenes de Paraná, con una aspiración estética que supera la primera consiga y persigue el propósito de la belleza.
“A los aficionados por la fotografía creo que nos une la posibilidad de detener el tiempo, crear sueños, atrapar realidades, ver el mundo en alto contraste algunas veces y por qué no, retocar un poco la realidad. Igual todo dependerá, de cada uno y de lo que se busque”, reflexiona Gilda, alumna del seminario, de profesión licenciada en Comunicación Social.
“La diversidad de alumnos es una de las características del curso, hay un rango que va desde los 12 años a mayores de 70, hay muchos jubiladas y jubilados, docentes que les gusta la fotografía y lo hacen, profesionales del Poder Judicial…”, enumera Garín.
El desafío inicial es entender la herramienta, explica el profesional, después sigue todo lo demás: “Vienen a entender ese el lenguaje, para qué es esa ruedita arriba de la cámara y los íconos del yostic, quieren saber cómo usar la cámara”.
-¿Y por qué crees que se enganchan?
-Se dan cuenta que un encuadre tomados por ellos logra impacto, atrapa al lector que está mirando su foto. Y esa fortaleza que tiene una buena foto genera un recuerdo imborrable. Y el seminario apunta a eso, a lograr buenas fotos y ser regular para poder mantener ese nivel. Para esto el desafió es aprender el lenguaje de composición, de la técnica y la actitud que debe tener un fotógrafo que busca lograr una buena foto.
OFERTAS.
Eduardo Segura hace 20 años dirige Una Foto Escuela y si bien observa un interés creciente por la disciplina a la que se dedica desde siempre, el fenómeno no le parece que venga necesariamente acompañado de mejores resultados.
“Sí, claro que he visto que hay un interés mayor, pero me parece que va como en detrimento del concepto de la fotografía, principalmente porque el hecho de tomar fotos no hace a ser un fotógrafo”, analiza.
El resultado que logran los aficionados que publican en redes sociales, evalúa Segura, es en realidad algo así como un borrador. “Ha sido bueno el advenimiento de las cámaras en los hogares, pero no han mejorado el nivel o la proyección de la conciencia social y el arte fotográficos como lo estudiamos en otros tiempos”, disparó.
De todos modos, concedió el artista, “hay mas gente interesada en formarse y lograr objetivos un poco mayores. Mi escuela se dedica a eso: formar personas con una visión particular, ahí sí hay una ruptura, una posición política, social, poética”.
La vigencia de Una Foto Escuela, tanto como el despegue de la propuesta educativa de la Asociación de Fotógrafos de Entre Ríos y el éxito de los seminarios en La Hendija, son una referencia de lo que sucede con la fotografía, pero no las únicas en Paraná. Hay más cursos, más aficionados y más aspirantes a lograr buenas fotos. Hace tres semanas, sin ir más lejos, Julián Villarraza comenzó a dictar un curso de manejo de photoshop. Se trata, tal vez, del paso siguiente, lo que sigue luego de aprender a usar la cámara y tener la experiencia de ver, sacar y lograr, en alguna parte, algún día, una foto que valga la pena, una gran cadena de me gusta o la admiración unánime en Instagram.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.