A Josefina Etienot le cabe el histrionismo que muestra.

Claro: a veces, en exceso.

En ocasiones resulta imposible saber hasta qué punto es impostación, qué de toda su gesticulación es verdadero hastío.

La presidenta del Concejo Deliberante se sienta al frente de los 15 concejales que componen el cuerpo dispuesta a lidiar con discusiones que suelen tornarse espesas. Como la sesión de este lunes 28 de mayo, cuando se aprobó la suba del boleto de colectivos.

Etienot tiene un modo de conducir el Concejo Deliberante que resulta muy peculiar: suele pasar de la sonrisa más cándida al malestar muy evidente.

Frunce el ceño, levanta la voz, acomoda el micrófono, pide auxilio a alguno de sus dos secretarios, toma un mate, llama la atención, concede la palabra, frena en seco, mira a los costados, llama a un empleado. «Gainza, por favor», dice, y el vicepresidente del Concejo, Emanuel Gainza sabe que la debe suplantar al frente de la sesión. «Voy al baño», bisbisea, y se retira.

Vuelve al recinto y no hace falta ningún anuncio: Gainza vuelve a su banca, Etienot ocupa su poltrona.

Ahora es el final de la discusión por la suba del boleto.

Etienot tiene en frente a una compacta presencia de militantes que levantan carteles dirigidos a ella: se lee «traidora», «hipócrita».

Acaba de imponerse la moción del oficialismo.

No congenia mucho con sus pares de Cambiemos. Se le nota. Mucho.

«Hay un proyecto de mayoría, que quiere llevar el boleto a 10,40. Ese proyecto de mayoría sale de comisión con el aval de 4 miembros, (Cristina) Sosa, (Stefanía) Cora, (Santiago) Gaitán y (Elsa) Zalazar. Hay un proyecto de minoría, firmado por los concejales (María Marta) Zuiani y (Emanuel) Gainza, que lleva el boleto a 13,50, y después sube en octubre a 14,85. Esos son los que vamos a votar ahora», anuncia, con un tono de voz más elevado.

Los números no dan para una negociación muy extensa. El oficialismo ha modificado sobre la marcha el porcentaje del aumento del boleto, y consigue los votos necesarios para dejar en minoría la propuesta del Frente para la Victoria de congelar la tarifa por un año; y la que impulsó el bloque Paraná de Pie (Gaitán y Zalazar) de aplicar una suba menor.

Hace leer el proyecto que va camino de ser aprobado por la mayoría de los seis concejales de Cambiemos y los dos del Frente Renovador. Denota fastidio. Otra vez gesticula.

El aumento del boleto es un hecho. Son las dos de la tarde. En medio de una turbulencia desacostumbrada, la sesión había arrancado a las 10.

Etienot hace números sobre un papel. Después, toma la palabra.

«Previo a todo quiero manifestar que son $2,29 por pasaje de colectivo más que lo que la contadora (Cristina) Salazar, especialista en costos, designada por el intendente de Paraná, y que el especialista (Reinaldo) Zamero, especialista designado por el bloque Cambiemos, han propuesto. Eso es lo que se ha votado. Para que quede bien en claro», cierra la sesión.

Ha sido una sesión tensa. Entrelazado en la mano izquierda, Etienot tiene un rosario. Lo restriega, lo acaricia, lo envuelve. La viceintendente es militante católica.

Y está encolumnada en la «defensa de la vida».

Ha sido una especie de amuleto: soportó con cierto estoicismo una sesión que por momentos se descontrolaba. Fruncía el ceño, llamaba al orden, acariciaba el rosario.

Bien enfrente, está sentada la concejal Stefanía Cora, del Frente para la victoria.

En la muñeca del brazo derecho, Cora tiene envuelto un pañuelo verde. Lo lleva a modo de pulsera en cada sesión. La de este lunes no fue la excepción.

Es el emblema de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el colectivo que impulsa en el Congreso de la Nación el proyecto de ley para la despenalización del aborto. Lleva una inscripción ese pañuelo, escrito en blanco sobre el verde: «Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir».

Etienot suele ser condescendiente con las posturas del Frente para la Victoria en algunos temas. Por ejemplo, en el tema del boleto. Pero hay una grieta que la separa de una de las integrantes del bloque.

Etienot fue a la sesión con un rosario en la mano; Cora, con el pañuelo verde del aborto legal atado a su muñeca derecha.

 

 

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.