Quizá se conoce poco. Quizá sólo un puñado sepa que en el edificio donde funciona el Colegio Domingo Faustino Sarmiento, en Garay y Buenos Aires, tiene cabida una experiencia pedagógica peculiar: en dulce montón, junto a estudiantes de secundaria del «Nacional» y de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), en un ala funciona la Escuela de Arte en Música, creada por el Consejo General de Educación (CGE).
La Escuela de Arte en Música cuenta con una oferta variada: Educación Artística Infantil; Formación Artística Básica (FAB) y Formación Artística para la Industria Cultural (FAPIC). Los espacios curriculares son: Talleres Infantiles I – II y III, Flauta traversa, Clarinete, Saxofón, Corno, Trompeta, Trombón, Tuba, Bajo Eléctrico y Percusión, Audioperceptiva, Coro, Práctica de conjunto y Música Popular en las modalidades Formación Artística Básica y Formación Artística para la Industria Cultural (FAPIC).
Camilo Sattler es profesor de Trompeta. Empezó a estudiar música a los 8 años y ha sido parte de algunas bandas, como Doce Monos. Antes de cumplir los 20 se dedicó a la docencia y ahora, a los 29, es también director de la Banda de Música de la Municipalidad de Bovril, a 125 kilómetros de Paraná, en el departamento La Paz. «Bovril es un proyecto que nace en 2018. Empezamos a pedir instrumentos musicales a un programa que implementó la Nación y, por suerte, conseguimos y llegaron un montón de instrumentos de viento y percusión. Después, había que buscar los músicos y los profesores. Me convocaron como director artístico para que forme la banda musical del Municipio de Bovril. Me encargué de buscar un equipo de profesores, excelentes músicos además: somos 4 actualmente. Pablo Suárez, profesor de flauta traversa y percusión afrolatina; Emir Alud es el profesor de trombón y de percusión de banda; Aitor Jacob Olivo, profesor de saxo y clarinete; y yo, que me encargo de la dirección artística y dos clases de trompeta», relata.
-¿Quiénes integran la banda de Bovril?
-En Bovril se da la particularidad de que no hay ningún tipo de restricción de edad. Entran chicos de 7 años y hay personas de hasta 60 años. Son vecinos, amigos, familiares. La banda es un espacio representativo de la comunidad: son más de 30 personas. Hemos construido desde cero esta banda -en pandemia trabajamos de forma virtual- y el grupo se ha sabido superar año a año, y aprender a leer y a escribir música desde cero y a ejecutar los instrumentos que eligieron también desde cero. Son muy pocas las personas que integran la banda que ya venían con algún tipo de conocimiento o formación. Lo que hemos logrado se debe al trabajo de los profes y al apoyo del Municipio de Bovril.
-¿La banda ya ha salido a los escenarios?
-Hemos actuado principalmente en Bovril: como toda banda municipal hemos tocado en todos los actos oficiales. Pero también hemos animado fiestas populares con repertorio popular: conciertos en escuelas, conciertos didácticos.
-Llegaron a grabar un video con calidad profesional, lo que no es poco.
-Fue todo un proceso de irnos superando año a año. Primero hubo que encontrar interesados así que salimos con los profes a tocar a las escuelas para interesar a jóvenes y adultos que quieran integrar la banda; luego, dar clase, formarlos, formar la banda, aprender la dinámica de ensayos, salir a tocar y como en estos tiempos las redes sociales y la difusión son un aspecto fundamental del ámbito artístico, el año pasado la idea fue generar un producto audiovisual de excelente calidad. Los estudiantes músicos vivieron la experiencia de grabar en estudio, preparar la música, vivir la experiencia del estudio, de estar bien microfoneados. Grabamos una canción con 30 músicos. Grabamos por secciones y después se ensambló en un proceso de postproducción, y luego, el video. Eso tuvo muy buena repercusión, mucho más de lo que esperábamos.
-¿Vos cuándo te relacionas con la música?
-Empecé a estudiar música a los 8 años. Mi hermana más grande, Noelia, es una gran saxofonista. Seguramente por ella me inicié. Ella iba a la Escuela de Música Constancio Carminio: allí estudiaba guitarra y saxo. En algún momento me interesó seguir ese camino. Tuve dos grandes lugares formativos: la Escuela de Música Constancio Carmino, donde tuve toda mi formación académica; hice una carrera de 9 años que ya no existe; después estudié nivel superior; y con mi profe de trompeta, Horacio Jurasek, que tiene la Banda de Música Infanto Juvenil de Entre Ríos, que funciona en la Asociación Verdiana: fue mi segundo hogar musical.

En clase, en la Escuela de Arte en Música, que funciona en el «Nacional».
-¿Y cuándo aparece la docencia?
-Empecé desde muy chico a enseñar. Daba clases particulares al principio. Y después me convocaron desde la Coordinación de Orquestas Infantiles y Juveniles de la Provincia para dar clases en la Orquesta Sinfónica Juvenil.
Camino Sattler habla y de fondo se escucha a tres alumnos que ensañan con instrumentos de viento en un aula del «Nacional»: alrededor sucede la dinámica de cualquier escuela secundaria, mezclada con estudiantes universitarios. Pero en este pasillo que da a un patio interno preciosamente iluminado por las últimas luces de la tarde sucede una magia: una nena espera que su mamá concluya la clase de música. Está sentada en el patio, al lado de la puerta del aula: juega con un celular.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora