«Si este gobierno actual, que se dice peronista (y promueve el aborto), le digo, señor Presidente, usted no es peronista. Porque en el libro de las veinte verdades del justicialismo, en la número 14, dice que el peronismo es un movimiento popular profundamente humanista y profundamente cristiano. Y si el peronismo es cristiano, no puede estar de acuerdo con el aborto. Usted no es peronista, usted no es cristiano».
De ese modo, el cura Leonardo Tovar se dirigió al presidente Alberto Fernández y le reprochó la iniciativa que ahora trata el Congreso para legalizar el aborto. Santafesino, hijo de militantes «peronistas de Perón», Tovar militó en el Partido Justicialista antes de convertirse en cura. Incluso, fue empleado del bloque del PJ en el Conejo Deliberante de Santa Fe. Pero su vida de cura la desarrolló en Entre Ríos. Tuvo dos destinos clave: Villaguay y San Benito.
En Villaguay denunció los abusos del cura Marcelino Moya -ya condenado por la Justicia-; en San Benito, batalló contra la cúpula de la Iglesia por encubrir los abusos de otro sacerdote, Justo José Ilarraz -que cumple pena de 25 años de prisión- y se enfrentó duramente con el arzobispo Juan Alberto Puiggari, a quien trató públicamente de «mentiroso». Después, se vio obligado a emigrar: primero a Buenos Aires, y ahora al sur, en la parroquia San Antonio de Padua, en San Antonio Oeste, Neuquén.
Tovar toma distancia del “fundamentalismo” y del “fanatismo” que observa en las dos veredas de la discusión del aborto: los “verdes” y los “celestes”- y dice: “Cuando uno se aferra a un fundamentalismo, a un fanatismo, no hay posibilidad de conversión”.
El sacerdote decidió no participó de la marcha del sábado 28 de “las dos vidas” pero de igual modo planteó su postura respecto del aborto –“y a esto lo digo como párroco, para iluminar a mi comunidad, (lo digo) para que no se le caliente el pico a alguno, porque no le voy a contestar. Creo”): “Si van a la marcha, nada de andar gritando ´asesinas´. Hay muchas cosas positivas en los pañuelos verdes, hay muchas cosas positivas en el pañuelo azul. Pero cuando se pasa de rosca, el pañuelo azul cae en falta de caridad. Y los verdes, cuando se pasan de rosca, caen en falta de amor”.
“Hay muchas mujeres en situación de vulnerabilidad a las que les debemos dar una solución. Esa es una realidad. Y tendríamos que buscarle otras formas de ayuda para no llegar al aborto. Y eso es una responsabilidad del Estado. No podemos cortar el hilo por lo más delgado. Hay muchas mujeres que han abortado porque hemos tenido la culpa nosotros. Los padres llevaban a las chicas a hacer un aborto para que no hablen las vecinas, para que no hable el cura del pueblo. También tenemos que hacernos cargo por nuestros juicios y falta de amor porque hemos acorralado a muchas mujeres. Yo lo tengo muy claro. Pero también tengo claro que no podemos ir contra la vida humana. Hay situaciones particulares, como la violación de una menor, que habría que estudiar con propiedad”, aseguró.
Dijo además que está “en contra” de lo que denominó como “ultrafundamentalistas. Esta dictadura hembrista que sufrimos en la sociedad. Tampoco tienen derecho a atender contra la vida de un indefenso. Y no me pongan el ejemplo de las pobres. Si quieren hacer algo por las mujeres pobres, salgan a ayudarlas. Póngase frente a las Legislaturas y pidan sueldos dignos, trabajo. No veo a ningún pañuelo verde que vaya a reclamar eso. Vamos a lo más fácil: abortemos. No sabemos ni los legisladores ni estas muchachas lo que genera un aborto en una mujer. Eso lo sabemos muy bien los curas. Hay algo natural que dice que acá algo estuvo mal cuando se produce un aborto”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora