La audiencia de remisión a juicio de la causa por falso testimonio que involucra al secretario privado del arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, el cura Mario Gervasoni, se realizará el próximo 6 de septiembre, a las 9, en el salón N° 3, presidida por la jueza de Garantías Marina Barbagelata.
En esa audiencia se discutirá la admisión de la evidencia que presentará el Ministerio Público Fiscal, y también se debatirá en torno a una presentación que ya hicieron los defensores del cura, Miguel Cullen y Guillermo Vartorelli, que argumentaron que la reticencia de Gervasoni en su declaración en la causa que investigó los abusos del cura Justo Ilarraz, ya condenado a 25 años de cárcel, se debió a un deber de guardar secreto de todo cuanto sabía en su rol de secretario de Puiggari.
En algún momento, la causa penal giró ante la posibilidad de una salida alternativa, con una probation, pero los defensores la rehusaron, y por eso el fiscal de la causa, Juan Francisco Ramírez Montrull, remitió el pedido de elevación a juicio el 21 de julio último.
¿Por qué se abrió la causa por falso testimonio?
La investigación en torno a Gervasoni ocurrió luego de que se presentara como testigo a brindar su testimonio en el marco de la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, el 8 de abril de 2015.
El cura acudió a Tribunales para aportar su testimonio, pero la evaluación del Ministerio Público Fiscal de esa declaración fue que hubo más silencios que palabras. Y que no contó todo lo que sabía, y por eso se impulsó la investigación por falso testimonio.
En realidad, el secretario privado del arzobispo de Paraná ya había tenido un primer contacto con la causa Ilarraz en 1995, cuando el entonces arzobispo Estanislao Esteban Karlic ordenó una investigación diocesana, al tomar nota de las primeras acusaciones por los abusos.
Gervasoni formó parte de los sacerdotes y seminaristas que debieron declarar ante el instructor de justicia de la curia, el sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, en 1995.
Gervasoni dijo que jamás conoció a las víctimas, que nunca ningún sacerdote le comentó nada de Ilarraz, y lo recordó como a un cura que acompañaba a los seminaristas en el estudio y en el deporte.
En Tribunales, en 2015, Gervasoni dijo: que supo que se hicieron actuaciones diocesanas. “Si mal no recuerdo las fechas, se comenzaron en el año 1995, creo. Es lo que sé. Lo sé porque en el año 1995 se me pide a mí un testimonio de si había visto alguna conducta inusual o algo raro que haya visto en ese tiempo, a lo cual yo respondo que no, que no percibí nada inusual o fuera de lo común.Me pidió que declarara en esa época el padre Puiggari y la declaración la hice en el Seminario, porque yo en esa época todavía estaba allí”.
“La declaración la hice por escrito y se lo di al padre Puiggari. Se nos nos pidió que seamos reservados. Por mi manera de ser, nunca lo comenté porque no me parecía que correspondiera comentarlo”, contó.
En la etapa del juicio oral a Ilarraz, Gervasoni estuvo en la lista de testigos, pero luego fue desechado su testimonio en función de la causa por falso testimonio que ahora se encamina hacia el juicio oral.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.