Por Mauricio Castaldo (*)

En el marco de las elecciones que se vienen en Agmer, y a pocos días también de la votación para elegir legisladores nacionales, queremos expresar en primer lugar que, para nosotros, la Marcha Blanca no debe ser solo la reivindicación de un hecho histórico generado por la Ctera y la docencia en 1988, sino además una consigna para el debate estratégico y la lucha colectiva.

Una nueva Marcha por la Educación, el Trabajo y la Dignidad al Congreso Nacional puede unir hoy nuevamente a las y los trabajadores de la educación y de todo el campo popular. Y decimos al Congreso, porque ahí están no solamente los representantes del Gobierno sino también los de la oposición, que hace poco fue gobierno.

Si los sectores del poder hegemónico se juegan sus intereses tratando de avanzar en el Poder Legislativo, los sectores populares deben mostrar su fuerza al oficialismo y a sus adversarios electorales, con la mayor unidad y claridad política y gremial posible en este contexto tan duro para la clase trabajadora.

Cada docente tiene, por supuesto, su pensamiento político e ideológico, pero en el marco de esa diversidad, tenemos que mostrar nuestros reclamos y nuestra capacidad movilizadora a las y los candidatos a diputados nacionales y a los actuales gobernantes provinciales y nacionales.

Necesitamos más salario, necesitamos discutir el impuesto a las grandes fortunas para multiplicar el Fondo de Incentivo Docente y generar una real distribución federal de la riqueza. Necesitamos más presupuesto para la educación y una tarjeta educativa para que trabajadoras y trabajadores de la educación junto a todos los alumnos del país tengan distintos beneficios con esa tarjeta. Una tarjeta educativa es tan necesaria como las tarjetas alimentaria y cultural. Necesitamos presencia crítica para que la batalla contra el abuso inflacionario de los grandes intereses monopólicos no quede en buenas intenciones o publicidad mediática.

 

La nueva Marcha Blanca plural puede empezar con los docentes de las distintas ciudades de nuestra provincia, y de cada provincia, a sus Legislaturas y a sus Casas de Gobierno provinciales, para luego converger paso a paso frente al Congreso Nacional y el Gobierno nacional.

Para nosotros, ninguna agrupación de Agmer y Ctera debe quedar excluida de la lucha y la movilización colectiva: la marcha docente debe ser contundente y plural.

En ese sentido, pedimos un debate constructivo en esta campaña electoral de las agrupaciones de nuestro sindicato. En un contexto de derechización mediática antiobrera, antipopular y sobre todo anti gremial, tenemos que evitar que nuestras posiciones y discusiones se sumen a los intereses dominantes sumamente destructivos. Que la bronca, la legítima disputa y la angustia por las necesidades no equivoquen el enemigo y no se sumen al simplismo demagógico de las patronales antigremiales y de las y los militantes de noticias ideológicas falsas: Agmer no creó ningún virus porque no tiene laboratorios a cargo, el gremio no inventó la pandemia, ni los contagios ni las muertes por Covid.

Cada agrupación y cada militante de Agmer hizo lo que pudo y lo que pareció justo en el marco de un debate permanente y sumamente complejo. Movilizarse sin vacunas y con el virus golpeando era más o menos suicidarse y hacer paro después en medio de la educación virtual era vaciar el trabajo educativo y dejar a gurises y familias sin clases de ningún tipo.

Somos militantes docentes, tratemos de no decir cualquier cosa. Agmer no inventó los problemas de conectividad ni ningún problema: lucha y reclama soluciones. ¿Qué más se puede hacer? Discutámoslo todos los militantes y todos los docentes constructivamente para adelante, sin tirar piedras parados en la cómoda vereda de enfrente.

 

Por último, queremos proponerles a todas las agrupaciones de Agmer poner a la formación como uno de los ejes de campaña y de trabajo gremial. Cuando terminen las elecciones del sindicato, proponemos a los responsables del espacio poner en marcha una Comisión Provincial de Formación donde todos los agrupamientos tengan por lo menos un representante, respetando proporcionalmente la fuerza electoral de cada uno. Tenemos que dar la batalla pedagógica y cultural por más formación docente. Tenemos que utilizar todas nuestras posibilidades presenciales, virtuales y multimediales para llegarle a la mayor cantidad de docentes con la mayor cantidad y variedad de contenidos. Necesitamos más diálogo, debate y formación política, gremial, pedagógica, ambiental y cultural. Necesitamos pensar y generar nexos sólidos entre niveles educativos, actualización educativa crítica, ciudadanía digital, alfabetización multidimensional y difusión de los valores de la educación popular, a todos, pero especialmente a los más jóvenes.

Tenemos que dejar de dar por supuesta o por sabida la formación docente y el conocimiento de las teorías pedagógicas críticas: la capacitación es metamorfosis permanente dentro de una posible pero no segura evolución creadora. La lucha por una educación pública con sentido democrático y popular reinicia a cada instante, en cada clase, en cada asamblea, en cada debate, en cada ciclo, en cada lucha.

 

 

(*) Mauricio Castaldo es secretario de Formación de Agmer Filial María Grande. Militante Panza Verde.