Desde el 20 de marzo la ciudad está en cuartena, como está la provincia y el país.

No hay gente en las calles. O si hay, son pocos. Escasos. Los imprescindibles. Y aunque de a poco la cuarentena por la pandemia de coronavirus se ha ido flexibilizando, la circulación sólo se da hasta que cae el sol.

Más allá de las 20, el silencio arropa la ciudad.

La ausencia se nota más en los lugares alejados del centro. Y en espacios públicos como el Parque Urquiza esa quietud es terreno propicio para que algunos vecinos provoquen destrozos severos y vandalicen instalaciones que son de uso público.

En el Anfiteatro Héctor Santangelo, por ejemplo.

Construido en una depresión natural, la Boca del Tigre, y habilitado en 1985, fue reconstruido durante la gestión del exintendente Sergio Varisco.  Los deslizamientos de la barranca lo habían dejado en muy mal estado por lo cual la obra incluyó  el reperfilado y compactación de los taludes naturales de los sectores este y oeste.

Se construyeron nuevas cañerías, se plantaron tipas alrededor, se construyó una vereda perimetral y se hicieron a nuevo los camarines y los sanitarios. Todo, a un costo de $10 millones.

Pero antes de que se cumpla un año de la reconstrución, el vandalismo ha dejado prácticamente inutilizados los baños. Se arrancaron los grifos de los lavabos y se han destruido las instalaciones.

Aunque en la Municipalidad de Paraná llevan la cuenta y admiten que los destrozos y las sustracciones comenzaron antes del aislamiento. En los meses de febrero y marzo robaron dos veces por mes en las instalaciones del Anfiteatro.  Primero fue en el baño de mujeres, luego siguieron en el baño varones. Se robaron las 8 griferías que estaban colocadas en las bachas.

Luego, a partir de la cuarentena, ingresaron a un pequeño depósito y se llevaron  3 palas. En otra oportunidad, solo causaron daños al romper un candado para meter un gancho para «pescar» herramientas pero no lograron llevarse nada.

El itinerario del vandalismo ha seguido por distintas instalaciones en la zona de la Costanera y el Parque Urquiza. En las instalaciones de Parques y Paseos rompieron las rejas en febrero, pero no se llevaron nada. Pero ahora, en mayo, se llevaron las tres griferías de las bachas más dos focos. También se han reportado numerosos ataques a los sanitarios del Balneario Thompson: allí se robaron las duchas, y lo que no se pudieron llevar, lo destrozaron.

Hubo también daños en los baños de la oficina de informes turísticos de la Costanera. También han dañado los sanitarios del Balneario Municipal y también en el Parque Humberto Varisco, donde los hechos de vandalismo son moneda corriente.

Pero así como roban y vandalizan los sanitarios de distintos paseos públicos, también están robándose las luminarias Led de la Costanera.

El último hecho vandálico ocurrió ahora en el Anfiteatro. Y los daños no cesan.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora