Por Gustavo Blanc (*)

 

Al cobrar los haberes de Marzo –principios de abril- de este año, los docentes sufrimos fuertes y desproporcionados descuentos por haber adherido a las medidas de fuerza dispuestas por los sindicatos que los nuclean. Se descontaron, en ese momento, cinco días de paro realizados durante la primera semana de clases.

Además, los docentes transitamos todo el mes de abril con la amenaza de que se descuenten los otros paros realizados.

Consecuencia de estos descuentos y de que el conflicto salarial permanecía sin resolverse –con un Gobierno entrerriano que no se movía del ofrecimiento del 18 % en cuotas a terminar de cobrar con los haberes de octubre– se instaló el 3 de abril la carpa blanca entrerriana “Carlos Fuentealba” frente a Casa de Gobierno.

La instalación de la carpa –símbolo de la lucha docente por excelencia- más otros factores, como el innegable hecho de que la inflación anual se ubicaría muy por encima del 17% previsto en el presupuesto nacional, motivó que el Gobierno entrerriano convoque a diálogo salarial. Se sucedieron las reuniones y llegó una oferta que, aún declarada insuficiente, fue aceptada por el congreso de Agmer y por el resto de los sindicatos docentes.

Esta etapa del conflicto salarial se cierra con un dato que no debe pasar inadvertido a los trabajadores de la educación ni de otros sectores por el valor político que tiene: consecuencia del acuerdo, no sólo no se descontaran los otros días de paro sino que se devuelve lo descontado con los haberes de marzo.

Esta devolución de los descuentos es de fundamental importancia, puesto que si bien desde lo individual de cada docente significa recuperar un dinero que muchos consideraban perdido desde lo colectivo, significa mucho más que eso: es ésta la primera vez –en más de diez años– que el Gobierno de Entre Ríos, luego de practicar un descuento por adherir a huelga, devuelve el dinero descontado.

Que quede claro: hubo, en años anteriores, paros de Agmer realizados a principios de año que no se descontaron pero nunca hubo devolución y durante el urribarrismo y el primer año de gestión de Bordet, cuando se descontaron los paros, nunca se devolvieron.

Reiteradamente: desde Agmer hemos denunciado la política de descuento como antiobrera y antisindical.

Descontar los días de paro es tratar de esconder el conflicto, tratar de que trabajadores, que muchas veces están bajo la línea de pobreza, decidan no realizar más medidas para no sufrir descuentos y no porque haya una respuesta real a sus demandas.

El descuento –siempre desproporcionado, siempre mayor el descuento de un día de trabajo que el salario que se percibe por ese mismo día- pone muchas veces en riesgo la economía familiar, impide el acceso a bienes de primera necesidad y por lo tanto presiona violentamente sobre la voluntad del trabajador.

Para la entidad sindical, que se devuelva lo descontado es de vital importancia porque da respuesta a los trabajadores que le pusieron el hombro a las medidas decididas democráticamente entre todos a través de asambleas y congresos y porque fortalece la medida a futuro.

Sin dudas, a la luz de esta experiencia, serán menos las dudas de algunos compañeros al momento de decidir si adherir o no a una medida de fuerza.

 

 

 

 

(*) Secretario general de la seccional Uruguay de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer)