Desde el 16 de marzo, las clases están suspendidas en Entre Ríos, y la medida, de momento, no tiene fecha de finalización: así se continuará mientras dure la emergencia sanitaria por coronavirus, han dicho las autoridades educativas.
En el ínterin, el Consejo General de Educación (CGE) elaboró una serie de herramientas para que el docente sostenga el proceso educativo y no pierda contacto con sus alumnos. La educación a distancia supuso un cambio en la relación cotidianamente presencial entre maestros y estudiante.s
¿Cómo se estableció el contacto entre docentes y alumnos durante este aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia? El 87% de los docentes entrerrianos se comunicó con sus estudiantes con la utilización de una herramienta de mensajería masiva, whatsapp; luego, están el correo electrónico (51%), las redes sociales como Facebook (27%) y las plataformas de videollamadas, como Zoom (14%). Apenas un 1% utiiliza la radio como forma de comunicarse con el estudiantado.
Los maestros de nivel inicial y primaria son los que más utilizan whatsapp: los primeros, en un 99%; los segundos, en un 97%. Pero su uso disminuye sensiblemente en los niveles secundario, superior y universitario: los índices marcan un 79%, 70% y 71%, respectivamente. A su vez, en estos últimos niveles crece significativamente el uso del correo electrónico, el cual se ubica en los tres casos por encima del 75% (frente a un 8% de inicial y 25% de primaria). Algo muy parecido ocurre, aunque con una tendencia de crecimiento ligeramente menor, con las redes sociales y las aplicaciones de videoconferencias.
Los datos surgen de una encuesta hecha a 1.900 docentes de Entre Ríos, en el marco de un estudio llevado a cabo en el mes de abril por la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer9, y cuyo propósito fue relevar las condiciones de trabajo docente en el contexto del aislamiento social, preventivo y obligatorio en el marco de la emergencia sanitaria. El sondeo, de caracter anónimo y hecho en forma virtual, estuvo a cargo de un equipo del Instituto de Investigaciones y Estadísticas de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer).
Los departamentos en los que se registró una mayor cantidad de respuestas fueron Uruguay (17%), Concordia (16%), Paraná (13%) y Gualeguaychú (10%), siendo estos cuatro –aunque no en ese mismo orden– los de mayor población docente. Por su parte, en el otro extremo aparecen los departamentos Nogoyá, Islas del Ibicuy, Tala, Feliciano, Victoria, Diamante, Federal y San Salvador, que en conjunto representaron el 16% de los encuestados. La mayor cantidad de respuestas se concentra en el rango de 26 a 50 años (87%), en tanto que el intervalo de 36 a 40 años es el más numeroso (20%). Y con respecto a la situación de revista de los encuestados, la mayoría corresponde a docentes suplentes (45%) o titulares (40%), en tanto que una proporción mucho menor son interinas/os (15%). Esto implica que más de la mitad de las/os encuestadas/os no poseen estabilidad laboral, por lo menos no en el cargo u horas que tomaron como referencia para responder el cuestionario.
Encuesta Docente by Entre Ríos Ahora on Scribd
La comunicación docente-alumno
El relevamiento apuntó a conocer cómo se establece la comunicación docente-alumno durante el aislamiento.
La comunicación, en la mayoría de los casos, se da en forma directa (66%). En cuanto a aquellos casos donde la forma de comunicación es indirecta (34%), en un 61% la misma se establece a través de familiares o tutores a cargo y un 39% se concreta a través de otras/os docentes del establecimiento. En primaria, prevalece la comunicación indirecta (51%), mientras que en secundario en mayor medida se da la comunicación directa (75%); es aún mayor en superior y universitario (98%). A medida que se avanza en el sistema educativo, más directa es la comunicación.
¿Qué elementos se utilizan en la comunicación docente-alumno?
El relevamiento de Agmer indica en cuanto al tipo de recursos seleccionados «para proporcionar a las/os estudiantes en el marco del desarrollo de las actividades no presenciales, observamos que las imágenes y los videos son las respuestas más recurrentes (89% y 83%), mientras que las páginas web y el software educativo son las alternativas empleadas menos frecuentemente (53% y 12%)».
La administración del tiempo de enseñanza fue otra consulta: no sólo dispusieron horas para el contacto directo o indirecto, sino también horas para consulta por parte de los alumnos. Frente a la pregunta acerca de la previsión de tiempos para la recepción de consultas, la mayoría de los docentes (62%) respondió de manera afirmativa. A su vez, dentro de este subconjunto casi la totalidad consideró que dicho espacio para consultas conllevó algún nivel de satisfacción, ya sea mucho (42%) o poco (54%), mientras que el resto (3%) consideró que brindar esta posibilidad no cumplió su expectativa
Aunque la mayoría de los docentes afirmó haber recibido apoyo de los equipos directivos para desarrollar el trabajo a distancia, solamente un 22% afirma haber recibido algún tipo de formación específica para el trabajo en entornos no presenciales. Dentro de este subconjunto, una mayoría accedió a la formación a través de un curso, taller, seminario o instancia equivalente (78%), mientras que casi las dos quintas partes lo hizo por medio de una diplomatura, postítulo o carrera de posgrado (37%). El 46% admitió tener los conocimientos necesarios para la educación no presencial con el alumno.
Condiciones.
La encuesta relevó también las condiciones en las que el docente desarrolla el trabajo a distancia.
«Respecto del grupo de personas con las que conviven, solamente un 8% de docentes indicó no compartir la vivienda con otra persona, en tanto que la convivencia con una, dos, tres y cuatro o más personas presenta valores relativamente similares, entre un 20% y un 26%. Por su parte, al enfocarnos en la convivencia con personas en edad escolar obligatoria, esto es, entre 4 y 17 años, observamos que más de la mitad (54%) indicó que vive con al menos una persona en estas circunstancias», dice el relevamiento.
La accesibilidad a internet, dice el estudio, constituye una variable clave para entender el trabajo docente desde el hogar por medio de entornos o dispositivos que apelan a la virtualidad. «Asimismo, la existencia de una conexión en la vivienda no resuelve por sí sola todas las exigencias de este contexto, dado que en muchos casos se requiere además que la conectividad cumpla con ciertos niveles en cuanto a velocidad y estabilidad. La encuesta nos permite observar la existencia de una proporción bastante elevada de acceso a internet en la vivienda, alcanzando el 95% de los casos. Con relación al 5% que respondió de forma negativa, cabe aclarar que esto no implica necesariamente la falta de acceso, dado que la variable no considera la posibilidad de conexión móvil mediante el teléfono celular».
¿Cómo se conecta a internet el docente? «Al responder sobre los dispositivos informáticos o electrónicos disponibles en el hogar para el desarrollo de las actividades virtuales -señala el informe del gremio docente-, casi la totalidad indicó que posee teléfono celular (97%), mientras que las notebooks son el componente informático más común (48%). En el caso de las netbooks, disponibles en un 44% de los casos, es posible inferir una influencia directa del Programa Conectar Igualdad sobre este indicador».
Y se agrega un dato relevador: con relación al equipamiento electrónico e informático necesario para poder sostener el proceso de trabajo desde el hogar en el contexto de la cuarentena, «una fracción nada despreciable de los casos indicó la necesidad de comprar o pedir prestado algún dispositivo para tal fin (23%). Por otro lado, un porcentaje mayor –cercano a la mitad de las/os docentes– consideró que su equipamiento no está acorde con las exigencias que plantea la enseñanza por medio de la virtualidad».
Un franja importante dijo no contar con un espacio físico apropiado en la casa para desarrollar el trabajo: un 54% respondió no contar con el mismo en su vivienda. «Esto implica que las actividades inherentes al trabajo docente pueden por ejemplo desarrollarse en un comedor, una habitación o un patio, con lo cual las posibilidades de realizar estas tareas con la concentración y comodidad necesarias tienden a verse reducidas», analiza el informe.
Luego, apunta: «En cuanto a la existencia de tiempos apropiados, sin interrupciones ni interferencias, nuevamente más de la mitad (52%) respondió no disponer de los mismos». La razón: el grupo con que el que convive el docente y la escasa disponibilidad física en la casa.
Más adelante, agrega el informe: «Uno de los fenómenos que tiende a profundizarse en el contexto de la cuarentena y que se observa de manera especial en el caso de la docencia es la sobrecarga de trabajo, entendida aquí como una mayor cantidad de horas destinadas por día a diversas actividades, entre las que se incluyen tareas de planificación y desarrollo de clases, seguimiento de las/os estudiantes y participación en reuniones u otras instancias institucionales. Ante la pregunta sobre una eventual modificación de la carga laboral en términos temporales, una visible mayoría de las respuestas señalan que hubo un incremento (82%), mientras que una proporción menor plantea que la cantidad de horas es similar (15%) y en pocos casos se indica es menor (2%), siempre tomando como referencia el tiempo de trabajo en condiciones normales, es decir, fuera del contexto de la cuarentena».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora