El mural está pintado a un costado del edificio del Consejo General de Educación (CGE), sobre calle Laprida. Un círculo, y adentro de ese círculo el perfil de Jorge Julio López.
Quizá pocos reparen en ese testimonio, ese ayudamemoria.
Pero ahí está.
Ahí está para recordar que hace casi diez años desapareció. Desapareció en democracia.
Un18 de septiembre.
“En el cielo nos vemos”, de Miguel Graziano, cuenta la historia de López.
“Fue víctima de la desaparición forzada, el horror y la cárcel. Sobrevivir fue su primer acto de resistencia”, escribió Graziano.
Otro libro, “Los días sin López”, de Werner Pertot y Luciana Rosende, permite otra mirada.
La obra de Pertot y Rosende describió la llamada “pista de los penitenciarios”, en referencia a los agentes que López también identificó y acusó en sus testimonios, además del torturador Miguel Osvaldo Etchecolatz. El Servicio Penitenciario Bonaerense casi no había sido tocado desde la dictadura y sus integrantes tenían poder económico y relaciones políticas, según cuenta en el libro la abogada Guadalupe Godoy, quien junto a Myriam Bregman había representado a López en 2006, durante el emblemático juicio contra Etchecolatz.
El expediente judicial sigue abierto porque López permanece desaparecido y su caso se volvió emblemático por ser el único que desapareció dos veces. Pero agoniza sin resultados, escribió Adriana Meyer en “La Izquierda Diario” en mayo último.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.