La Cámara de Casación Penal dará a conocer el próximo 4 de julio la resolución en torno al pedido formulado por la defensa del cura Juan Diego Escobar Gaviria para que cese la prisión preventiva que cumple desde 2017 en la Unidad Penal de Victoria, medida que primero fue a pedido de la querella y la Fiscalía pero que en septiembre de ese año confirmó el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay, cuando lo condenó a 25 años de prisión por abuso y corrupción de menores.
Durante una audiencia que se desarrolló este viernes en Tribunales, los defensores del sacerdotes, Milton Urrutia y María Alejandra Pérez -que se negaron a hablar con los medios- expusieron las razones por las cuales pidieron que cese la prisión preventiva, y se le aplique al sacerdote una medida coercitiva menos gravosa. Plantearon que es excesivo el tiempo que lleva en la cárcel: 26 meses, según la cuenta que hicieron.
Ante los jueces de Casación -Marcela Badano, Marcela Davite y Hugo Perotti-, la Procuradora Adjunta Cecilia Goyeneche se opuso a esa petición. Goyeneche dice que lleva más de un año la tramitación de la apelación de la preventiva y la cuestión de fondo, la condena, que todavía no ha sido tratada en Casación. Y esa dilación, aseguró, es como consecuencia de planteos de la defensa. «Han hecho planteos dilatorios. Han recusado al tribunal y después se han opuesto a la realización de audiencias. Nosotros planteamos que en realidad está dentro de un plazo absolutamente razonable la prisión preventiva de Escobar Gaviria, y que tiene que continuar así hasta que la sentencia quede firme», dijo la Procuradora Adjunta.
La cuestión en torno al planteo de la defensa sobre el fin de la prisión preventiva al cura Escobar Gaviria quedará resuelta el 4 de julio, a las 12, cuando Casación dé a conocer su resolución.
-¿Por qué la Fiscalía insiste en matenerlo en prisión preventiva?
-La preventiva está dispuesta en la sentencia condenatoria, y vinculada a la posibilidad de fuga. El riesgo no es sólo por lo alto el a condena, 25 años de prisión, que ya es un buen motivo para que el imputado intente la fuga, sino que además tienen posibilidades económicas para realizar esa fuga. Y al tratarse de un ciudadano extranjero se le podría facilitar también esa fuga.
La condena
El 21 de abril de 2017, y por pedido del querellante particular Mariano Navarro, petición a la que adhirió el fiscal Federico Uriburi, el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, dictó la prisión preventiva del cura Escobar Gaviria para evitar un entorpecimiento de la investigación penal preparatoria, entonces en desarrollo, y para impedir que el sacerdote influenciara sobre testigos y denunciantes.
El 6 de septiembre de ese mismo año, cuando el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay condenó a Escobar Gaviria a la pena de 25 años de cárcel por los delitos de abuso y corrupción de menores, dictó una medida accesoria: confirmó la presión preventiva hasta que el fallo quede firme. El fallo, claro, no está firme, porque ha sido recurrido por los defensores del cura, María Alejandra Pérez y Milton Urrutia ante Casación. Los abogados hacen dos peticiones: que se revise la sentencia y que se deje sin efecto la continuidad de la preventiva, que Escobar Gaviria está cumpliendo en la Unidad Penal de Victoria.
El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay, integrado por María Angélica Pivas, Roberto Javier Cadenas y Darío Ernesto Crespo lo condenó a 25 años de prisión al hallarlo material y penalmente responsable por cuatro hechos de abusos y corrupción de menores, que salieron a la luz en 2016.
El sacerdote colombiano fue párroco de la Parroquia San Lucas Evangelista de la localidad de Lucas González, del departamento Nogoyá.
La jueza Pivas fue quien fundamentó el voto al que adhirieron los vocales Cadenas y Crespo. Entre las frases más contundentes de la resolución se encuentra la siguiente: “Las conductas reprochadas fueron realizadas personal y directamente por el acusado, como así también las mismas se perfeccionaron con el pleno conocimiento y la voluntad de realización de actos de contenido sexual que contaban con las características exigidas por los tipos. Escobar Gaviria actuó, en todos los casos, con intención y voluntad, en todos los casos, quiso lo que hizo e hizo lo que quiso”.
Paso a Paso
El 21 de abril de 2017 la Justicia le dictó prisión preventiva, y en esa situación quedó luego de que un tribunal de Gualeguay lo condenara, en septiembre de 2017, a 25 años de prisión. Mientras esa condena no adquiera firmeza, seguirá donde está: la Unidad Penal N° 5, de Victoria.
El domingo 23 de abril de 2017 –un día insólito para la Justicia- el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú confirmó la resolución que había tomado el viernes 21 de ese mes el juez Gustavo Acosta, titular del Juzgado de Garantías de Nogoyá, que le dictó prisión preventiva por 20 días a Escobar Gaviria y lo envió a la cárcel.
Allá, el cura –que fue párroco de San Lucas Evangelista de Lucas Gonzalez entre 2005 y finales de octubre de 2016– fue alojado en uno de los cinco pabellones del penal. El pedido de prisión del sacerdote fue planteado por el abogado querellante, Mariano Navarro, apoyado en lo que consideró como “hostigamientos” por parte del cura hacia las víctimas y también por la insidiosa presencia de Escobar Gaviria cerca de los testigos de la causa cuando ésta estaba en etapa de investigación penal.
Antes de que vencieran esos 20 días, el 9 de mayo de 2017, el juez Acosta aceptó la petición el fiscal Uriburu y elevó la causa a juicio oral. Además, el magistrado decidió prorrogar la prisión preventiva hasta el momento del inicio de los debates, en Gualeguay.
Pero los defensores de Escobar Gaviria, Milton Ramón Urrutia y Juan Pablo Temón, insistieron con la liberación del sacerdote, aunque sin éxito. El 26 de mayor de 2017, el entonces juez de Garantías de Gualeguay -hoy convertido en fiscal de coordinación-, Esteban Santiago Elal, resolvió no hacer lugar al pedido de libertad formulado por los abogados. Además, el magistrado prorrogó la prisión preventiva del cura “hasta que recaiga sentencia firme”.
El cura fue condenado el 6 de septiembre de 2017 por haber abusado a cuatro menores en Lucas González, sitio al cual llegó en 2005 y de donde salió, de apuro, a finales de octubre de 2016, tras una primera denuncia presentada en la Justicia. En tres casos se lo acusó de promoción de la corrupción de menores reiterada, agravada por su condición de guardador; y en uno por abuso sexual simple agravado por ser cometido por ministro de culto.
La condena a 25 años de cárcel no está firme -está en proceso de apelación- pero la Justicia decidió mantenerlo tras las rejas por el riesgo procesal de fuga.
En la Cámara de Casación los defensores de Escobar Gaviria también soportaron un revés.
El 28 de julio de 2017 los defensores del cura interpusieron un recurso de impugnación extraordinaria contra la sentencia de la Cámara de Casación Penal el del 7 de julio de ese año a través de la cual no se hizo lugar recurso de Casación presentado contra la sentencia que había confirmado la prisión preventiva. El tribunal confirmó parcialmente el fallo del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay, y dispuso la prórroga de la prisión preventiva de Escobar Gaviria “hasta la finalización del juicio oral y dictado de la sentencia respectiva”. Aunque en septiembre de 2017, cuando fue condenado, se le impuso la continuidad de la preventiva “hasta que la sentencia adquiera firmeza”.
Por eso mismo, sigue en la cárcel.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.