El cura Juan Diego Escobar Gaviria, ya condenado por la Justicia a 25 años de cárcel por cuatro casos de abusos y corrupción de menores, sumó ahora una nueva causa que lo pondrá en el banquillo. El legajo judicial está caratulado así: «Escobar Gaviria Juan Diego s/Promoción de la corrupción agravada».

El fiscal Federico Uriburu, de la Unidad Fiscal de Nogoyá, presentó este jueves al juez de Garantías, Gustavo Acosta, el pedido de elevación a juicio oral de una quinta denuncia por corrupción de menores contra el todavía sacerdote de la Cruzada del Espíritu Santo.

El caso, que involucra a un menor hoy de 17 años -tenía 14 al momento de los hechos cometidos por el cura Escobar Gaviria- fue calificado por el fiscal Uriburu como «promoción a la corrupción de menores agravada por la condición de guardador».

Si bien el hecho se ventiló durante el juicio oral al cura Escobar Gaviria en agosto pasado, en Gualeguay, ahora adquiere otra relevancia con el pedido de elevación a juicio. Y confirma la tesis del Ministerio Público Fiscal: que los abusos fueron sistemáticos y que se extendieron en el tiempo.

Uriburu le aplica a este caso la calificación más dura posible, promoción a la corrupción, y respecto de la pena solicitada, en el escrito de remisión a juicio el fiscal plantea que «debe tenerse en cuenta los antecedentes computables, la naturaleza de las conductas perpetradas, la forma en que las cometió y considerarse la extensión del daño causado», y en base a esas premisas, plantea que la sanción a imponerse «debe ubicarse próxima a la sanción media prevista en tipo penal; en consecuencia la pena que aparece como justa y posible, utilizando la teoría del llamado ´ámbito de juego´ y las reglas establecidas para el concurso real, aplicada al caso concreto tomando en cuenta los ilícitos, la culpabilidad y las condiciones personales, entendemos que la pena aplicable al incurso estaría ubicada en el segundo tercio del marco legal previsto en abstracto para el   delito que se le atribuye,  todo lo cual me llevan a propiciar la pena a imponer al incurso como integrativa de la ya impuesta de veinticinco años de prisión».

O sea, la pena que eventualmente se le imponga quedará dentro de esos 25 años ya aplicados.

El quinto caso que ahora se pide su elevación a juicio se conoció el sábado 19 de agosto de 2017, días antes del inicio, el martes 22 de agosto, del juicio oral al cura Juan Diego Escobar Gaviria, luego condenado a 25 años de cárcel por cuatro casos de abusos y corrupción de menores, ocurridos en Lucas González, donde fue párroco de San Lucas Evangelista entre 2005 y finales de octubre de 2016.

SAM, la víctima, llegó a la parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González, con 14 años, y llegó para ser monaguillo. Pero pronto el trabajo de monaguillo viró a otra cosa muy distinta. Escobar Gaviria fue acercándose al chico  de modo voraz: empezó tocándolo, y después, lo inició sexualmente. «Yo no sabía qué era lo que estaba pasando”, contó SAM. “Yo le decía que no me toque, que no me gustaba, y él me contestaba que esto quedaba entre nosotros y que nadie se iba a enterar”, recordó.

El chico fue citado a declarar en cámara Gesell en 2016, al inicio de la investigación penal preparatoria sobre el caso Escobar Gaviria, que luego derivó en juicio y condena, pero entonces negó ser víctima, negó haber sido abusado.

“A mí me dolía por dentro siempre porque fui abusado desde los catorce hasta los dieciséis años. Pero más me dolía lo que iba a sufrir mi vieja”, buscó explicar por qué calló en un primer momento.

El 6 de septiembre de 2017, el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay condenó a 25 años de cárcel a Escobar Gaviria por cuatro hechos. «Se endilga a Juan Diego Escobar Gaviria cuatro hechos, todos ellos cometidos contra la integridad sexual de menores de edad”, leyó la presidenta del  Tribunal, María Angélica Pivas. Junto a sus pares, Darío Crespo y Javier Cadenas, dieron por probadas las acusaciones de los fiscales Federico Uriburu y Dardo Tórtul, los hechos de abuso cometidos por el cura en la casa parroquial de San Lucas Evangelista, de Lucas González, como así también en los viajes que hacía el sacerdote en compañía de menores fuera del pueblo.

Los abusos los cometía entre los más vulnerables y se aseguraba el silencio de un modo voraz. “En términos intimidantes, le decía que si quería seguir asistiendo a las misas no tenía que decir nada”, señaló el Tribunal respecto de uno de los chicos abusados por el sacerdote.

“Las conductas fueron cometidas en forma continua y repetitiva”, ilustraron los jueces en su resolución, y llegaron a una conclusión “de carácter incriminatorio y con contenido de certeza, tanto en lo que respecta a la completa ocurrencia de los mismos (los abusos), tal como fueran adjudicados, como en lo atinente a la autoría, concluyendo que Juan Diego Escobar Gaviria, sin hesitar, fue el autor material y penalmente responsable de los hechos ilícitos que se le imputaron”.

 

Desde el 21 de abril de 2017, Escobar Gaviria está en la cárcel, con prisión preventiva. La medida la cumple en la Unidad Penal de Victoria, y en esa condición permanecerá hasta que quede firme el fallo condenatorio.

Mientras, ahora se abre una nueva instancia que lo pondrá, más temprano que tarde, otra vez en el banquillo de los acusados, por una quinta causa de corrupción de menores. Y este quinto caso le nubla el horizonte a Escobar Gaviria, y sobre todo a la Iglesia Católica: después de la elevación a juicio, empezará la demanda civil por los daños soportados por las víctimas.

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.