Hay una versión que ha comenzado a correr con fuerza en Lucas González, un pueblo de poco más de 4.000 habitantes, a 133 kilómetros de Paraná: que a pesar de las restricciones judiciales, el cura Juan Diego Escobar Gaviria se mueve a su antojo y ha hecho caso omiso a la orden de permanecer en Oro Verde.
Hay quienes dicen haberlo visto en unas cabañas de Lucas, en paseo de fin de semana, aún cuando la Justicia le prohibió salir de Oro Verde. Antes había hecho lo mismo, dos veces más jugó a las escondidas.
Luego de que se avanzó en la investigación judicial por los casos de abuso de menores en Lucas González, la Justicia le ordenó recluirse en Oro Verde e informar tres veces a la semana de su paradero. Pero en los últimos días en Lucas González circuló la versión de que el sacerdote, violando una orden de la curia, habría estado de vuelta en la ciudad, a la que llegó en 2005.
Es más, su propio abogado, Milton Urrutia, contó en la audiencia del jueves, en los Tribunales de Nogoyá, que Escobar Gaviria, conocido por sus dotes de cura sanador, habría estado recibiendo fieles en Oro Verde, en abierto desafío a la decisión del arzobispo Juan Alberto Puiggari que le prohibió el ejercicio del sacerdocio.
¿Qué falló?
En estos momentos, sólo la Iglesia conoce el paradero de Escobar Gaviria, pero no la Justicia, lo cual ya es una irregularidad.
Tampoco en Oro Verde, último sitio adonde estuvo recluido, logró comportarse.
A través de sus defensores Milton Urrutia y Juan Pablo Temón, Escobar Gaviria fijó dos domicilios, pero pronto se cayó en la cuenta de que fue un mero ardid.
Los dos domicilios, ubicados sobre la calle Los Cardenales al 200.
En uno, era la casa que ocupa el hijo de la pareja del exjuez Penal de Menores, Mario Gómez del Río.
El otro, es el salón comedor de la Parroquia de Oro Verde.
En ninguno de los dos Escobar Gaviria podría domiciliarse.
Descubierto el engaño, la Justicia de Nogoyá, donde los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina, tramitan la pesquisa respecto de las tres denuncias de abuso que pesan sobre el cura, pidió trasladarlo a otro lugar.
Paró en la casa de la Asociación Clerical Cruzada del Espírito Santo, en Paraná, pero el viernes el arzobispo Juan Alberto Puiggari acordó con los defensores derivarlo a otro lugar.
Ese otro lugar es todavía un misterio para la Justicia de Nogoyá.
Escobar Gaviria se burla de todos.
Ahora, sólo la cúpula de la Iglesia de Paraná sabe cuál es el paradero del cura.
El 27 de octubre último, Escobar Gaviria fue suspendido por la Iglesia para oficiar misas en público y por orden del arzobispo Juan Alberto Puiggari se lo separó de su función de párroco de Lucas González.
Entonces, se disparó una huida hacia adelante del cura: nadie supo cuál fue su destino desde ese último fin de semana de octubre, hasta que el domingo 30 se registró en la casa de retiros Padre Lamy, de Oro Verde, y al día siguiente, lunes, les comunicó a los religiosos de la congregación Servidores de Jesús y de María que tenía una causa judicial por abuso, y que por esa razón había buscado alojamiento allí.
Mientras, la Unidad Fiscal de Nogoyá avanzaba con la investigación tras la denuncia que el jueves 27 de octubre habían presentado las religiosas del Colegio Castro Barros San José por el supuesto abuso de un nene de 11 años, exmonaguillo de San Lucas Evangelista. Los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina le pidieron al juez de Garantías, Gustavo Acosta, que librara una orden de captura del cura, al desconocerse su paradero.
Escobar Gaviria abandonó Lucas González en silencio y nadie supo entonces cuál había sido su destino.
Pero antes de que las fuerzas de seguridad dieran con él, el martes 1° de noviembre Escobar Gaviria se entregó en la Jefatura de Policía de Nogoyá, en compañía de sus abogados, Milton Urrutia y Juan Pablo Temón. El jueves 3 de ese mes el juez Acosta le dictó una preventiva por 20 días, y lo mandó a la cárcel de Victoria, adonde permaneció hasta el jueves 10.
Ese día, el camarista Arturo Exequiel Dumón, del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú, hizo lugar al planteo de los defensores y ordenó la libertad de Escobar Gaviria, pero con una serie de condiciones que generaron una comedia de enredos.
Dumón resolvió una medida sustitutiva de la prisión preventiva, con condiciones. La primera, que debía fijar domicilio en Oro Verde, “al cuidado y vigilancia de la institución del arzobispo Juan Alberto Puiggari, quien deberá informar periódicamente” su paradero. Dumón le fijó domicilio en la Casa Padre Lamy, pero los religiosos de ese lugar no quisieron saber nada con Escobar Gaviria.
El 17 de noviembre, una audiencia en los Tribunales de Nogoyá estableció que Escobar Gaviria fije domicilio en un departamento particular de calle Los Cardenales al 200, en Oro Verde. Pero al poco tiempo se descubrió que esa dirección era ocupada por el hijo de la pareja de un exjuez Penal de Menores, Mario Gómez del Río.
Escobar Gaviria, otra vez, jugaba a las escondidas con la Justicia.
Una nueva audiencia, el jueves 1° de este mes, en los Tribunales de Nogoyá, dispuso que Escobar Gaviria abandone Oro Verde, y sea trasladado transitoriamente a Paraná, a la casa de la orden religiosa a la que pertenece, la Cruzada del Espíritu Santo, en Comandante Espora 500.
El viernes, los defensores Urrutia y Temón debían mantener una reunión con Puiggari para definir el nuevo paradero de Escobar Gaviria, e informar a la Justicia.
Esa información todavía no le llegó a la Justicia, de modo que sólo la Iglesia sabe en qué lugar está ahora Escobar Gaviria.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.