Alrededor, un bullicio que inquietaría al más impávido. Gente que va, que viene, que cruza, que conversa, que se detiene, que levanta la voz, que se ríe a carcajadas, que maldice la espera. Gente que hace cola, que espera sobre una ventanilla que alguien del otro lado diga hola, qué necesita. Gente que está, que aguanta, que maldice, que masculla un dolor reciente o añejado. Entre todo eso, este hombre que duerme, la pierna estirada, la cabeza gacha, una mañana de octubre, un pasillo del Hospital San Martín.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.