Por Favio Vides (*)
Qué suerte que tienen los empleados de Ansés de calle España, que no me tienen a mí de jefe.
Fui la semana pasada, en el puerto 1 me entregan una planilla para llevar llena y con firma de autoridad policial. Saco turno –al 130 es inútil llamar, no atienden nunca–, intento por Internet (me pregunto cómo harán los ancianos si no manejan Internet), ahí me dan turno para hoy, 11 horas. Llegué a las 10,30. Me anuncio en puesto 1, me dicen: “Pasá para atrás, llaman por apellido”.

Favio Vides.

Favio Vides.

En el primer salón no atendía nadie, estaban con retención de servicios. En el segundo salón, sí había gente trabajando, bastante gente esperando, parecíamos estar en esos galpones donde están los refugiados por las inundaciones o catástrofe similar. Jóvenes, ancianos, niños llorando, gente sentada, parada, caminando y los empleados del primer salón encerrados, con retención de servicios.
Estando en ese lugar, me entero que te llaman por apellido y nombre, pero se fijan primero en el documento de identidad, y que evitan llamar a los ancianos porque nadie se banca atender un viejo al que tal vez hay que explicarle varias veces lo mismo. Entonces, se fijan en el documento, llaman a los más jóvenes y los ancianos siguen esperando, tal vez estos empleados piensan que no van a llegar nunca a la tercera edad. Ojalá que si llegan, no encuentren un empleado como ellos cuando hagan trámites.
O sea que el turno no es respetado en su totalidad.

A mí me atendieron a las 12,30, entre las 10,30 que llegué y las 12,30, vi tanto empleado ir y venir con termo con mate, bolsitas de nailon con bizcochos, malteadas e incluso una tenía limones.
Cuando logro ser atendido, me dicen que la planilla que llevaba no era la que debía ser. Yo le dije que me lo dio la empleada del puesto 1 la semana pasada y me contesta: “Se debe haber equivocado”.
Entonces, me dan otra que debo llenar y sellar y demás, y luego sacar otro turno y llevar para que pueda terminar el trámite.
Hago público este comentario porque mientras esperaba, uno de los empleados se me acerca mientras esperaba y me dice: “Vos que sos conocido, quéjate, no puede ser que siempre trabajemos los mismos mientras los demás están encerrados atrás, o se meten al baño una hora entera”.
Queremos y exigimos que las autoridades gubernamentales nos respeten y ni siquiera nos respetamos entre nosotros los ciudadanos.
Reitero: qué suerte que tienen los empleados de Anses de calle España que yo no soy el jefe, si no hoy más de uno estaría buscando trabajo.
No soporto la inoperancia, si no les gusta el trabajo, hagan un paso al costado, hay mucha gente que realmente necesita y quiere trabajar.

(*) Actor. La carta la hizo pública a través de su muro en Facebook.