«Esta gringa es así. Fue siempre así. Y va a seguir siendo así. No voy a dejar mis valores en la puerta de la Municipalidad. Lo dije puertas adentro. Lo digo para afuera de la comunidad, y lo sostengo así. Este es mi ámbito de trabajo. Yo soy parte del Poder Legislativo, y lo dice la ley, por eso tengo derecho a voz en las comisiones, y en las sesiones, y por eso puedo votar en caso de empate. Este es mi lugar para plantear las cosas y acá lo voy a hacer. Respecto de todo lo que se dijo, lo que se hizo mal, se hizo mal. Y no hay otra cosa más que reconocer cuando hiciste las cosas mal, y tratar de hacerlas mejor».
En la última sesión del Concejo Deliberante de San José, a 250 kilómetros de Paraná, en el departamento Colón, el martes 22, sirvió para poner blanco sobre negro respecto de la tensa relación que atraviesa el gobierno del camporista Gustavo Bastian con la viceintedenta, Marisa Follonier, «la gringa». Todo había comenzado en la sesión del 17 que debió pasar a un cuarto intermedio luego de que trascendiera un fuerte cruce de Follonier con uno de los funcionarios más estrechos de Bastian, el secretario de Hacienda y Gobierno, Lino Bard.
Luego de aquella sesión del 17 de diciembre, Follonier declaró al sitio El Entre Ríos: «Luego de que se leyera el ingreso de la modificación del presupuesto, no fui nada moderada. Le marqué distintas cuestiones que llevaron al Municipio a un estado financiero inadecuado. Que no es a causa de la pandemia, porque los ingresos fueron –finalmente- normales”. Y agregó: “Le reclamé, entre otras cosas, que no se está cumpliendo como corresponde con los proveedores. Y le dije que creo que es porque no cumple bien sus funciones. Lo que respondió no me satisfizo”. También admitió que le pidió la renuncia la secretario de Gobierno.
Los vecinalistas de Todos por San José tuvieron una lectura propia del incidente. Dijeron que el entredicho entre la viceintendenta y un funcionario del Ejecutivo fue consecuencia de «una gran interna en la gestión de Bastián que traerá muchos inconvenientes en el Municipio».
En la sesión del martes 22 del Concejo Deliberante de San José -cuando la viceintendenta bajó del sillón de presidencia y ocupó su banca para intervenir en el debate-, el cuerpo deliberativo aprobó la segunda modificación del Presupuesto 2020, que incluye la aceptación de $ 1.650.000 destinado al refulado y cámaras de seguridad. Se aprobó además la transferencia desde las cuentas de Bienes de Capital a Bienes de Consumo, en una suma de $2.300.000, por mayoría simple.
Pero se rechazó la iniciativa del Ejecutivo de la ordenanza de extensión de la Emergencia Vial, Social y Asistencial de la Ciudad: no dieron los votos para el tratamiento sobre tables. Respecto de esa iniciativa, Follonier había dicho que “el estado de Emergencia Económica permite flexibilizar las contrataciones y compras directas. Esas acciones rápidas fue lo que provocó el desorden de los números, que hoy se intente echar manos a otras cuentas para pagar bienes de consumo o que estemos al límite de la ejecución con otro tipo de cuentas internas y haya reclamos de proveedores. Se gasta a cuenta del Presupuesto 2021, cosa que no corresponde y no sirve”.
El cuarto intermedio que el oficialismo pidió en la frustrada sesión del 17 del actual no alcanzó para limar las asperezas en San José entre Ejecutivo y Concejo Deliberante. La sesión de este martes 22, según el sitio InfoPalmares, El tratamiento sobre tablas de la Emergencia no prosperó por la reticencia del vecinalismo a dar su voto. Con esa iniciativa del Ejecutivo, señalaron “se buscan evadir los procesos de compras y es eso mismo lo que hizo que la municipalidad hoy tenga un total desorden de sus cuentas y deudas con proveedores que llegan a montos millonarios”.
La viceintendenta fue enfática respecto del manejo del Ejecutivo respecto de la Emergencia: «Se hizo mal. Lo que está mal hecho hay que corregirlo de alguna manera. Hay que enderezar el rumbo ahora, porque vamos a chocar la calesita».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora