La jueza María Carolina Castagno hizo lugar a la medida cautelar planteada por el Ministerio Público Fiscal y el querellante Rubén Pagliotto, representante de la firma Las Margaritas SA, y ordenó la restitución del campo Casa Nueva, ubicada en Paraje El Quebracho, en la zona de Santa Elena, con lo cual Dolores Etchevehere y los integrantes del Proyecto Artigas deberán abandonar el lugar de forma inmediata.

La magistrada ordenó a la Policía de Entre Ríos que proceda con el desalojo previa identificación de cada una de las personas que llegaron el jueves 15 de octubre y se instalaron en el lugar. -«No es un dato menor que la denunciada no hizo su ingreso en solitario, sino que lo hizo acompañada por un grupo numeroso de personas, entre los cuales estaban los denunciados Taboada y Liveratto, todos extraños a la familia y a la actividad productiva», señaló la jueza.

Castagno reprochó la resolución del 23 del actual firmada por el juez subrogante de La Paz Raúl Damir Flores, de quien dijo que llegó a conclusiones «equivocadas» y emitió una decisión «arbitraria» al rechazar la cautelar presentada por Fiscalía y la querella por la cual solicitaron la restitución del campo. «No quedan dudas de que Dolores Etchevehere es heredera de Luis Etchevehere, su padre. Surge claro también que la tenencia de Casa Nueva, hasta que Dolores Etchevehere ingresó junto a un grupo de personas a Casa Nueva, era de Las Margaritas SA. A la fecha, Dolores Etchevehere no es socia de Las Margaritas SA.

En base a la documentación aportada y al acuerdo privado de cesión de acciones que firmó la mujer el 31 de agosto de 2018, no tiene más participación en Las Margaritas. «Ella decide escindirse de Las Margaritas y crear dos sociedades nuevas. Ese acuerdo fue refrendado en la asamblea de accionistas de Las Margaritas del 14 de septiembre de 2018. Se trata de una clara cesión de acciones de una sociedad anónima y no una cesión de derechos hereditarios», planteó la magistrada.

El conflicto

«Luego de 11 años de investigación, denuncia e impunidad creo que es necesario contar mi historia. Una historia que está atravesada por los crímenes de mis hermanos».

Dolores Carmen Etchevehere filmó un video y se mostró a cámara contundente, segura. Fustigó de manera indolente a toda su familia: su madre Leonor María Magdalena Barbero Marcial; pero principalmente a su hermano, el exministro de Agroindustria de Macri, Luis Miguel Etchevehere, en menor medida, a sus otros dos hermanos, Arturo Sebastián y Juan Diego.

«Mi familia ha cometido actos aberrantes contra la integridad física no solo de las mujeres que, por ejemplo trabajaban en mi casa, sino también contra la de sus vínculos personales», dispara. «En nombre de nuestra herencia, hicieron todo tipo de actos de corrupción, todos denunciados por mí ante la Justicia», añade. Y habla del «vaciamiento de El Diario, la evasión sistemática de impuestos. Todo bajo la mirada de fiscales, jueces y políticos y la participación necesaria de abogados, contadores y escribanos».

Todo eso lo dijo a través de un video que se viralizó el mismo día de la ocupación de la estancia Casa Nueva, 370 hectáreas compradas por la familia Etchevehere al Estado a precio de liquidación, cuando se desguazó el Frigorífico Regional Santa Elena. Dolores llegó junto al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), y con el aval del dirigente social Juan Grabois.

Ese día, además, nació Proyecto Artigas, una iniciativa que buscó transformar un campo de los Etchevehere en un escenario para la experimentación de una iniciativa agroecológica.

En alianza con Grabois y como parte de la presentación de la Fundación Artigas, Dolores Etchevehere decidió ceder el 40% de las tierras que posee en Entre Ríos. «He decidido ceder el 40% de mi herencia para construir un proyecto agroecológico sobre las tierras que me corresponden. Un cuarto de la sucesión de los Etchevehere. Esa porción es para reparar el daño que se hizo. El proyecto comienza hoy, 15 de octubre. Hoy plantamos la primera semilla en la tierra que soy propietaria por derecho natural, derecho que me permite utilizarlas desde ahora mismo», anunció la única hija mujer de Luis Félix Etchevehere.

Pero ese mismo jueves su propia familia la denunció por usurpación: la denuncia, que se presentó en la Unidad Fiscal de La Paz -a 60 kilómetros de Santa Elena-, fue firmada por su madre y su hermano Juan Diego, como apoderados de Las Margaritas SA, la firma que se adjudica la titularidad de ese predio, Casa Nueva.

La ocupación de Casa Nueva y su mediatización agudizó una guerra en los Etchevehere que hasta entonces se libraba sólo en los Tribunales: en 2011, Dolores había denunciado a su madre y a sus hermanos por estafa.

Fue el tiempo de la guerra declarada: la familia de Dolores sacó un as de la manga.En la presentación que hicieron ante los fiscales Oscar Sobko y María Candela Bessa, en la Fiscalía de La Paz, detallaron que la donación del 40% de esa tierra constituyó un engaño. En la presentación judicial señalaron que «hasta el mismísimo grupo conducido por el Dr. Juan Grabois ha sido estafado en su buena fe, pues hace exactamente dos años atrás, un día 16/10/2018, por escritura pública, la Sra. Dolores Etchevehere, en los términos del artículo 215º de la Ley 19.550, cedió la totalidad de su tenencia accionaria de Las Margaritas S.A., conformada por la cantidad de 22.875 acciones de valor nominal, a favor del Grupo Mirus S.A, con domicilio en Barrio La Peregrina, Lote 153, sito en calles Rivadavia y San Mateo, localidad de Derqui, Partido de Pilar, Provincia de Buenos Aires, que se remitirá digitalmente para vuestro conocimiento”.

En el pleito intervino un juez subrogante, el juez de Familia y Penal de Niños y Adolescentes de La Paz Raúl Damir Flores -el juez de Garantías, Walter Carballo estaba de licencia, y se reincorporó este lunes 27- que no hizo lugar a la cautelar que pidieron los fiscales y el abogado querellante Rubén Pagliotto: el desalojo. El argumento del magistrado fue que la sucesión del difundo Luis Félix Etchevehere no estaba resuelta y Dolores era tan heredera como sus tres hermanos varones.

«Que finalmente resta considerar en esta disputa meramente familiar, lo informado a la Fiscalía por el Sr. Juez Civil y Comercial Nº 7, Dr. Martín Furman el día 17-10-2020, remitiéndole copia de la declaratoria de herederos de la sucesión de Luis Felix Etchevehere del año 2010, en la cual Dolores Etchevehere es declarada heredera junto a sus hermanos y su madre. Además informa el juez civil, y esto es dirimente para este juzgado, que: 1) ‘en el marco del sucesorio NO HAY PARTICION, … nunca se aprobó ninguna cuenta particionaria, ni adjudicación, para ello es necesario que previamente se culmine con la tarea de inventario’», señaló en su resolución.

El juez Flores fue por la resolución a través de la vía pacífica. «Que lo que diré en este considerando no hace a la cuestión resuelta, por ello pido disculpas a laspartes su mención, pero mi formación judicial desde «el derecho de las familias» me lleva a la necesidad de ofrecer a los hermanos Etchevehere poder pensar una solución pacífica, armónica, desde el ganar-ganar, distinta a lo visto hasta entonces y con la ayuda de operadores bienintencionados, evidenciando con el ejemplo que todo esto es material y por lo tanto quedará en la tierra», dispuso.

Y por eso convocó a una audiencia de conciliación, el domingo 26, a la que no sólo no acudieron la madre y los tres hermanos varones ni su abogado sino que además resolvieron recusar al magistrado. Además, resolvieron mantenerse en la puerta de Casa Nueva hasta que la Justicia les dé la razón, aún desoyendo un mandato judicial en una causa por extorsión en contexto de violencia de género por la cual se les prohibió realizar actos molestos en perjuicio de Dolores.

El juez Flores rechazó su recusación, aunque habilitó la apelación que plantearon Fiscalía y querella, y el caso derivó para su tratamiento al Tribunal de Juicios y Apelaciones de Paraná. En el ínterin, el juez de Garantías de La Paz, Walter Carballo, reasumió su función y será quien ahora siga la causa.

Aunque todavía no se apagan los ecos de la furibunda diatriba del dirigente Juan Grabois, el lunes 27, en la Rural de Buenos Aires. “Pedimos verdad, Justicia y reparación no solamente para Dolores, sino para todas las víctimas directas e indirectas de este clan mafioso, que es la expresión más clara de las minorías que constituyen los poderes fácticos a los que nadie vota en elecciones, pero que manejan la Argentina como si fuera su estancia o su empresa”, sostuvo Grabois.

“Pedimos verdad, Justicia y reparación no solamente para Dolores, sino para todas las víctimas directas e indirectas de este clan mafioso, que es la expresión más clara de las minorías que constituyen los poderes fácticos a los que nadie vota en elecciones, pero que manejan la Argentina como si fuera su estancia o su empresa”, sostuvo Grabois.

La audiencia ante la jueza Castagno continúa ahora con la alegación del querellante Rubén Pagliotto y resta la exposición de los defensores de Dolores Etchevehere, Lisandro Mobilia y Daniela Verón, abogada del Ministerio de Justicia de la Nación.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora