En septiembre comenzó la tarea. Entre otras arterias, sobre Italia-Santa Fe se colocaron vialetas amarillas con 1,5 metros de separación entre cada una sobre la línea de trazado del carril exclusivo que también es demarcada con pintura amarilla para la circulación del transporte público. La idea era que los automovilistas no invadieran el sector y de ese modo no se entorpeciera el ascenso y descenso de pasajeros. Sin control ni seguimientos, sucedió lo de siempre: el paranaense medio obvió la indicación de las franjas amarillas en el pavimento y ocupó el carril. Así, los usuarios del servicio de colectivos deben hacer malabares para subir o bajar de las unidades del transporte público.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora