La Fiesta de Disfraces de Paraná cumple este 2018 veinte años, y a pesar del contexto de ajuste de la economía, sus organizadores planean «tirar la casa por la ventana», un latiguillo que utiliza uno de los fundadores, Jorge «Ioy» Uranga.
La venta anticipada de entradas, un termómetro para la fiesta de octubre, da un buen indicador: desde que se pusieron a la venta los tickets, van por las 20 mil personas. Aunque el número de asistentes al megashow de octubre es, de momento, inexplicable.
Ya se conocen los nombres de los artistas que estarán, y de los que podrían haber estado pero que no por problemas de agenda. Confirmados están Kapanga, un clásico que vuelve, y El Pepo. No pudieron con Los Auténticos Decadentes, que en octubre estarán en México, ni Damas Gratis, que fueron furor en el Mundial de Rusia con su cantante estrella, Pablo Lescano, que estarán de gira en España.
Pero los organizadores tienen planeadas otras sorpresas.
Es que la Fiesta de Disfraces cumple, en 2018, veinte años.
El principio es conocido: seis cumpleaños en uno. Ioy, Jota, Nacho, Julián, Rulo y Marote decidieron poner 50 pesos cada uno, comprar algunos cajones de cerveza y hacer una fiesta en el Club Ciclista. Fue en agosto de 1999.
En su segunda edición, la fiesta estuvo al borde del naufragio: el lugar que se había conseguido, a través del padre de uno de los interesados, era el Círculo Católico Obrero, pero una vez que el comedido supo que no se trataba de una fiestita de 30, sino de un baile de disfraces para más de 100, rápidamente quitó la reserva y la fiesta quedó en ascuas. A último momento se consiguió un salón en calle Santa Fe, donde fueron más de un centenar de invitados y hasta un gaucho que entró pisando fuerte con su caballo.
La tercera edición ya tuvo algo más de producción y la sede fue el salón de Fatsa, atrás del Seminario, cerca del predio que ocuparon más adelante en Don Bosco y Circunvalación. La entidad, el gremio que agrupa a los empleados de la sanidad, facilitó el lugar sin conocer muy bien de qué se trataba el asunto. Por eso la sorpresa del cuidador, cuando uno de los organizadores llegó vestido de Boluda Total –el personaje de Fabio Alberti- a pedirle que por favor enchufara los feezers.
Cuando resolvieron alquilar un salón del Puerto Nuevo, en 2002, la cosa ya trascendía la celebración de los seis cumpleaños y fue la primera vez que se cobró entradas: dos Federales con una consumición. A partir de entonces no paró de crecer: llenaron Excándalo, al año siguiente y tras algunas dudas avanzaron hacia La Rural donde definitivamente terminó por resultar un buen negocio para los 22 integrantes de La Banda del Palo.
En la Rural la fiesta ya cobró dimensiones extraordinarias y se convirtió en suceso.
Será el 14 de octubre, en el predio del Acceso Norte, sobre República de Entre Ríos al 3.500, entre Juan Morath y Jorge Luis Borges, un espacio de 10 hectáreas ubicado a pocos kilómetros del centro Paraná.
Aquel cumpleaños de amigos de agosto de 2016, que «alguna cabecita transformó en fiesta de disfraces», Uranga dixit, es ahora un megaespectáculo que mueve a miles de personas cada año. ¿Y cómo ocurrió? «Se fue dando naturalmente», cuenta. «A la fiesta la vimos nacer, y la queremos como una hija. La llevamos adelante entre un grupo de amigos, y aunque si bien es una empresa, es una empresa con 20 jefes, todos con el mismo poder de decisión. Eso es lo lindo», agrega.
-¿Cuándo empieza la organización de la fiesta?
-Estas todo el año pensándola. Si bien nos empezamos a juntar en febrero o marzo, siempre vas charlando. Siempre que te juntas, vas charlando. Uno va y ve un espectáculo, y saca idea, y viene la comparte con todos. Estamos todo el año maquinando ideas.
-¿Qué de nuevo trae la edición 2018?
-La gente nos pide que tiremos la casa por la ventana. De eso se va a tratar.
Uranga dice que, a todo con la crisis, decidieron mantener los mismos precios del año pasado en el valor de los tickets, pero que la inversión en la puesta será tanto o mayor que años anteriores, y que apuestan mucho al afianzamiento del campamento, un modo de alojamiento alternativo a la falta de plazas hoteleras en la ciudad.
-¿Pensaron alguna vez en que la fiesta dure más de un día?
-Lo hemos pensado. Hemos analizado tener una fiesta de más de un día. Por ahora, la apuesta está en sostener una fiesta que dura 12 horas. Vamos de apoco.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.