Veinte días después de una búsqueda angustiante, Gisela López, 18 años, apareció muerta esta tarde, en Santa Elena, su ciudad, muy cerca del camino a su casa, adonde la habían visto por última vez, la noche del viernes 22 de abril, después de salir de clase, en la Escuela Secundaria de Jóvenes y Adultos Padre Fidel Oliver.
No bien supo de la noticia, la escritora entrerriana Selva Almada escribió en su muro de Facebook: “A Gisela López la buscaban desde el 22 de abril, el último día que la vieron en la escuela nocturna donde cursaba el secundario, en Santa Elena (ER). La policía empezó a buscarla recién unos días después de su desaparición. Se dijo que la habían visto en Concordia, que se había ido por su cuenta pues faltaba algo de ropa interior y su cepillo de dientes de su casa, una vecina la vio siendo seguida por un hombre cerca de donde vivía esa noche del 22, se detuvo a un hombre en Paraná pues los perros habían detectado rastros de Gisela en su casa, se hicieron marchas pidiendo su aparición, se realizaron numerosos rastrillajes con perros, caballos, drones… Pero esta tarde un chico encontró su cuerpo en avanzado estado de descomposición, a cinco cuadras de su casa, cerca del lugar donde la vecina la vio y le pareció que un tipo de campera la seguía”.
Ni cien policías, ni un helicóptero, ni varios drones, ni tantos perros. Una persona a caballo se tropezó con Gisela, muerta.
Gisela López está muerta.
Ya no la buscan a Gisela López, como ya no buscan más a Priscila Hartaman o a Josefina López, o a tantas otras mujeres que ahora están muertas, y también olvidadas.
Ahora Gisela López será un número en la estadística de femicidios en esta provincia indolente: hoy, no el Estado, no ningún funcionario, sino una ONG, Red de Alerta Entre Ríos, acudió con la mamá de Gisela López, Gabriela Monzón, hasta la Justicia Federal a presentar una denuncia por el presunto delito de trata de personas.
Silvina Calveyra, de Red de Alerta, apunta un dato: no hubo casi ningún organismo oficial de la Provincia acompañando a la familia de Gisela López en su búsqueda; sólo la Municipalidad de Santa Elena.
“No sé qué pasa en esta provincia, hay como una falta de compromiso con estos temas. Se piensa que es un tema que no nos va a pasar. Con Josefina nos había pasado lo mismo; fuimos las organizaciones sociales y la familia los únicos que nos movimos”, señaló.
Josefina apareció muerta en su ciudad, Concordia; Gisela, muerta en su ciudad, Santa Elena. Y antes otras tantas más. ¿Y por delante otras tantas más?
Hay otros tantos que ni eso: que están desaparecidas, y que forman parte de otra estadística.
La Procuraduría de Trata de Personas a cargo de Marcelo Colombo, y creada por la procuradora Alejandra Gils Carbó en 2013, contabiliza a 6.000 personas con paradero desconocido entre 1990 y 2013. Cada año, 140 mujeres desaparecen en el país, por trata o por femicidio. En Entre Ríos, se ha perdido el rastro de 27 personas; de estas, 7 son mujeres y niñas.
Gente que no aparece, que se perdió, que no dejó rastro, que nadie va en su búsqueda, que nadie pregunta.
Pero otras aparecen muertas.
La estadística de femicidio que registra Red de Alerta da una cifra de 74 mujeres asesinadas entre 2007 y 2016 en la provincia. Y 14 femicidios vinculados.
Sólo en 2016, ya se registraron 5 femicidios, y uno vinculado.
En el medio, el prejuicio y la estigmatización que ayudan a lavar conciencias.
Durante los días de búsqueda infructuosa de Gisela López en Santa Elena, en una radio le preguntaron a la mamá, con la soltura que da la ignorancia. “¿Y su hija qué hacía?”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.