Este lunes hubo dos movilizaciones que se realizaron en forma simultánea desde las 16, en Entre Ríos y en la Ciudad de Buenos Aires, en apoyo al Proyecto Artigas y a la toma de la estancia Casa Nueva, en Paraje El Quebracho, en el acceso a Santa Elena, que divide fuertemente a la familia Etchevehere: de un lado Dolores, y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), del dirigente social Juan Grabois, que se instalaron en el campo del norte de Entre Ríos; en el otro bando, sus tres hermanos, Luis Miguel, Arturo Sebastián y Juan Diego Etchevehere, más la madre de los cuatro, Leonor María Magdalena Barbero Marcial, que los denunciaron por usurpación.
El caso no está resuelto en la Justicia. El juez de Garantías de La Paz, Raúl Damir Flores, rechazó la medida cautelar pedida por los fiscales Oscar Sobko y María Candela Bessa, más el abogado de los varones Etchevehere y su madre, Rubén Pagliotto. El magistrado se apoyó en un informe del juez Civil y Comercial N° 7, de Paraná, Martín Furman, que indicó que el trámite sucesorio no está cerrado y que no hubo partición de bienes, por lo cual todos os hijos del finado Luis Félix Etchevehere, fallecido en 2009, tienen derecho a las propiedades.

La resolución de Flores fue apelada, y ahora interviene la camarista María Carolina Castagno, del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Paraná, pero la audiencia de momento no tiene fecha de realización. Mientras, la causa tiene otra juez en La Paz: este lunes reasumió sus funciones el juez de Garantías Walter Carballo, que lo primero que hizo fue pedir mesura a las partes.
Pero las partes en pugna han venido haciendo demostración de fuerzas. Ayer fueron los Etchevehere y los ruralistas, en las puertas del campo Casa Nueva; hoy, Grabois y Dolores Etchevehere, que movilización en defensa de “la paz, la justicia y la reparación”, y “por amor a la tierrra y su gente”.
La concentración de mayor envergadura ocurrió en la Rural. Allí Grabois dio un discurso en el que cargó contra los hermanos de Dolores Etchevehere y afirmó: “La tierra es de quien la trabaja”.
“Pedimos verdad, Justicia y reparación no solamente para Dolores, sino para todas las víctimas directas e indirectas de este clan mafioso, que es la expresión más clara de las minorías que constituyen los poderes fácticos a los que nadie vota en elecciones, pero que manejan la Argentina como si fuera su estancia o su empresa”, sostuvo el líder de la CTEP.

Grabois inició su discurso en la Rural agradeciendo «a los hermanos y hermanas de distintos credos que se hicieron presentes con sus oraciones para acompañar esta justa lucha». Pero también destacó la participación de distintas organizaciones, artistas y «el pueblo» que hoy se congregó «acá en el predio del Estado nacional que tiene usurpado la Sociedad Rural».
Después, se dirigió al exministro de Agroindustria de Mauricio Macri, Luis Miguel Etchevehere, a quien tildó de «mafioso», «corrupto», que en su gestión «como ministró aplastó a los campesinos, a los chacareros y a los pequeños productores», pero también lo rotuló como «un usurpador profesional».
«Venimos acá a defender el Proyecto Artigas, y lo llamamos Artigas porque fue uno de los que soñó con una Patria grande, donde la tierra fuera de quien la trabaja, en una Patria que es la herencia común de los criollos, de los migrantes, de los pueblos originarios y no el patrimonio de una minoría, que siempre por la violencia, que siempre por la corrupción se queda con todo y delinque impunemente frente a la genuflexión del Estado», afirmó.
Ese Proyecto Artigas, aseguró, apareció con Dolores Etchevehere, «una mujer que había sido abusada de todas las maneras posibles por la manada de sus tres hermanos que la habían despojado de todos sus bienes, de su vivienda. Que le habían sacado su trabajo como periodista cuando vaciaron el principal medio de comunicación de Entre Ríos (se refiere a El Diario, de Paraná, NdelR); a la que habían dejado prácticamente en la calle con sus pequeños hijos; a la que le robaron todo. Pero no le robaron la dignidad».
Aseguró Grabois que Dolores Etchevehere fue a buscar «en los movimientos populares el respaldo que el Poder Judicial y el Estado nunca le habían dado para enfrentar a la familia más poderosa de Entre Ríos, la familia Etchevehere». Y habló de la «escandalosa situación judicial» en la que se encontró Dolores Etchevehere la llevó a buscar el asesoramiento jurídico de Grabois.
«Vino a proponernos un proyecto de verdad, de justicia y de reparación, no solamente para ella sino para todas las víctimas directas e indirectas de este clan mafioso que es la expresión más clara de las minorías que constituyen los poderes fácticos a los que nadie vota en elecciones, a los que nadie elige, pero que manejan la Argentina como si fuera su estancia o como si fuera su empresa», fustigó.
Dijo que «Dolores vino a contarnos una verdad dolorosa, donde un ministro de la Nación Argentina había realizado todo tipo de maniobras delictivas, que van desde la narcocriminalidad -y me hago cargo de lo que digo-, cómplice de (el exintendente de Paraná, Sergio) Varisco, preso por narco, delfín político de Etchevehere y de Macri, que mandaba la droga que llegaba de Paraguay hasta sus puertos privados para llevarla a Rosario y regar de sangre las villas de Rosario, donde mataron a tantos y tantos compañeros con el narcotráfico».
«Hay un hilo invisible en estas luchas. Pero no es el hilo que ellos quieren vender en los medios, como si fuéramos una suerte de conspiración que quiere ir por la propiedad privada. Los Etchevehere no respetan ninguna propiedad privada que no sea la suya. Y su propiedad privada la construyeron robándole la propiedad privada a otros, robándole la propiedad al Estado. esclavizando. Y estas son cosas que figuran en los expedientes que duermen en el Ministerio Público Fiscal de Entre Ríos, porque son amigotes con (Jorge) Amílcar García, el Procurador General de Entre Ríos: participan en las mismas fiestas, consumen las mismas porquerías, hacen las mismas barbaridades», disparó.
Luego, dijo que «ese pacto de poder logró vaciar el Frigorífico Santa Elena y robarle al pueblo entrerriano miles de hectáreas, que pagaron a precio vil. Eso es lo que dicen que es su propiedad privada. Lograron robarles, fíjense qué miserables, a la Escuela Agrotécnica, les robaron casi 90 hectáreas de campo. Son los mismos que con total impunidad, y sin tener que pagar ni una sola multa, que han quemado, han incienrado los humedales y los pastizales, destruyendo el ambiente, la casa común de todos nosotros y todas nosotras». Han envenado pueblos enteros, escuelas enteras con glifosato».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora