Los grafiteros, está claro, toman los espacios publicos, y en particular las instalaciones urbanas como las garitas de colectivos, para desarrollar su arte. A falta de información completa sobre recorrido y frecuencias, como manda el ordenamiento legal, las garitas se cubren de frases, soportan pegatinas de diversa  índole y así permanecen, estoicas, a veces sin siquiera ser observadas por los automovilistas, que las obstruyen y dejan estacionados sus vehículos donde para el colectivo y suben y bajan pasajeros.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora