El abogado Gustavo Rivas, excandidato a gobernador de Entre Ríos por la Unión de Centro Democrático (Ucedé), el partido fundado por el fallecido Álvaro Alsogaray, fue condenado hoy por la Justicia entrerriana a 8 años de cárcel por corrupción de menores, pero no irá a la cárcel.

El tribunal condenó a Rivas a la pena de ocho años de prisión y accesorias legales por el delito de “promoción a la corrupción de un menor de edad en concurso ideal con promoción a la prostitución de un menor de edad”.

Asimismo se conoció que Rivas fue absuelto en un caso del delito de “promoción a la prostitución de un menor de edad” ante la falta de acusación fiscal , y por el beneficio de la duda en otro en el que estaba acusado del delito de “promoción a la corrupción de un menor de edad”.

Rivas también quedó absuelto en siete casos por extinción de la acción penal por prescripción como autor de los delitos de “promoción a la corrupción de menores de edad en concurso ideal con promoción a la prostitución”.

En forma unánime, el tribunal creyó en la veracidad de las víctimas, valoró sus testimonios como “sólidos, espontáneos, surgidos a partir de preguntas abiertas, que fueron describiendo los hechos de la manera que los recordaban”, y entendió que sus declaraciones “no presentan vicios formales”, y que por tanto “permiten otorgarles credibilidad como prueba de cargo”.

“Se encuentra probado que los hechos acontecieron en el interior de la vivienda de Rivas y hasta 2011. Que ocurrían viernes y sábado por la noche”, dijo el tribunal y además dio por probado que las víctimas denunciantes tenían al momento de los hechos menos de 18 años. Todos los menores eran atraídos por Rivas a su vivienda bajo un ardid para luego abusarlos sexualmente.

Les pagaba para sus estudios, les entregaba dinero, les hacía regalos, y luego conseguía favores sexuales, abusando a los menores. También les entregaba dinero para comparar drogas. “Atraía a los niños mediante otro menor, que actuaba como nexo”, leyó la jueza Alicia Vivian en el adelanto de sentencia que se dio a conocer este miércoles.

“Vamos que Gustavito nos da plata para salir”, era la invitación que recibían los menores para llegar a la casa del abogado gualeguaychuense.

El tribunal “tuvo por acreditado que el motivo para atraer a los menores no fue otro que satisfacer sus propios deseos sexuales”. Y que “Rivas en todos los casos logró satisfacer su plan: captaba niños varones, menores de 18 años, dominando sus voluntades para abusarlos sexualmente. Convirtió a esos niños en sus fetiches, convertidos además en objeto de su placer”.

“Los hechos existieron y Rivas fue su autor”, sentenció el tribunal. Pero entendió que en la mayoría de los hechos denunciados cabe la extinción de la acción penal.

En particular, el tribunal no entendió aplicable el mismo criterio que en el caso del cura Justo José Ilarraz, condenado a 25 años de prisión de menores. “Por ende, no se advierten elementos graves de violaciones a los derechos humanos en el sentido del precedente Ilarraz. Ni graves circunstancias que le hubieran imposibilitado el acceso a la justicia a las víctimas”, planteó.

Aunque consideró la existencia en las reformas aplicadas en el ordenamiento legal en torno a la prescripción, consideró que “no podemos aplicar retroactivamente la reforma”. Y por eso acordó la absolución por extinción de la acción penal de Rivas en 9 de los 10 casos denunciados.

 

 

 

Uno de los testimonios incorporados a la causa, dice: “Éramos chicos, la mesa siempre estaba llena de alcohol y no había límites. Obviamente había chicos más débiles que cuando estaban muy borrachos se confundían y terminaban teniendo sexo con él. Sabíamos que no era correcto lo que hacía pero éramos jóvenes y no importaba. De grande esas imágenes a uno lo torturan porque es algo que no es normal, y no porque fuera una relación homosexual, que sí sería normal, sino porque Gustavo Rivas no era homosexual sino que era un tipo totalmente depravado al que le gustaban las criaturas”.

 

El abogado Martín Daneri, la primera víctima que habló en forma pública del caso, dijo: «En primera persona puedo decir que el juicio reconforta. El hecho que se aclare, que se sepa la verdad, porque ahora se va a ver quién mintió, quién dijo la verdad, qué pasó. Hay una sanación interna, es tener la frente en alto. Lo principal para mí es que esta persona no cause más daño y que se sepa que estos delitos no quedan impunes”.

Rivas enfrentó diez denuncias -dos fueron declaradas prescriptas por el tribunal que integraron Alicia Vivian, Arturo Dumon y Mauricio Derudi- y llegó a juicio oral con un pedido de condena altísimo: 25 años de cárcel.

Durante el proceso, Rivas, de un alto perfil mediático, se ocupó de desacreditar a las víctimas y al proceso. “En realidad, se trata de cinco causas. Me encantaría hacerlo, pero no puedo contestar la pregunta sobre donde creo que reside el origen de estas acusaciones, porque no quiero mostrar las cartas. Este es el motivo por el cual no declaré ni al principio ni cuando se levantó el tema de las identidades”, dijo una vez.

“Al principio, el motivo era muy razonable: no podía defenderme sin saber quién me estaba acusando, pero luego, cuando se levantó el secreto de las identidades, tampoco declaré porque había un motivo adicional que lo expliqué al Tribunal y creo que lo comprendieron. Esto fue secuencial, me negué a declarar ante cada convocatoria -por una nueva denuncia- que me hacía a declarar, porque si yo decía tal o cual denuncia es trucha, avivaba giles”, dijo con un tono altanero el acusado.

“Porque en ese caso hubiesen aprovechado lo que yo dijera presentándose luego a emprolijar o directamente traían nuevas víctimas o testigos con el relato emprolijado. Entonces decidí callarme la boca y dejarlos macanear tranquilos. Ese es otro de los motivos por lo que hasta ahora la comunidad de Gualeguaychú ha escuchado una sola campana, porque yo no he hablado. Cuando se termine de desarrollar el juicio, van a surgir cosas que a ustedes los va a sorprender muchísimo, y le dije al tribunal -no en tono de advertencia- que en varias jornadas van a asistir a verdaderos papelones judiciales y a situaciones que han constituido una verdadera mufa a la Justicia”, sostuvo.

Más adelante, Rivas sostuvo que “el juez de Garantías (Tobías Podestá) elevó la causa de plano porque yo no he dicho nada. Está muy bien la elevación a juicio. Todavía no he hecho todas estas objeciones. No me anticipo al fallo del tribunal, me pueden dar 25, 10, 4 o cero años. Ni me preocupo por lo que me va a tocar, aunque obviamente no me gustaría estar 25 años con prisión efectiva como pretenden algunos, que me quieren sacar de circulación. En ese caso le pediré al tribunal que en vez de darme 25 años de prisión efectiva me cuelguen en la plaza y simplificamos todo, porque eso y la muerte es exactamente lo mismo”, destacó; para agregar “No tengo a nadie a quien pedirle perdón”.

La causa fue elevada a juicio el 25 de octubre de 2018 por el juez de Garantías de Gualeguaychú Tobías Podestá. Durante la etapa de las audiencias se aguarda el testimonio de 114 testigos.

Fueron 12 los casos por los que Rivas fue llevado a juicio, aunque luego dos fueron declarados prescriptos.

El caso Rivas fue denunciado por la revista Análisis en su edición del de 27 de julio de 2017.

El personaje, Gustavo Rivas, un abogado de Gualeguaychú al que todos conocen, historiador, personaje ilustre de la ciudad del sur y ex candidato a gobernador por la Ucedé. 

Los hechos, se presume, se produjeron entre 1970 y 2010, y hablan de aproximadamente 2.000 adolescentes abusados de entre 15 y 16 años. Los reunía en su casa, les pasaba videos pornográficos; los masturbaba; les practicaba sexo oral, todo eso en una ciudad donde todo se bisbiseaba pero en la que nadie hablaba en voz alta de las prácticas del abogado. 

Rivas nunca fue deportista, pero estuvo en todos lados.

Fue presidente de la Cooperativa Escolar (Agrotécnico), síndico y director del Frigorífico Gualeguaychú; fue consejero de la Cooperativa Eléctrica, miembro de la Alianza Francesa, vocal del Instituto Magnasco. Participó muchos años como integrante activo de la Comisión de Carrozas, donde hoy es miembro de la Comisión Permanente. Fue presidente del Centro Universitario de Estudiantes de Gualeguaychú (Cudegua);  presidente del Instituto Belgraniano de Gualeguaychú; vicepresidente del Colegio de Abogados. Ha sido durante años referente de la historia del Carnaval del País; fue acompañante didáctico de los jurados que eligen la mejor comparsa cada verano y la lista no termina ahí. También incursionó en política, fue candidato a gobernador por la Ucedé en 1987. Cofundador de la Unión Vecinal en 1990, candidato a intendente y concejal en 1991, según un detalle publicado por el diario El Día en2013.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.