“La literatura argentina leída en clave anarquista. Por la huella de Osvaldo Bayer” es el nombre de la clase abierta que se desarrollará en Paraná, convocada por la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), a través de la Dirección de Promoción de Derechos Humanos y Participación Ciudadana, en conjunto con la cátedra de Literatura Argentina de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales.
La actividad, que se enmarca además en el programa “Osvaldo Bayer. Memorias, identidad y resistencia” de la mencionada unidad académica, se realizará el martes 5 de agosto, a las 18, en la Biblioteca Provincial (Alameda de la Federación 278), con acceso libre y gratuito.
A cargo de la clase estarán la profesora titular María Inés Laboranti y el profesor Diego Suárez, quienes desde hace más de una década trabajan en docencia e investigación vinculada a la literatura argentina del siglo XIX.
Fundamentos
El Martín Fierro de José Hernández (1872-1879) ha desatado en el campo intelectual argentino numerosas y complejas lecturas e interpretaciones desde el momento mismo de su publicación. Los movimientos de izquierda, como el anarquismo de comienzos del siglo XX, también intentaron la suya sobre ese texto capital, proponiendo similitudes entre el gaucho perseguido y la representación de los proletarios. Era la gauchesca una herramienta pedagógica de esclarecimiento y lucha para las masas, tanto como un esfuerzo para construir otra historia de la literatura argentina.
Memorias de un carrero patagónico, de Asencio Abeijón con prólogo de Osvaldo Bayer, propone descubrir otra forma de los relatos de viaje con las miradas y recuerdos desde la perspectiva de los trabajadores rurales, una suerte -sin dudas- de huella que conecta con los protagonistas de la gauchesca.
Osvaldo Bayer (1927- 2018) se autodenominaba «un anarquista y pacifista a ultranza». Como historiador desde su primer libro –Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia, 1970– sus investigaciones estuvieron ligadas al estudio del anarquismo y sus formas políticas y literarias en Argentina. En 1958, fundó La Chispa, al que denominó «el primer periódico independiente de la Patagonia». Censurado, amenazado y perseguido por la Triple A, se exilió en Berlín hasta 1983. Estuvo comprometido en la lucha por las reivindicaciones de los pueblos originarios. En marzo de 2025 su monumento en Río Gallegos fue derribado. Políticos y periodistas, lo consideraron una acción simbólica más dentro de la «batalla cultural».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora