El cura Javier Balcar fue nombrado párroco de Lucas González, en reemplazo de Juan Diego Escobar Gaviria, separado de esa función el 27 de octubre último por el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, luego de que las religiosas del Colegio Castro Barros San José, hicieran una presentación ante el defensor oficial de Nogoyá, Oscar Rossi, con el testimonio de un nene de 11 años que contó haber sido abusado por el sacerdote.
Balcar desembarcó hace una semana en Lucas González. Y asumió un destino complejo: la ciudad, de poco más de 4.000 habitantes, se muestra dividida ante la suerte del cura Escobar Gaviria, hoy recluido en Paraná, en la casa de la Asociación Clerical Cruzada del Espíritu Santo, mientras los fiscales de Nogoyá Federico Uriburu y Rodrigo Molina llevan adelante las actuaciones que incluyen tres denuncias de abuso por parte de menores contra el cura.
No es la primera vez que el cura Balcar debe arreglárselas con un asunto de ese tenor. En 1995 debió declarar como testigo en la causa que instruyó el entonces arzobispo Estanislao Karlic contra el cura Justo José Ilarraz, ahora a punto de ir a juicio oral por los abusos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo.
“El Gallego”, como lo llamaban a Ilarraz, había llegado a vivir al Seminario en marzo de 1985. El decreto N° 11/92 del 2 de febrero de 1992, firmado por Karlic, lo confirmó en la función de prefecto de disciplina: allí vivió a lo largo de ocho años.
Pero en el Seminario no sólo se ocupaba de chicos que, en la generalidad de los casos, lo tenían como si director espiritual. También Karlic lo nombró a Ilarraz como administrador del Seminario.
En el amplio edificio que se levanta en la zona del Brete, una lomada que tiene una vista privilegiada a la ciudad, ocupó una habitación ubicada en el ala izquierda del primer piso.
Era una habitación amplia, con un despacho, al frente, y una habitación, en la parte posterior, con ventanas que balconeaban al acceso al edificio, y vista a la ciudad. El sacerdote Javier Balcar, que fue párroco en Nuestra Señora del Carmen, de Nogoyá, y que en 1992 era un estudiante avanzado del Seminario, contó, en una declaración que hizo en 1995 ante los instructores que llevaron adelante una investigación diocesana, cómo era el interior del despacho del cura. “Una noche lo necesitaba al padre Justo Ilarraz y fui a su pieza; al entrar, en el escritorio noté que había mucho ruido en su habitación, llamé y crucé las dos puertas que daban a la misma, me llamó la atención al encontrarlo con un grupo de chicos de las dos divisiones del Seminario Menor, amontonados entre la cama y el suelo, algunos descalzos, tomando gaseosas y en una actitud relajada”.
Hasta 2010, Balcar fue párroco de Nuestra Señora del Carmen de Nogoyá; luego, cumplió igual función en Nuestra Señora del Carmen, de Paraná, hasta que renunció, a principios de 2013.
Después, trabajó junto a Puiggari, sin función parroquial.
Ahora llegó a Lucas González y atienden pastoralmente la ciudad junto a otro sacerdote con asiento en Nogoyá, Raul Spahn, cuya familia proviene, precisamente, de Lucas González.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.