Este sábado Paraná amaneció envuelta en bruma, con una humedad que durante el día bordeó el 100% y que dejó calles y veredas, habitaciones y lugares posibles donde estar con una sensación constante de incomodidad: el agua brotaba de alguna parte. Con el correr de las horas, la temperatura fue ascendiendo a una escala imposible para este invierno. La ciudad, sin el ritmo frenético de los días hábiles, regaló postales amables y desacostumbradas.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora