La causa penal por los abusos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, en la que está procesado el cura Justo José Ilarraz, empezó a transitar ahora una nueva senda, y de modo inesperado.
A comienzos de julio último, la jueza Susana María Paola Firpo, que instruyó desde noviembre de 2014 la causa «Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada», dio por concluida la etapa investiga y dio intervención al fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull, que de inmediato, y a través de un completísimo escrxito, pidió la elevación a juicio.
Hace diez días, la jueza Firpo dio intervención al defensor de Ilarraz, Juan Ángel Fornerón, que no sólo no acompañó el pedido de elevación a juicio, sino que pidió el sobreseimiento y la nulidad de los cargos. Siete víctimas acusan al cura Ilarraz de graves abusos cometidos cuando fue prefecto de disciplina en el Seminario de Paraná, entre 1985 y 1993.
En medio, cuando se esperaba que la Justicia resolviera respecto de la petición de elevación a juicio, hubo un cambio de juez en la causa. Firpo pasó a reemplazar a Marina Barbagelata como jueza de Garantías, y en su lugar asumió Pablo Zoff. La primera intervención del nuevo juez de la causa fue dar curso al pedido de nulildad planteada por la defensa de Ilarraz.
El fiscal Ramírez Montrull le hizo saber al juez Zoff que hay pruebas suficientes para elevar a juicio la causa de los abusos, y que en la actual etapa no debe considerarse el pedido de nulidad, y que en todo caso podría ser materia de tratamiento en el juicio oral. Tampoco consdiró que existan elementos para dictar el sobreseimiento. Ahora, deberán expresarse sobre ese planteo de nulidad los querellantes, Rosario Romero y Marcos Rodríguez Allende.
De modo que el asunto primario, el pedido de elevación a juicio, deberá aguardar que se resuelva ese otro incidente planteado por la defensa del cura Ilarraz.
Pero el sacerdote, que desde finales de la década de 1990 se marchó de Paraná y se radicó en Tucumán, tuvo su juzgamiento en la Iglesia Católica.
En 1996, la Iglesia cerró el proceso a Ilarraz con la sanción dispuesta por el entonces arzobispo Estanislao Karlic de prohibirle permanecer en la diócesis, lo que derivó en el hecho de que el sacerdote se mudara a la diócesis de Concepción, en Tucumán, adonde ejerció el sacerdocio hasta septiembre de 2012, cuando fue suspendido.
El 19 de marzo de 1997 Karlic firmó una nueva disposición en relación a Ilaraz, consecuencia del “resultado de la indagaciones realizadas por el Tribunal Ordinario del Vicariato de Roma”. Entonces, dispuso que Ilarraz “transcurra en oración y meditación según los ejercicios espirituales ignacianos (un modo de oración orientado según el método de San Ignacio de Loyola, NdelR) por el curso íntegro de un mes en una casa religiosa que le será indicada en tiempo debido”.
En varias instancias, la defensa de Ilarraz ha cuestionado el procesamiento dictado por Firpo por cuanto entendió que “las pruebas no son suficientes”, ya que el único elemento para acreditar la autoría fueron las siete denuncias de las víctimas que acusaron al cura.
Pero la sentencia que dictó en abril el tribunal compuesto por Pablo Vírgala, Daniel Malatesta y Gustavo Maldonado destacó la credibilidad de las víctimas, y el peso procesal de las pericias a las que fueron sometidas. Pero también reprocha el rol del clero en la tramitación de la causa Ilarraz. En su voto, el juez Vírgala sostuvo que “no logra entenderse la actitud asumida por (el cardenal Estanislao) Karlic quien afirmó -bajo juramento de decir verdad- que Ilarraz le había pedido perdón por lo ocurrido… ni tampoco la de (el arzobispo Juan Alberto) Puíggari, que reconoció la existencia de los abusos a otros sacerdotes en una reunión en Mariápolis, quienes (desde la perspectiva del imputado) no sólo deberían formar parte de esa gigantesca trama conspirativa, sino que,evidentemente, serían actores fundamentales al reconocer la existencia de los hechos, con las posibles consecuencias civiles que ello podría significar”.
Ahora, la decisión final quedará en manos del juez Zoff, y esperar para qué lado inclina la balanza.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.