La cuarta jornada del juicio al a monja Luisa Ester Toledo, exprioria del convento de la orden de las carmelitas descalzas de Nogoyá, continuará este martes en el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay. La religiosa es juzgada por el delito de privación ilegítima de la libertad a partir de la denuncia que presentaron en la Justicia en 2016 dos religiosas que salieron del monasterio.
Un testimonio clave se aguarda para el próximo martes 25: el de la monja carmelita Laura Lestrade, que abandonó el carmelo de Nogoyá y se radicó en el Convento de la Santa Cruz y San José de Neuquén, que dirige la monja carmelita Mónica Cremona Astorga, la religiosa que es muy reconocida en todo el país por su trabajo de asistencia y contención a la población trans. Los fiscales Rodrigo Molina y Gamal Taleb la ofrecieron como testigo a Lestrade, y el tribunal -que integran los jueces Darío Crespo, Javier Cadenas y Alejandra Gómez- aceptó la petición del Ministerio Público Fiscal.
En las últimas horas, se activó la logística para traer a la monja carmelita desde el Sur del país a Gualeguay para que brinde su testimonio. «La monja estuvo en el convento de Nogoyá y llegó a ser mano derecha de Toledo, pero después revió todo y se mostró arrepentida por haber seguido las directivas que imponía la monja en le carmelo de Nogoyá», contó una fuente que conoce el caso.
El caso se hizo público en 2016, cuando la Justicia allanó el convento de las carmelitas descalzas y secuestró varios elementos que las religiosas utilizan para flagelarse como parte de las reglas del carmelo. En su alegato de apertura, el fiscal Jorge Gamal Taleb, dijo que lo ocurrido en el interior del convento de Nogoyá “no cabe sino calificar como supuestos hechos de graves violaciones a los derechos humanos, de abuso eclesiástico y de anulación de la personalidad de dos víctimas que han sido reducidas durante su estadía en el convento de las carmelitas descalzas de Nogoyá a la condición de siervas. Pero no de siervas de Dios. sino de la voluntad caprichosa” de Toledo, que ejerció el cargo de priora durante una década, hasta que fue separada de esa responsabilidad en 2016.
El proceso a la monja carmelita se desarrollará en Gualeguay, y el juzgamiento estará a cargo del Tribunal de Juicio y Apelaciones integrado por Darío Crespo, Javier Cadenas y Alejandra Gómez. Las audiencias empezaron el martes 12, siguieron el miércoles 13 y el jueves 14, y continuarán 18, 19, 25, 27 y 28 de junio.
Toledo dirigió durante diez años el Monasterio de la Preciosísima Sangre y Nuestra Señora del Carmen, de la ciudad de Nogoyá, y la causa se originó tras la acusación en su contra realizada por excarmelitas. El fiscal Federico Uriburu ordenó un allanamiento en agosto de 2016, durante el cual secuestraron diversos elementos relacionados con las denuncias formuladas por las monjas de clausura. Al mes siguiente la religiosa fue imputada tras el análisis de “todas las pruebas y declaraciones tomadas”, entre ellas las de Jorge Bonín, párroco de la basílica Nuestra Señora del Carmen, de Nogoyá.
El carmelo de Nogoyá es un monasterio autónomo, gobernado por sus superioras, elegidas según las constituciones por las propias religiosas. Se trata de una casa religiosa de derecho pontificio, es decir, erigido por la Santa Sede de cuya potestad depende en lo que se refiere al régimen interno y a la disciplina, aunque se encomiende al obispo diocesano, Juan Alberto Puiggari, el actual, el cuidado de estos monasterios en algunos aspectos muy precisos, y siempre respetando la legítima autonomía del monasterio y aquello dispuesto en sus Constituciones.
Luisa Toledo fue apartada de su cargo de priora a mediados de septiembre de 2016.
No hay delito
La defensa de la religiosa tiene otra mirada sobre el asunto. Sostienen que no hubo delito y que Toledo no hizo sino aplicar las propias constituciones que rigen la vida de la congregación de las carmelitas descalzas. Y que lo aplicó según su entender, y de acuerdo a cómo había aprendido la regulación interna siendo religiosa, antes de ser priora.
Guillermo Vartorelli, uno los abogados defensores de la monja Luisa Toledo, expriora del convento carmelita de Nogoyá, que desde este martes será sometida a juicio oral en Gualeguay, acusada por el delito de privación ilegítima de la libertad agravada en perjuicio de dos religiosas a las que le había impedido salir de la congregación, dijo que la calificación legal aplicada a los cargos que pesan sobre la religiosa resultan “excesivos”.
Vartorelli, que ejerce la defensa junto a Miguel Cullen, explicó: “Los defensores entendemos que no hay delito, ni privación ilegitima de la libertad ni ningún otro. Desde el vamos nos parece excesiva la calificación legal que se le aplicó”. Y agregó: “Nosotros vamos a sostener básicamente que entendemos que la imputación es atipica, que no ha incurrido la madre superiora en ninguna conducta ilícita”.
“También, vamos a sostener que, en el caso de que haya alguna conducta reprochable, no lo entendía así la hermana, porque se regía por un ordenamiento propio de la orden de las carmelitas. Ella aplicó la constitución de la orden como lo entendía, y entendía que las constituciones de la orden la autorizaban a tomar algunas decisiones que ahora se le reprochan”, apuntó Vartorelli. “Lo que hizo ella fue interpretar y aplicar las constituciones de la manera que lo aprendió”, subrayó.
Fotos: Gentileza Luisina Viviani
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.