La Justicia de La Pampa suspendió el juicio al cura carapintada José Miguel Padilla, exsuperior de la Fraternidad de Belén y exresponsable del colegio secundario Nuestra Señora de Luján, de intendente Alvear, denunciado en 2019 por abusos por un exseminarista entrerriano. “No tengo ningún tipo de esperanza con respecto al juicio», dijo Vicente Suárez Wollert, denunciante y sobreviviente de los abusos.

El sacerdote iba a ser sentado en el banquillo de acusados por dos denuncias de abuso. El inicio del debate oral y público estaba previsto para este lunes 12 de diciembre y se iba a extender hasta el 16. Incluso se había determinado que la audiencia la presida la jueza María José Gianinetto; mientras que la acusación iba a ser ejercida por la fiscal de Género Ana Laura Ruffini, luego que su par, Ivana Hernández, quien llevó adelante toda la investigación dejara el cargo para subrogar un Juzgado Federal en Salta.

Va a juicio el cura que abusó a un entrerriano

La fecha de juicio se conoció en octubre, pero en noviembre el inicio del debate se suspendió. Ante esa decisión, la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina expresó su preocupación y repudio ante la dilación. Al respecto, advirtió que la decisión es revictimizante y pidió celeridad para que se lleve a cabo el juicio.

A mediados de octubre de 2019 Vicente Suárez Wollert contó de los abusos a través de un hilo en la red social Twitter. Había sido seminarista en la Fraternidad de Belén pero no pudo seguir la carrera eclesiástica: soportó los abusos del superior. Días después de contar los hechos, aquella historia se transformó en un expediente judicial en el Ministerio Público Fiscal de General Pico, La Pampa.

Abusos en el convento: la historia de una denuncia

Consultado por Entre Ríos Ahora, Suárez Wollert señaló que se enteró de la suspensión del inicio del juicio de forma informal y que la situación le generó sentimientos de zozobra e incertidumbre. “Honestamente no sé cuál es el motivo (de la suspensión). Solo me dijeron que era por un problema de la jueza. No me notificaron formalmente, solo me avisaron del cambio de fecha. Asique otra vez nos agarra la feria (judicial), esperar hasta abril-mayo y esperar a ver si efectivamente se hace”, dijo.

También contó que “en el medio hubo un cambio de fiscal” y que el nuevo acusador público  “hasta ahora no se ha comunicado conmigo siquiera para presentarse”.

“No tengo ningún tipo de esperanza con respecto al juicio y al desenvolvimiento de la Fiscalía de General Pico. Hasta que la causa estuvo a cargo de Ivana Hernández y su jefa de despacho, Cinthia, todo marchó fenomenal. Desde el cambio de fiscal, es un estancamiento total. No tengo confianza”, finalizó Vicente Suárez Wollert.

El repudio de la Red de Sobrevivientes

En un comunicado, la Red expresó que “siempre ha destacado el respeto y perspectiva de género y diversidad, como también la protección de los Sobrevivientes por parte de la Fiscalía de General Pico-La Pampa, desde los inicios de la investigación, destacando la labor intachable de la Fiscala Ivana Hernández y su jefa de despacho Cinthia, siempre a disposición del denunciante y de esta Red con profesionalismo y especial cuidado por las personas afectadas”.

“Que sin perjuicio de ello, las mencionadas postergaciones se configuran como revictimizantes, atentando contra la integridad psíquica de los denunciantes en un largo y tedioso camino de reparación y justicia”, agregó la organización.

Luego, expresó su “profunda preocupación y repudia la postergación del debate en la causa contra el cura abusador José Miguel Padilla, instando a la celeridad y pronto inicio de dicha instancia en la búsqueda de la verdad, reparación, justicia y condenas ejemplares”.

Finalmente, manifestó su solidaridad  “son los Sobrevivientes y todas las personas afectadas por los años de impunidad, silencio y manipulación por parte del sacerdote, como de la cúpula de la Iglesia”.

El caso

Vicente Suárez Wollert presentó la denuncia por abuso contra José Miguel Padilla a principios de noviembre de 2019.

A través de un hilo en Twitter, contó que a los 19 años había dejado su ciudad, Santa Elena, para vivir la vida monacal y se trasladó a La Pampa, al convento de los frailes Capuchinos Recoletos. Allí conoció al cura Padilla.

Los Capuchinos Recoletos llegaron a Intendente Alvear en 2004 por pedido del entonces obispo Rinaldo Fidel Brédice. Tomaron a su cargo la parroquia y convento de la Inmaculada Concepción.

El padre superior es el cura Padilla. Es el mismo que en su rol de capellán del Ejercito acompañó, en 1988, el alzamiento carapintada contra el gobierno de Raúl Alfonsín. La primera chirinada tuvo lugar el 17 de abril de 1987 y se originó por la negativa del mayor Ernesto Barreiro a presentarse a declarar en la Justicia por delitos cometidos en la última dictadura. No hizo eso sino que se refugió en su regimiento, medida que fue acompañada desde Campo de Mayo por Aldo Rico.

En enero de 1988, cuando Rico fue llevado a la Justicia por aquel primer levantamiento, se produce el segundo movimiento carapintada, esta vez con el acompañamiento del capellán José Miguel Padilla.

El cura carapintada tiene otra denuncia por abuso

En diciembre de 2019, tras la denuncia de Suárez Wollert, Padilla presentó la renuncia a su cargo en el Instituto Nuestra Señora de Luján y pidió una licencia pastoral.

Dos años más tarde, en la Justicia de La Pampa fue radicada una segunda denuncia contra Padilla.  Esta vez fue un exestudiante del Colegio Nuestra Señora de Luján, de la localidad pampeana de Intendente Alvear, que también lo denunció por abusos.

 

 

 

De la Redación de Entre Ríos Ahora.