El cardenal Estanislao Esteban Karlic está, desde el jueves, de nuevo en Paraná, aunque alojado ahora al cuidado de las monjas Siervas de la Divina Providencia, que cuentan con un hogar sacerdotal ubicado en calle Italia al 400.
El martes 12 de abril, Karlic, de 90 años, fue intervenido quirúrgicamente ayer a raíz de un tumor que se le ha encontrado. El tumor, según se indicó, se encontró encapsulado y ubicado en el colon.
La intervención tuvo lugar en el Hospital Austral, el nosocomio del Opus Dei, la orden religiosa fundada por el español Josemaría Escrivá de Balaguer, convertido en santo por el papa Juan Pablo II.
Una de las últimas apariciones públicas de Karlic, antes de esa operación, había sido durante la Semana Santa, el jueves 24 de marzo, en la Iglesia Catedral.
Oficialmente, no hubo ninguna información sobre el estado de salud de Karlic, y lo único que se conoció fue lo que trascendió a través de las redes sociales.
Recién hoy, la oficina de prensa del Arzobispado de Paraná dio a conocer que luego de haber sido intervenido quirúrgicamente, Karlic llegó a Paraná el jueves 28. Temporariamente y hasta su rehabilitación plena, se indicó, pasará unos días en la comunidad de las Siervas de la Divina Providencia.
Según indicaron sus allegados, está muy bien y muy agradecido por todos los cuidados que ha recibido en el Hospital Austral, en casa de las Hermanas Ursulinas en Hurlingham y también de los hermanos de San Juan de Dios.
Asimismo, se indicó desde la curia, monseñor Karlic ha querido expresar a su gran amigo, el sacerdote franciscano Jordán Ostojic su agradecimiento infinito por la ayuda y la coordinación de su estadía en Hurlingham.
El resultado final que dieron los estudios es que no quedan rastros de células malignas, de modo que no hará falta someterlo ni a terapia de rayos ni a quimioterapia.
Sólo le falta recuperar la fuerza y movilidad plena de las piernas, cuestión que logrará con ayuda kinesiológica y ejercicios. Monseñor manifestó que está viviendo por primera vez en su vida la experiencia de la enfermedad y que esto ha sido y es una enorme riqueza espiritual, que le ha mostrado lo que es la caridad de la Iglesia y el valor que tiene la vida de tantas personas que se dedican a asistir a los enfermos. En lo personal, como dijo el cardenal, ha tenido que aprender a estar enfermo y a vivir una nueva manera de servir al Señor y a la Iglesia.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.