Unas 300 toneladas de residuos domiciliarios se producen por día en Paraná, a razón de 1,2 kg por habitantes. Y la composición es así: 60,85% de residuos orgánicos (cáscaras, yerba, restos de alimentos) y 39,15% de inorgánicos (papel, vidrio, plástico). Los datos son parte del informe elaborado por el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID), en el marco de un trabajo realizado en Paraná, sobre un total de 247.868 personas según el Censo de 2010, acerca de los aspectos que impactan en la calidad de vida de la población.

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La basura es uno, y fue marcado en el informe entre los cuatro temas críticos de la ciudad, junto a los servicios de agua, cloaca y drenajes, que requieren atención en el corto plazo. Y específicamente se hace hincapié en que la mayoría de los residuos va a parar al vertedero a cielo abierto, al Volcadero municipal.

El cierre y transformación del histórico basural ha sido motivo de anuncios y distintos proyectos. Ninguno se ha concretado hasta ahora. Solo se ha logrado poner en marcha en 2015 una planta de tratamiento de residuos y este año se inició -en lo que es el cuarto intento- la separación de basura domiciliaria. Fue en abril que el gobierno municipal, urgido por una inusal orden judicial, instrumentó de apuro la medida.

Y el resultado del programa Separemos se ve en los contenedores. Bolsas con restos orgánicos mezclados (cascaras de huevo, cascarás de naranja y papas) con botellas y cartón aparecen en la parte superior de un contenedor de un barrio abarcado por la Unidad Municipal 1.

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“Va de todo”, dice al pasar un empleado municipal. El servicio de recolección pasa de mañana temprano por la zona, por lo que durante el lunes se debería tirar sólo la basura inorgánica para que el martes, día de los residuos secos, se la lleven. Pero nada de eso pasa: hay de todo mezclado y una bolsa parece tener todo lo que se produece en el día en una casa. De la separación, ni rastros.

“En cuanto a la disposición final, el volcadero municipal representa el pasivo ambiental más importante de la ciudad”, afirma el informe presentado por la intendente Blanca Osuna en febrero de 2014. Y la resolución de fondo sigue pendiente.

«La gestión de residuos sólidos urbanos es una de las áreas clave para la sostenibilidad ambiental de la ciudad. Si bien el Gobierno Municipal ha avanzado mucho en los últimos años en la realización de acciones para mejorar la gestión de las distintas etapas del manejo de residuos, aun quedan importantes acciones por concretar, especialmente la construcción de un nuevo relleno sanitario y la clausura y saneamiento del principal pasivo ambiental de la ciudad, el volcadero municipal», consigna el estudio.

La generación de basura, el volumen, y qué hacer con ella es un problema de arrastre en Paraná, donde los niveles de producción son superiores a los números promedios.

Según la Evaluación Regional de Residuos Sólidos Urbanos 2010 (BID, AIDIS y OPS), la generación per cápita promedio de RSU en Argentina alcanzaba 1,15 kg/hab/dia, se lee, por último, en el estudio.

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora