Desde 2015, Gustavo Acosta está a cargo del Juzgado de Garantías y Transición de Nogoyá. Pero es un juez interino, y como su cargo fue concursado por el Consejo de la Magistratura y Acosta no se presentó al proceso de selección el camino más seguro es que otro magistrado ocupe su lugar. Es una decisión que tomó: dejar el Juzgado, también el Poder Judicial. Sus razones son personales.
Su paso por Tribunales estuvo cruzado por la averiguación del paradero de la familia Gill, cuyo rastro se perdió en el verano de 2002. La causa no pudo dar respuesta a la familia, y por eso Acosta entiende que se trata de un fracaso del Poder Judicial de Entre Ríos. Quizás, dirá, el mayor fiasco de los últimos tiempos. Un padre, una madre, los cuatro hijos: todos desaparecidos, sin rastro de ellos.
Familia Gill: la recompensa y el juez que se puso la causa al hombro
Dice el juez Acosta:
-Es una deuda que tiene el Poder Judicial de Entre Ríos con la familia Gill y la familia Gallegos. Hasta hoy no hemos podido dar respuestas a pesar de las medidas que se han tomado en el marco de la causa. Que no sepan estas familias qué fue lo que pasó, o qué sucedió con sus familiares -en este caso, estamos hablando de un padre, una madre y sus cuatro hijos- , y por la naturaleza del caso, es la deuda, en mi entendimiento, más importante que tiene el Poder Judicial de la Provincia.
–En 2015 se hizo cargo del Juzgado de Nogoyá, y comenzó a trabajar en la causa Gill. ¿Pensó que podía resolver el caso, que iba a poder dar respuesta a la familia?
-Bueno, en principio uno ingresa (a la Justicia) con la expectativa de poder dar una respuesta, fundamentalmente de qué es lo que pasó. Se desarrollaron una diversidad de actividades y no hemos podido dar respueta. En muchos casos, las actividades fueron en conjunto con María Delia Gallegos, con quien hicimos muchísimos kilómetros entrevistando personas, vecinos de la zona. El lugar (la estancia La Candelaria, en Crucesitas Séptima, NdelR) queda más o menos a 150 kilómetros de Nogoyá, que es el asiento del Juzgado, y también el lugar donde vive María Delia. Hicimos infinidad de viajes, infinidad de entrevistas. En función de esas entrevistas, surgieron medidas a realizar, pero todas fueron con resultados negativos y esto afectó bastante la expectativa que yo tenía al inicio, que era darle respuesta a esta familia
-Hubo entrevistas con testigos, con gente que aportó datos, se acudió a un vidente, se intentó alguna vez ir al padre Ignacio, se buscó la recompensa que puso la Nación, pero ¿hubo apoyos para que la causa pudiera avanzar y se pudiera dar respuesta a la familia?
-Lo que puedo decir es que siempre se pudieron llevar adelante las medidas. Siempre pudimos llevar adelante las medidas que nos propusimos. En esto, la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forernse fue fundamental y fue un aporte que nos adicionó mucho conocmiento, que nosotros no teníamos. Por otro lado, también debo reconocer que siempre tuvimos la mejor predisposición de la Policía de la Provincia, de Vialidad Provincial, de Vialidad Nacional a los fines de conseguir las herramientas para realizar los trabajos de excavación, como también el acompañamiento que tuvimos del Ministerio de Gobierno , a través de la Secretaría de Derechos Humanos. Daniel Paduán nos dio mucha mano; y Rosario Romero también cuando realizamos gestión por esta causa. Es decir, las medidas que nos propusimos, las pudimos concretar.
-¿En qué falló la Justicia si es que falló en algo en esta causa?
-Bueno, la verdad que es un análisis que no sé si me corresponde realizar a mí porque soy parte de la falla. Integro el Poder (Judicial) que no resolvió este caso, y me parece que no debería ser yo quien valore cuáles fueron nuestras falencias. Quizá mi autocrítica sería poder desarrollar algunas hipótesis que todavía tengo en el tintero y ver si se pueden trabajar. Pero en general, sería juez y parte. Esetaría valorando mi propio trabajo.
Buscar entre la soja: la pesadilla eterna de la familia Gill
-¿La familia entiende el trabajo que se hizo por esclarecer el caso?
-Esa es una pregunta que debe responder la familia. No puedo responder yo. Lo que sí puedo afirmar es que trabajamos mucho con María Delia Gallegos, que es quien está en Nogoyá. Presenció la totalidad de las medidas que se realizaron. Creo que esa respuesta es más de ellos que mía.
-Deja el Juzgado de Garantías de Nogoyá porque el Consejo de la Magistratura c oncursó el cargo de juez y usted no se presentó. También deja la Justicia. ¿Qué le deja la experiencia de haber sido parate de la vida judicial?
-Las experiencias siempre dejan algo positivo. Uno puede entender cómo funciona el sistema desde adentro. Y hay muchas cosas en las que uno puede sumar positivamente. Me llevo mucho posittivo del ejercicio de esta función.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora